El desafío de la inmigración

El PP, más allá de Badalona

El partido de Rajoy experimenta en una comunidad que no gobernará la rentabilidad de agitar mentiras

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XAVIER RIUS

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Si alguna cosa han conseguidoAlicia Sánchez CamachoyXavier García Albiol con su agitación de la inmigración es abrir un tercer frente de debate en la campaña de las elecciones catalanas en el que el PP pueda sentirse cómodo, desgastar al resto de fuerzas y ganar votos pese a que si gobernara sus propuestas no ayudarán a resolver los problemas. Unas elecciones que se creía que iban a estar centradas en el debate nacional y las propuestas para afrontar la crisis, cuestiones ante las que amplios sectores del electorado tienen más dudas que certezas y pueden decantarse por la abstención. Muchos que no desean separarse de España, que optarían por la vía federalista, tras el batacazo del Estatut dudan de que quienes proponen este federalismo sean capaces de defenderlo. Muchos de los que creen que el camino a seguir debe ser un referendo sobre la independencia se sienten descorazonados por la triplicidad de siglas. Y las recetas de unos y otros para salir de la crisis tampoco entusiasman vista la obediencia de todos a organismos supranacionales.

Y en este contexto de desasosiego, el PP, en lugar de dedicarse a explicar sus alternativas ante la crisis y justificar su recurso contra el Estatut, que nos ha llevado a la situación actual, ha encontrado su espacio en las mentiras y la agitación demagógica de los problemas que generan algunos inmigrantes. Primero fueron los inexistentes campamentos rumanos de Badalona y la supuesta preferencia de los extranjeros en los baremos de ayudas. Unos baremos que rigen en Badalona o L'Hospitalet y a los que el PP dio sucuando se aprobaron en el Consell Comarcal del Barcelonès y que en ningún lugar dicen que se prima a alguien por ser extranjero. DespuésSánchez Camachose sacó de la manga la mentira según la que en Catalunya, «tanto unos gobiernos como los otros, pero especialmente en los 23 años de CiU, se dio prioridad a la inmigración de origen musulmán frente a la hispana porque se ha querido construir una realidad nacionalista».

Una afirmación totalmente falsa y que viniendo de quien viene, que desempeñó diversos cargos en el Ministerio de Trabajo, no puede atribuirse a la ignorancia. España no tuvo política de gestión de flujos migratorios hasta el año 2005 conJesús Caldera,que facilitó la contratación en origen. Hasta entonces el flujo migratorio funcionaba por el boca a oreja de los inmigrantes que iban donde tenían un amigo o un familiar que les acogía y les conseguía trabajo. Venían como irregulares y al cabo de un tiempo se regularizaban, y las mayores regularizaciones las hizo el PP. Y si en Catalunya ya en los años 70 y 80 vinieron más magrebís y subsaharianos fue porque era el lugar donde se detenían al encontrar la puerta cerrada para pasar a Francia, que rechazaba nueva inmigración.

Cerca de 100.000 marroquís trabajaron en los años 70 en la construcción de la autopista de Girona, la minas de Berga y determinadas industrias del Baix Llobregat, el Ripollès y Osona. Dado que en aquel tiempo los marroquís entraban como turistas, muchos al acabar la obra regresaron a su país, y otros se quedaron y trajeron a su familia. Mientras, los senegaleses y gambianos trabajaban en la agricultura en el Maresme y Girona. Donde se establecieron los primeros marroquís, como en Vic, llegaron más marroquís. Donde se instalaban gambianos, como en Salt, llegaron más gambianos. Y ni conFelipe González ni conAznarla contratación en origen funcionó, bien porque Trabajo no la autorizaba, bien porque el preceptivo visado no llegaba. Cuando en 1999, a causa de la dolarización de Ecuador, llegaron sin papeles más de 100.000 ecuatorianos, estos se repartieron por toda España, pero aquí, en Catalunya ya teníamos 100.000 africanos.

La última gran mentira que agita el PP es su denuncia de que el PSOE va a dar papeles, con el nuevo reglamento de extranjería, a todos los irregulares que lleven dos años en España. Esto es una burda tergiversación de las medidas que se barajaron en el borrador de reglamento para que quienes hoy tienen papeles y no los puedan renovar por estar en paro los recuperasen sií ya llevaban dos años en España y tenían una propuesta de contrato. Finalmente, el ministerio se ha decantado una opción más sensata: evitar que aquellos que están en paro queden en situación irregular, renovándoles el permiso de trabajo si están inscritos en el Inem y realizan los oportunos cursos de formación.

Si hace dos meses parecía que el discurso del PP catalán en inmigración obedecía a una estrategia local para evitar que Plataforma per Catalunya le quitara votos y para aupar aGarcía Albiola la alcaldía de Badalona, parece que con el apoyo que está dandoMariano RajoyaSánchez CamachoyAlbioles mucho más que eso. El PP experimenta en una comunidad que no gobernará la rentabilidad de agitar estas mentiras con la vista puesta en las municipales y la contienda por desbancar aZapatero. Está por ver si se repetirán estas mentiras en Madrid y Valencia, donde ellos gobiernan y gestionan los servicios sociales.

Periodista.