ELECCIONES GENERALES

La odisea del voto por correo

La Junta Electoral Central amplía hasta este viernes el plazo para solicitarlo

La reina emérita Sofía en las instalaciones del Grupo Correos en la calle Chile de Madrid.

La reina emérita Sofía en las instalaciones del Grupo Correos en la calle Chile de Madrid. / periodico

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Votar por correo siempre es una odisea. Lo saben bien los que intentaron hacerlo en las pasadas elecciones catalanas, marcadas por el caos y en las que un tercio de los votos se quedaron por el camino. De cara al 20D, en las que pueden participar 1.875.272 españoles que viven en el extranjero, el voto por correo puede ser clave. Teniendo en cuenta el interés suscitado por estos comicios y que esta semana ha tenido varios días festivos, la Junta Electoral Central (JEC) ha acordado este jueves ampliar el plazo para la solicitud de voto por correo hasta este viernes.

La decisión de conceder 24 horas más ha dado un poco de aire tantos a los que quieren votar como a los trabajadores de Correos, desbordados en las últimas horas por el aluvión de visitas de última hora, pese a que el plazo se abrió el 27 de octubre. La JEC ha ampliado también hasta el lunes 14 de diciembre el plazo de que dispone la Oficina del Censo Electoral para remitir la documentación electoral a los electores que lo hayan solicitado. 

El drama de los expatriados

El voto del expatriado es un caos desde que en el 2010 se aprobó una ley electoral que obliga a inscribirse a los que viven fuera de España en el censo de residentes ausentes (CERA) o en el de residentes temporales (ERTA) y pedir las papeletas por correo o fax. Antes del 2011, recibía los documentos electorales por correo y en su casa, sin necesidad de realizar ningún otro trámite, y solo tenía que enviarlos en el periodo establecido. Ahora, muchos expatriados reciben las papeletas con el plazo para votar por correo casi finalizado o incluso ya expirado, lo que les deja como única opción un largo viaje hasta el consulado más cercano para poder votar en urna. En otros casos, los sufragios llegan fuera de plazo a España o se extravían en el trayecto hasta el lugar de escrutinio. Esa sería una de las explicaciones de que, por ejemplo,si en las generales del 2008 votó el 31,88%, en las del 2011 la cifra se desplomó hasta el 4,95%. En el carrusel de citas electorales de este 2015 la cifra se ha mantenido en el 4%, demostrando la ineficacia del sistema.