EL BLOQUEO DE LA INVESTIDURA

El reparto del poder en el nuevo Govern encalla la negociación

Imagen de Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el Parlament, en junio del 2016.

Imagen de Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el Parlament, en junio del 2016. / periodico

Daniel G. Sastre / Xabi Barrena

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Las reuniones de este jueves de Junts per Catalunya y ERC para poner en marcha la nueva legislatura catalana no han ido bien, hasta el punto de que las negociaciones han quedado congeladas. El problema es el mismo que los partidos, pese a haber avanzado en la estructura del Govern, no consiguen solventar desde el inicio de las conversaciones: ¿quién será el líder del nuevo Ejecutivo y cómo se repartirá el poder? El margen entre ambos -34 escaños de JxCat y 32 de los republicanos, menos de 13.000 votos de diferencia- es tan estrecho que nadie quiere renunciar al timón de la Generalitat.

La lucha por la hegemonía se ha recrudecido en las últimas horas. Las dos principales formaciones independentistas batallan por los cargos de la próxima legislatura, y por el relato con el que se explica la nueva situación. En JxCat están más interesados en la épica, en mantener el conflicto con el Estado. Es una estrategia que ya les dio unos resultados inesperadamente buenos en las elecciones, y que les permitió situarse por delante de ERC. Los republicanos están en una etapa más pragmática, y buscan un Govern "estable" con un 'president' "efectivo".

Las versiones de por qué se ha llegado a este nuevo escenario de bloqueo difieren considerablemente de una formación a otra. Ambas partes coinciden en que el pacto estaba cerca de cerrarse, y en que los últimos flecos lo han impedido. Y también en que el parón de este jueves no tiene por qué convertirse en un bloqueo definitivo, aunque sectores de la lista de Puigdemont siguen advirtiendo de que la repetición de elecciones es una opción que aún no cabe descartar.

Planteamiento ambicioso

Para JxCat, el bloqueo está motivado por el planteamiento demasiado ambicioso de sus hasta ahora socios. Los republicanos "quieren demasiadas cosas", en especial en el ámbito del control de la comunicación del Govern, sostienen esas fuentes. Figuras como la del portavoz de la nueva Generalitat o cargos como la dirección de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) están en disputa.

Los fieles a Puigdemont también rechazan que el reconocimiento tanto al 'expresident' como a la etapa que según ellos representa -en especial el referéndum unilateral del 1 de octubre- sea solo simbólico. No basta con la propuesta de resolución que JxCat y ERC negocian, y que en principio debería aprobarse en los próximos días en el Parlament: quieren un "compromiso político de cuatro años". Y avisan de que no prescindirán de la estrategia de choque: "No estaremos en un Govern autonomista".

En el centro de la discusión sigue estando la figura de Puigdemont. El 'president' cesado por el Gobierno tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución no quiere quedar relegado a un papel honorífico. Aunque permanezca en Bruselas, al frente de una estructura paralela al Govern que se forme en Catalunya, reclama atribuciones que estatutariamente corresponden al líder de la Generalitat, como la de convocar elecciones o la de cesar 'consellers', sostienen fuentes conocedoras de la negociación.

Todo apunta a que Puigdemont ya ha asumido que no tendrá el título formal de presidente de la Generalitat. El 'president' destituido tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución sigue perfilando qué papel quiere tener desde Bruselas. "Tiene que mandar", sostienen sus fieles en el grupo parlamentario de JxCat. Pero al margen de la fórmula que se acuerde, de su decisión depende la estructura final del Govern.

Para ERC, es JxCat quien pretende asumir cuotas de poder que no se corresponden con el resultado electoral, y sospechan de un bloqueo premeditado. "Quieren un 'president' en el exilio, un 'president' efectivo pero en la cárcel y un 'conseller' de Presidència y portavoz. Y suprimir la Vicepresidència para que ERC no sea la cara visible", se quejan otras fuentes conocedoras de la negociación.

Sànchez y Junqueras

Según esas voces, los posconvergentes defienden las opciones de Jordi Sànchez para encabezar el Govern en Catalunya, una opción que contribuiría a alargar el desgobierno porque es muy dudoso que pueda ejercer mientras siga en la cárcel. Los republicanos aducen que, si se trata de "restituir" el Ejecutivo anterior, Oriol Junqueras debería ser el elegido. Sin embargo, la discordia es tal que otras fuentes aseguran que la 'opción Junqueras' ni siquiera se ha puesto sobre la mesa durante las negociaciones.

También hay discrepancias acerca del proceso constituyente que ambas formaciones quieren poner en marcha. "No puede ser solo un instrumento para independentistas, sino que debe servir para ensanchar la base, debe ser un elemento inclusivo", dicen quienes aspiran a que la nueva legislatura sirva para algo más que para ampliar la nómina de imputados.

Y, sin embargo, ERC y JxCat habían avanzado en la composición del nuevo Govern antes del parón de este jueves. Aunque no se esperaba un desenlace "inminente", sí se iban cerrando detalles sobre la estructura del Ejecutivo, como que tendrá 14 'conselleries' que se repartirán al 50% entre los dos partidos independentistas.