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Las seis razones de Montilla

JOAN Tapia

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Algunos se sorprenden de que elpresidentagote la legislatura. Tiene seis poderosas razones:

Primera. El Estatut le da ese poder. Y un presidente que quiera ganar no debe renunciar a ninguna prerrogativa ni plegarse a los intereses contrarios.

Segunda. El Estatut es la gran apuesta del PSC. La estrafalaria sentencia del Constitucional -y la indignación catalana posterior- expresan el fracaso (al menos parcial) de la propuesta socialista de convivencia de Catalunya y España. Montilla quiere probar que el Estatut ha recibido un golpe pero respira. Necesita oxígeno de Zapatero y algo de tiempo. Y que la opinión pública catalana reflexione sobre la alternativa. Haycaps calentsindependentistas, pero CiU se mueve en una inteligente ambigüedad. ¿Cómo piensa lograr Mas el concierto cuando CiU, PSC y PSOE (juntos) no han sacado adelante el Estatutcepillado? Es cierto que un PP necesitado (como en 1996) podría ceder más que Zapatero. Y Trillo manejar mejor el Constitucional. Es un argumento serio, pero un mal reclamo electoral.

Tercera. Montilla ya ha encajado todas las críticas por un tripartito que era una coalición de gobierno pero no un proyecto de país. Ahora CiU sale ganadora en las encuestas, y los estrategas del PSC creen que el proyecto de Mas será atacado desde el soberanismo. Por una ERC desatada y por Joan Laporta. Mas se sabe defender pero recibirá golpes. Y debe tener en cuenta que CiU se alimenta de todos los colores del catalanismo: desde conservadores prudentes y alérgicos a los impuestos hasta soberanistas lanzados a lo Felip Puig. Como dice Vicenç Villatoro, unas elecciones en clave nacionalista podrían no ser lo mejor para CiU.

Cuarta. Hay convocada una huelga general de UGT y CCOO, y al PSC le conviene la máxima distancia entre la huelga y la votación. Para que se haya asumido que el giro económico de Zapatero es duro pero inevitable y que nadie con aspiración a gobernar -no el bueno de Joan Herrera- propone nada más progresista.

Quinta. Montilla cree que ya ha recibido todas las bofetadas posibles y que sobre CiU planea el fantasma de Fèlix Millet. Aunque muchos medios de comunicación -gran acierto de Mas y Duran, grave carencia de Montilla- miren hacia otro lado, el fantasma está ahí.

Sexta. Elpresidentdebe saber que no tiene muchas opciones, pero cree que una campaña larga debilita a Mas, que quedará lejos de la mayoría absoluta, condicionado y forzado a elegir. ¿Al PP? ¿A ERC? ¿Por qué no una entente (que no implica gran coalición) con el PSC? En el 2003 y el 2006, el PSC impuso su programa máximo: presidente socialista. Ahora podría tragar el mínimo: presidente Mas condicionado por el PSC. El viejo deseo de Zapatero.