NUEVO ORGANISMO

Torra diluye el proceso constituyente ante la frágil unidad independentista

Lluís Llach y Quim Torra, este martes, en el Palau de la Generalitat.

Lluís Llach y Quim Torra, este martes, en el Palau de la Generalitat. / ALBERT BERTRAN

Fidel Masreal

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Etéreo. O dicho en términos benevolentes, con una cocción necesariamente lenta. Así nace otro de los instrumentos esenciales del 'procés'. Se trata del consejo asesor que debe impulsar un Fòrum Cívic i Social para el debate constituyente, presentado este martes en Palau por parte del 'president' Quim Torra y que coordinará el exdiputado, cantautor y escritor Lluís Llach. Un consejo del que no se conoce quién lo integrará, ni cuantos meses trabajará, pero que el 'president' considera una pieza clave -junto al Consell de la República, la movilización cívica y el papel de las instituciones- para reactivar la maltrecha unidad del independentismo.

¿Qué es el consejo asesor? ¿Qué es el debate constituyente, del que viene hablando el independentismo y parte de los 'comuns' desde hace años? Para entenderlo, hay que subrayar de entrada que tanto Torra como Llach, destacaron que no se está llevando a cabo un proceso constituyente. Porque el concepto 'proceso constituyente' equivale, como Llach precisó, a la arquitectura que se traza una vez se declara una independencia.

Y para evitar nuevos bloqueos por parte del Tribunal Constitucional -como ya hizo el alto tribunal respecto a las conclusiones de la comisión de estudio del Parlament sobre el proceso constituyente-, ahora se dibuja un proceso mucho más lento y abierto. Una comisión impulsará los debates ciudadanos, con voluntad de abrirlos a los no independentistas, para que todo ello confluya en el Parlament, que ya decidirá qué hace con este material.

"Totalmente inclusivo"

"Será totalmente inclusivo", afirmó Llach, si bien en su exposición, el exdiputado independentista habló de la "represión" y el "maltrato" del Estado respecto a los presos y "exiliados", y a la hora de poner ejemplos de entidades citó a la ANC o a los CDR, entre otros.

Según fuentes directamente conocedoras del consejo, esta vez se ha aprendido la lección. Es cierto que ya en el programa electoral de Junts pel Sí del 2015 se fijaba como objetivo, en el punto 1b la "proclamación de la independencia: la ley de transitoriedad jurídica y la ley del proceso constituyente". Lo cierto es que los programas electorales se los lleva el viento.

No en vano, no hubo declaración de independencia como estaba previsto si las elecciones arrojaban, como así hicieron, una mayoría parlamentaria independentista. Era una "declaración de intenciones", precisó el entonces 'president' Carles Puigdemont. Y la ley de proceso constituyente no se creó, más allá de que el 27-O el Parlament, justo antes de la DUI, aprobara una resolución de JxCat y la CUP en favor del "inicio y apertura del proceso constituyente".

No solo existen estos precedentes, sino que la comisión de estudio del Parlament elaboró un material extenso, con el handicap siguiente: que se presuponía que todo desembocaba en la independencia y la constitución propia, con lo que el TC tuvo perchas a las que aferrarse para impugnar ese texto. Además, las entidades cívicas expertas en estos procesos advirtieron: sumar a la mayoría social implica no presuponer el objetivo final de los debates más allá de un punto de partida: el derecho de Catalunya a definir su futuro.

Elecciones, no

Por su parte, Torra se curó en salud respecto a los mimbres legales de la comisión. Subrayó que es un organismo independiente del Govern y ya no citó como base legal la comisión de estudio del Parlament -cuyo texto impugnó el TC-, sino la parte de la ley catalana de consultas que el mismo Constitucional no cercenó.

Y dado que ahora se diluye el objetivo independentista de la comisión de Llach, la CUP también se desmarca, como hizo el lunes respecto al Consell de la República que lidera Puigdemont. Porque los ve inconcretos. Una inconcreción en la que, en el caso del consejo, es la clave para intentar llegar "al 100% de la sociedad", según remarcó Llach.

Por su parte, Torra aprovechó la comparencia para sacar pecho. A su juicio, y pese a la endeble unidad independentista, la base es suficientemente sólida como para no convocar elecciones. "En absoluto tengo intención de convocarlas en las próximas semanas", zanjó.