declaración ante la jueza que investiga los fondos ocultos

Pujol no justifica con documentos el origen de su fortuna

JORDI PUJOL Y MARTA FERRUSOLA El matrimonio entra en los juzgados.

JORDI PUJOL Y MARTA FERRUSOLA El matrimonio entra en los juzgados.

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Ni un solo documento. El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol Soley no acreditó ayer con papel alguno ante la jueza de Barcelona Beatriz Balfagón que el origen de la fortuna que la familia tiene en Andorra sea parte de la herencia de su padre, Florenci Pujol, ni que el incremento de los fondos allí depositados, que se multiplicaron por tres, procedieran de las inversiones financieras que se realizaron en el país vecino. El exmandatario catalán declaró como imputado durante más de dos horas y se sometió a las preguntas de la jueza que investiga el presunto fraude a Hacienda y el blanqueo de dinero; del fiscal anticorrupción Alejandro Luzón, que viajó expresamente desde Madrid, y de su abogado defensor, Cristóbal Martell. No quiso contestar al abogado Sebastián de Juan, que representa a las acusaciones Manos Limpias y Plataforma per Catalunya.

Jordi Pujol acudió a las 9.30 de la mañana a la Ciutat de la Justícia de Barcelona acompañado de su esposa, Marta Ferrusola, que también está imputada y que se acogió a su derecho a no declarar. También estaban citados sus hijos MartaMireia y Pere, que sí contestaron a las preguntas de la jueza y la fiscalía. Eso sí, estos apuntaron a que su hermano mayor, Jordi Pujol Ferrusola, era quien manejaba más las cuentas andorranas, ingresando y repartiendo el dinero, según fuentes jurídicas consultadas por este diario.

Los hijos del expresidente explicaron a la magistrada que se enteraron de la existencia de esos depósitos en Andorra en 1992 y que, posteriormente, tras la publicación en 'El Mundo' de la existencia de las cuentas, decidieron regularizarlas ante la Agencia Tributaria. Agregaron que les comentaron que ese dinero era un legado recibido de su abuelo, que estaba obsesionado de que sus nietos pudieran quedar desamparados económicamente por la vocación política de su padre.

El expresidente se explayó más en su declaración ante la jueza, pero sin salirse del guion esbozado en su carta remitida a los medios de comunicación el 25 de julio del 2014 en la que confesaba que había mantenido en el extranjero (después se supo que en Andorra) una parte de su fortuna personal. Como hizo entonces y posteriormente en el Parlament, Pujol sostuvo que el dinero era el legado de su padre, Florenci, que lo había ganado con la compraventa de dólares durante el franquismo. Detalló que conocía el origen de la fortuna desde los años 60, pese a que su padre llevó el asunto con "un gran secretismo" y que desde el principio se desentendió de los fondos, hasta el punto que ignoraba en qué país y banco estaban ingresados

LAS MISIVAS DEL PADRE

Para dar más veracidad a su versión, el exmandatario catalán se refirió a unas cartas manuscritas de Florenci Pujol para Marta Ferrusola en las que daba indicaciones sobre sus últimas voluntades ante la preocupación por que las actividades políticas de su hijo Jordi, presidente de la Generalitat entre 1980 y el 2003, arrastraran a la ruina económica a la familia. Recordó que su actividad política antifranquista le había llevado a la cárcel. Sin embargo, el expresidente no entregó a la jueza esas misivas, alegando que las tenía su esposa. El objetivo de esos fondos era convertirlos en una especie de "hucha" para asegurar el futuro de su esposa y sus hijos, dijo.

El expresidente explicó, siempre según fuentes jurídicas, que los fondos ocultos en Andorra pasaron de 140 millones de pesetas (841.400 euros) a 500 millones de pesetas (tres millones de euros) gracias a que el capital inicial fue invertido en productos financieros que les administraba un gestor bancario. La jueza le llegó a preguntar a los Pujol por qué no habían aportado el extracto de los movimientos bancarios que avalarían su versión, pero el imputado dijo que no se le había ocurrido. Tampoco los entregó ayer. Sin que nadie le preguntara, Pujol indicó que el dinero oculto no procedía "de la corrupción, ni del erario".

Asimismo, precisó que los fondos de Andorra fueron administrados en un primer momento por una persona de su confianza, ya fallecida, y que ayer identificó como Delfí Mateu, un exalto cargo de Banca Catalana. Esta persona dejó de gestionar los fondos en 1989, por lo que esta labor, relató, pasó a manos de su primo Josep Pujol Figa, que lo aceptó durante unos meses, aunque renunció al centrarse en su su labor como secretario general de la Presidència del Govern que presidía Pujol. A partir de esa fecha, se hizo cargo de esos depósitos andorranos el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola.

El exmandatario catalán alegó que decidió no regularizar ante la Hacienda española ese dinero y optó por desvincularse de él por «miedo» a que su imagen política quedase dañada por la repercusión mediática negativa, pero que confesó en julio por un «propósito ético». E insistió en que no tiene ninguna cuenta corriente en el extranjero.

CON TRADUCTOR / En la parte inicial de su interrogatorio, Pujol se expresó en catalán para responder a las preguntas que le formulaban, lo que obligó a incorporar un intérprete para que tradujera sus palabras en castellano para que le entendiera el fiscal Alejandro Luzón, que vive en Madrid. Sin embargo, al final y ante la incomodidad que suponía la traducción de sus palabras, el mismo expresidente decidió utilizar el castellano para expresarse.