Duran asume la derrota y pone su cargo a disposición de Unió

Unió, que por primera vez en 37 años acudía a unas elecciones sin Convergència, se quedó sin representación parlamentaria, una derrota sin  paliativos que tuvo ayer mismo su primera consecuencia: el líder del partido democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, puso su cargo de presidente del comité de gobierno de UDC a disposición del máximo órgano del partido entre congresos, el consejo nacional.

Duran Lleida compareció para reconocer que Unió había perdido las elecciones y que, como máximo responsable del partido, debía asumir las responsabilidades" porque era su "obligación moral y política". El próximo 17 de octubre se reunirá el consejo nacional de Unió, para tomar las decisiones pertinentes.

Con todo, Duran sacó pecho: "No nos arrepentimos de nada, volveríamos a hacer lo mismo", afirmó. Se refería tanto a la campaña como a la ruptura con CDC. Defendió a Ramon Espadaler como un "excelente candidato", con el que seguirá contando, remarcó. Porque Unió, aunque quede fuera del Parlament esta legislatura, seguirá viva, y se comprobará, sin ir más lejos, el próximo diciembre, cuando "Unió será una opción nítida a las elecciones a las Cortes generales", aseguró Duran.

"Nosotros no dimitimos de nuestras ideas, pienso lo mismo que pensaba ayer, que la única manera de hacer política es el diálogo y el tiempo del diálogo volverá", afirmó por su parte Espadaler. Según el secretario general de Unió, y cabeza de lista en estas elecciones, les han perjudicado dos hechos: el poco tiempo que han tenido de vida en solitario (sin CDC) y la bipolarización de la campaña, que ha matado los matices, que defendían candidaturas como la suya. "Cuando se plantean las cosas 'conmigo o contra mí' hay gente que  hace la opción por el rupturismo o por opciones como Ciutadans. Habrá que analizarlo", respondió.

LOS GANADORES

Ni Duran ni Espadaler, que comparecieron visiblemente tocados, maquillaron la derrota de Unió, pero tuvieron también un mensaje sobre la complicada situación que dibujan los resultados electorales. "A partir de mañana, todo el mundo tendrá problemas, quizá más los que han ganado", dijo Duran, al referirse a que la opción independentista no sumaba la mayoría de votos. Pero también lanzó un mensaje al resto de España: un 47% a favor de la secesión es un porcentaje demasiado alto como para ignorarlo.

Unió se presentó a las elecciones muy debilitada, después de que rompiera la federación con Convergència el pasado junio y los soberanistas de UDC descontentos con la línea oficial del partido se escindieran en Demòcrates de Catalunya. Este nuevo partido, impulsado por Antoni Castellà, Núria de Gispert y Joan Rigol, se acabó integrando en la lista de Junts pel Sí. Casi la mitad de los cargos electos de Unió marcharon a Demòcrates de Catalunya. Unió, que empezó la legislatura con 15 diputados en el Parlament, acabó con 10.

Durante la campaña electoral, Espadaler afirmaba que tenían "más espacio que tiempo", para resumir que el catalanismo moderado que representa Unió seguía existiendo, pero que tenían muy poco tiempo de vida. Ayer mantuvo que seguían teniendo espacio. Y también futuro, recalcó.