TENSIÓN PARLAMENTARIA

PP y Cs torpedean la maniobra de Sánchez para salvar los Presupuestos

Iolanda Mármol / Pilar Santos

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Gobierno, PP y Ciudadanos han puesto los sables en alto en un combate que mantiene en jaque la presentación de los Presupuestos del 2019 con exasperantes tecnicismos que se librará durante las próximas semanas en las grises rendijas reglamentarias del Congreso.

El Ejecutivo confía en que la maniobra planificada con sigilo desde la vicepresidencia para acelerar la tramitación de las Cuentas funcione. La Moncloa calcula que en dos meses habrá reformado la ley de estabilidad, lo que despeja el camino para llevar al Parlamento los Presupuestos antes de fin de año. Enfrente, conservadores y liberales se rebelan y amenazan con recurrir al Tribunal Constitucional. La pugna evidencia un nuevo contexto. Uno. La fragmentación parlamentaria obliga a disputar batallas no especialmente épicas en recovecos procedimentales para las que Pedro Sánchez ha puesto a trabajar a la 'expertise' del viejo PSOE. Y dos. Llámenlo paradoja. Los partidos que más enarbolan la bandera de la estabilidad y el orden en sus discursos están dispuestos a poner la espada de Damocles sobre la ley más sustantiva para garantizar esos conceptos: los Presupuestos.

¿Cómo? El PP recurrirá ante la mesa de la comisión de Justicia este jueves la enmienda presentada por el PSOE a la ley que regula una mayor formación de los jueces en violencia de género. Se trata de una norma que no tiene nada que ver con la estabilidad presupuestaria, pero que ha permitido al Gobierno utilizarla de atajo para acelerar todo el proceso. Como en esa comisión de Justicia los socialistas tienen mayoría y previsiblemente rechazarán la petición, los conservadores elevarán el próximo martes la queja a la Mesa de la Cámara, controlada por PP y Cs. Pablo Casado y Albert Rivera estiman que ahí podrían bloquear lo que consideran un "fraude". El Ejecutivo sostiene, en cambio, que la comisión es soberana y que la 'Mesa grande', como se la conoce, no puede inmiscuirse. 

Las Cuentas, en diciembre

Los socialistas prevén, por lo tanto, que en tres semanas el pleno del Congreso apruebe la reforma de la ley de estabilidad y se envíe al Senado. Nueva tentación de bloqueo, porque los populares conservan la mayoría absoluta en esa Cámara. Sin embargo, la Constitución establece que si el Ejecutivo pide trámite de urgencia en el Senado, el proceso no pude demorarse más de 20 días. De vuelta al Congreso, calculan en la Moncloa, la reforma estaría aprobada a finales de noviembre, lo que impediría al PP bloquear la senda de déficit. Sánchez recibiría el beneplácito de los diputados, puesto que la mayoría de grupos están a favor de unos objetivos que permiten 6.000 millones extra de oxígeno para el 2019. Con este examen superado, el presidente podría presentar los Presupuestos a mediados de diciembre. Los cálculos son apurados y el PP y Cs harán todo lo posible para torpedearlos.

Arguyen los naranjas que, si sus protestas parlamentarias no prosperan, elevarán la queja al Constitucional. El PP considera que el "fraude" del Gobierno puede ser tumbado por el TC. Si bien es cierto que en algunas ocasiones el Tribunal ha anulado esta actuación, en otras tantas la ha permitido. En el enredo de las interpretaciones, el Gobierno recuerda que los conservadores usaron esta misma argucia en 14 ocasiones la legislatura anterior [consultar documento adjunto]. El PP alega que nunca se había utilizado esta maniobra con una iniciativa abierta en el Congreso por el mismo tema.

Fuentes del Ministerio de Hacienda aseguran que "no preocupa" la ofensiva parlamentaria de PP y Cs. En la recámara tienen otra bala. Si ven que se eterniza el trámite de reforma de la ley de estabilidad, pueden presentar la senda anterior, validada en la etapa de Mariano Rajoy, y más tarde ajustar en los Presupuestos la corrección de los 1.200 millones que tiene de margen la Administración central. Este encaje, además, podría hacerse con una subida impositiva. 

Comparación con Maduro

La batalla presupuestaria calentó este miércoles la sesión de control. Casado tachó el ardid del Gobierno de medida "autoritaria" y le comparó con el venezolano Nicolás Maduro

Sánchez defendió la legitimidad  del mecanismo y afeó al líder de los populares el veto. "Sea usted demócrata y desbloquee el debate. ¿Qué miedo tiene?", espetó. Pablo Iglesias, que mantiene negociaciones con el Ejecutivo para sacar adelante las Cuentas, salió a defenderle y argumentó que la actuación es "completamente reglamentaria". 

Al final del día, tras saludar a los primeros ciudadanos que visitaban de la Moncloa en las nuevas jornadas de puertas abiertas, Sánchez se marchó a la cumbre europea de Salzburgo (Austria) con sus dos grandes preocupaciones en movimiento: la Generalitat vuelve a las conversaciones multilaterales,Generalitat aunque sin mayor compromiso, y los Presupuestos son posibles pero arduos de conseguir.