Junts pel Sí se desentiende de las dudas internas de la CUP

 Pasado el primer momento de estupefacción y enojo, en la misma tarde del domingo, en cuanto se supo el resultado final de la asamblea de la CUP, con ese empate en lo alto del marcador, las aguas en el seno de Junts pel Sí parecen haberse calmado, como mínimo tácticamente. La indignación persiste, pero al mismo tiempo la voluntad de no salpicarse directamente con las cuitas internas de la fuerza asamblearia. Así, el que fuera cabeza de lista de la coalición en el 27-S, Raül Romeva, ha señalado este lunes que JxSí no dará ningún nuevo paso para tratar de decantar hacia el 'sí' a Artur Mas el empate existente. Dicho de otro modo, la coalición se desentiende y se limita a esperar "respetuosamente" al 2 de enero para saber si oferta, compuesta por el plan de choque social y  siempre con la presidencia para Mas, es aceptada o no.

"La oferta que hicimos no ha sido rechazada, cuenta con el aval del 50% del partido y sigue siendo valida y está viva, ellos deben definirse y decir si la aceptan o no", ha afirmado el execosocialista en el Parlament. Acerca de la posibilidad de cambiar de candidato, tal y como pidió la diputada de la CUP Anna Gabriel tras la asamblea del domingo, Romeva ha rehusado ponderar esta posibilidad: "Hay dos escenarios en términos de empate. Cuando ellos resuelvan esas tablas podremos valorar el resultado que salga". El propio Romeva se ha reunido brevemente por la tarde con la CUP en el Parlament para trasladar a los anticapitalistas que no habrá nueva oferta de investidura.

La opción de dar por deshauciado el pacto con la CUP, ni que fuera por una cuestión de dignidad, no fue valorada tampoco por ERC, el socio silencioso de Junts pel Sí. Los republicanos, según explicó una voz autorizada del partido, siguen creyendo que la opción de pacto el día 2 es mejor que la convocatoria de elecciones. Aun a sabiendas que el escenario soñado por ellos, el que incluía además de la investidura de Mas un acuerdo de estabilidad parlamentaria, parecido al que ellos suscribieron con CiU en el 2012, parece poco menos que imposible a la luz de la división interna de los anticapitalistas.

LOS "VAIVENES" ANTICAPITALISTAS

También el líder de CDC en el Congreso, es decir, de Democràcia i Llibertat, Francesc Homs, otrora martillo de los anticapitalistas, ha dicho no sentirse especialmente preocupado  por la imagen que pueda estar dando su partido ante los "vaivenes" de la CUP. Tras reunirse en la Cámara baja con los nuevos diputados y senadores electos, Homs ha recordado que la CUP se comprometió a dar una contestación a la propuesta de su partido para la investidura de Mas y sin embargo no la ha dado."Vamos a esperar a ver", ha subrayado Homs

En el otro fiel de la balanza se ha situado el también diputado de Democràcia i Llibertat Carles Campuzano quien ha pedido buscar otra mayoría en Catalunya para formar Govern o convocar nuevas elecciones, después del "ridículo" de la asamblea de la CUP. "La legislatura tal y como se planteó la noche del 27S está acabada", ha afirmado este lunes en un apunte en Twitter. Su jefe de filas, Homs, ha señalado que lo dicho por Campuzano era solo una opinión meramente personal. 

¿Y Mas? En la misma línea tanto de no echar gasolina al fuego y, sobre todo, que ninguna chispa prenda sobre su ropa, el 'president' ha obviado toda referencia explícita a lo sucedido el domingo y se ha limitado a señalar, en la inauguración de un centro penitenciario en El Catllar (Tarragonés) que Catalunya y el Govern están funcionando pese a "las incertidumbres y las inquietudes" políticas. Además, Ma ha dejado claro que su Ejecutivo "no se despreocupa del día a día", para replicar a las críticas sobre que Catalunya tiene un Govern en funciones desde el 27-S.