EL ONZE DE SETEMBRE

Los bíceps del soberanismo

RAFAEL TAPOUNET / BARCELONA

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"Estos son mis poderes". En el primer día de la campaña electoral que debe llevarnos hasta los decisivos comicios del 27-S, el independentismo catalán bien pudo hacer suya la célebre frase que, en los años de su segunda regencia, el cardenal Cisneros soltó a un grupo de nobles que cuestionaban su legitimidad para gobernar la Corona de Castilla. "Estos son mis poderes", les respondió el por entonces octogenario inquisidor franciscano mientras abría la puerta del balcón y señalaba un batallón de artillería dispuesto en posición de combate. Los poderes de los que este viernes ha hecho gala el frente soberanista fueron de una naturaleza sensiblemente distinta: cientos de miles de ciudadanos obstinadamente movilizados, armados con cartulinas de colores, y una capacidad asombrosa para organizar movidas multitudinarias.

MOSAICO DE COLORES

Por cuarto año consecutivo, un enorme gentío -1.400.000 personas, según la Guardia Urbana- aprovechó la Diada Nacional de Catalunya para salir a la calle y expresar su anhelo de constituir un nuevo Estado. Y en este caso, lo de la calle no era una simple metonimia sino que tenía un sentido literal. La calle era la avenida Meridiana, una arteria creada a golpe de desarrollismo y aluvión que para muchos barceloneses ha sido siempre poco más que una deslucida vía de paso y que adquirió la condición de lugar santo del independentismo. A lo largo de los 5,2 kilómetros del recorrido (la avenida tiene una longitud total de 7,1), los asistentes, llegados de toda Catalunya, ocuparon la anchurosa calzada para componer un mosaico de colores de simbolismo algo confuso pero de incuestionable impacto visual.

La Via Lliure fue una demostración de fuerza muy notable antes de la batalla de las urnas. Un despliegue de efectivos similar a los que solían protagonizar los ejércitos de Jerjes Alejandro Magno antes de entrar en combate a fin de minar la moral de los enemigos y atraer la adhesión de los indecisos. Una exhibición de bíceps. Un "estos son mis poderes" en toda regla. Cívico y festivo, sí, pero desafiante. Y así lo entendieron los nombres más relevantes de la candidatura independentista Junts pel Sí, que quisieron ver la movilización como el anuncio y la antesala de una clara victoria electoral.

"ORGULLO IMPERIAL"

"En la calle se influye, pero en las urnas se decide. Y podemos decidir el próximo 27-S", sentenció el 'president' Artur Mas, que finalmente optó por no asistir a la Via Lliure pero sí recibió a los organizadores en el Palau de la Generalitat. Mas se dirigió al Gobierno central para reclamarle que abandone su "orgullo imperial" y deje de "amenazar con las leyes" como si los soberanistas fuesen "delincuentes". Nada comentó Mas sobre el envite que poco antes le había lanzado el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, con la vista puesta en el escenario poselectoral: "No aceptaremos claudicaciones ni falsas vías. Nos comprometemos a estar al lado de las instituciones si hacen lo que toca [...]. Que no nos fallen".

El cabeza de lista de la CUPAntonio Baños, vecino de la Meridiana "de toda la vida", subrayó que "para llenar el Parlament primero se tienen que llenar las calles" y apuntó que la movilización había vuelto a demostrar que en Catalunya "las calles están llenas, absolutamente llenas, de gente que quiere alzar su voz y transformar sus vidas".

LA RETRANSMISIÓN

La manifestación fue puntualmente retransmitida por TV-3, que dedicó un programa especial de cinco horas a un acontecimiento de 45 minutos. En cumplimiento de la resolución de la Junta Electoral CentralJunta Electoral Central, la televisión pública catalana deberá ahora compensar a los partidos que no participaron en la Via Lliure con un tiempo equivalente de cobertura informativa, en día festivo y en la misma franja horaria. La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) propuso a los partidos emitir el domingo entrevistas con los cabezas de cartel de las candidaturas no independentistas; la oferta no fue aceptada por el PSC y el PP, que entienden que la fórmula que finalmente se adopte debe ser consensuada con los partidos y no decidida de forma unilateral por la CCMA.

Claro que, a juzgar por el impacto que tuvieron en las redes sociales las imágenes de Miquel Iceta bailando el 'Don’t stop me now' de Queen Miquel Iceta Queen en el mitin de apertura de campaña -otra forma de decir "estos son mis poderes"-, tal vez TV-3 haría bien en plantearse una edición especial del programa 'Bojos pel ball' con el candidato socialista como gran protagonista. Audiencia garantizada.