LA OPINIÓN

Inteligencia y realidad

ENRIC MARÍN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

He tenido la oportunidad de tratar bastante a Miquel Iceta como para saber que se trata de un político inteligente y experimentado. De hecho, cuesta entender que haya tardado tanto en abandonar el papel del Cyrano que presta su ingenio a terceros. Si hay alguien capaz de enderezar la situación del PSC es Iceta. Por capacidad comunicativa, visión política y pragmatismo. Sus primeros movimientos ya han proporcionado una cata bastante convincente de estas habilidades. Pero también de las severas limitaciones que impone la disposición de las piezas en el tablero de ajedrez de la política catalana.

En el catalanismo existe un sólido consenso transversal en torno a la idea de que ya no existe ninguna posibilidad de encontrar una solución al contencioso entre Catalunya y España que no pase por consultar directamente a los catalanes sobre la definición del estatus político de Catalunya. Los campos están perfectamente delimitados, y hasta noviembre el espacio para las posiciones intermedias todavía se hará más estrecho e insignificante. Hay margen para defender el no, el sí-no o el sí-sí. Lo que queda claramente fuera de la corriente central del catalanismo es no participar del consenso social expresado en el Pacte Nacional pel Dret a Decidir.

Una hipotética tercera vía quizá podría especular con un estrepitoso fracaso del soberanismo y la recomposición de la centralidad política en clave de federalismo asimétrico. Pero España no es Canadá. Nada hace pensar en una actitud generosa del establishment político y mediático español ante una Catalunya políticamente derrotada y frustrada. El fracaso del derecho a decidir sería el fracaso de toda forma de autogobierno efectivo. Y también el fracaso del PSC.