RELEVO EN EXTERIORES

Borrell señala como sus preocupaciones clave la unidad de España y la crisis de confianza en Europa

Para el nuevo ministro, "España se enfrenta al principal problema de un país: su integridad territorial"

Josep Borrell y Alfonso Dastis

Josep Borrell y Alfonso Dastis / JAVIER LIZÓN (EFE)

Juan José Fernández / Pilar Santos

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El catalán Josep Borrell ha confirmado las expectativas que se generaron en torno suyo cuando su nombre fue el primero que trascendió del gabinete que estaba formando Pedro Sánchez: contrarrestar la acción exterior del independentismo catalán y fortalecer la confianza de Europa contra la ola de euroescepticismo serán los ejes principales de su actuación de gobierno.

El nuevo ministro de Exteriores los ha abocetado durante su discurso de toma de posesión, este jueves en el Palacio de Santa Cruz, sede del ministerio, donde ha recibido la cartera de manos de Alfonso Dastis.

"Son tiempos difíciles –ha dicho con énfasis-. España se enfrenta al principal problema al que se puede enfrentar un país: el de su integridad territorial".

Este asunto de Estado está vinculado con el otro problema que describe el ministro: "La Unión Europea se enfrenta a una crisis de confianza", ha asegurado aludiendo al escepticismo y el recelo hacia las instituciones de la UE que, desde el inicio del Brexit, gana terreno en el continente. "Si me hubiese quedado dormido en 2007 y hubiera despertado once años después no reconocería a la Europa que habría dejado con la Europa que hay", ha explicado. Contra esa situación "España debe contribuir decisivamente, no formando minorías de bloqueo, sino mayorías de avance".

De esta forma ha adelantado un alineamiento de España con la hoja de ruta que Macron y Merkel quieren presentar en el Consejo Europeo de junio para la reconstrucción europea, intentando que ese debate deje de ser liderado exclusivamento por París y Berlín.

Retos inmediatos

Varios frentes prioritarios se le abren a Borrell en su propósito de reactivar la acción exterior de España. En Europa, ser un agente clave en la negociación del Brexit con la vista puesta en el futuro de Gibraltar.  En Oriente Medio, el aumento de la tensión por el alineamiento de Estados Unidos con Israel y Arabia Saudía frente a Irán. En el Atlántico y Pacífico, la amenaza de guerras comerciales entre Estados Unidos y varios países. Ese riesgo incluye, además de a la UE, a México, China o Canadá.

Pero en el tablero estratégico no todo son retos, también se le presentan a Borrell oportunidades, como reactivar los lazos con los países de Iberoamérica, poco mimados durante las etapas de sus antecesores Margallo y Dastis. O la posibilidad de diferenciarse y marcar ideología en el debate europeo sobre inmigración y refugiados. 

Aviso a los diplomáticos

Borrell se ha acordado en su toma de posesión de los funcionarios del servicio exterior. Hablaba, de hecho, no solo ante la vicepresidenta Carmen Calvo, también ante una nutrida representación de la carrera diplomática que le ha dedicado una fuerte ovación cuando ha terminado su discurso diciendo toreramente: "Que Dios reparta suerte".

Pero no es solo cuestión de azar o intervención divina. Borrell necesita la colaboración de toda la estructura, el organigrama de un departamento que con el anterior gobierno ha perdido varias batallas en Europa contra el independentismo, a veces por pura incomparecencia, como él en alguna ocasión ha denunciado antes de ser el titular del departamento.

"Un ministro no es nada, es poca cosa –ha vuelto a explicar gráficamente-. Un ministro es lo que son las personas que tiene alrededor". Y un ministro no puede aplicar sus políticas "sin funcionarios capaces, leales y neutrales. Eso es un gran activo de un país".

Borrell ha mostrado confianza en la estructura del Ministerio cuando ha arengado a los funcionarios diciéndoles que deben "estar orgullosos, porque es una gran riqueza de España su administración pública".

Cordial traspaso

Ha sido uno de los relevos más cálidos de cuantos este jueves han escenificado en diversos puntos de Madrid el cambio de Gobierno.

El ministro saliente, Alfonso Dastis, ha mostrado su satisfacción ante el hecho de que su sucesor sea Borrell, "por su dilatada experiencia y su trayectoria impecable en el interior y exterior en defensa de los intereses de España”.

De hecho, en la tarde de este miércoles, donce horas antes del traspaso, los dos mantuvieron una larga "y agradable" reunión, ha confirmado Dastis a EL PERIÓDICO, en la que se trataron los principales asuntos del departamento.

Dastis y Borrell se conocen desde los debates de la Convención, hace ya 15 años. “"codo con codo, aunque cada uno en su posición", dice el exministro.

Los dos se han fundido en un abrazo en la ceremonia. Y Borrell también le ha dirigido a su antecesor una salutación cordial cuando le ha dicho que recibe la cartera "de un servidor del Estado, un amigo y compañero en los caminos de Europa con quien he tenido ocasión hora de compartir horas de trabajo por los caminos de Europa, en pro de los intereses de España”.

Preocupación americana

En corrillos improvisados antes de la toma de posesión, Borrell ha confesado que solo tiene "algo" diseñado su equipo, y que ya tiene la cabeza en su tarea más cercana: acompañar a los reyes a Estados Unidos la próxima semana.

No es esa la única razón por la que mira al otro lado del Atlántico. Borrell, en público y en privado, ha mostrado este jueves su preocupación por los acontecimientos en Nicaragua y Guatemala. A los funcionarios españoles destinados en ese país ha dedicado unas palabras de agradecimiento: "Están ayudando a los habitantes hermanos de Guatemala", ha dicho.

El nuevo ministro ha confirmado que España será en 2020 sede del Mundial de la inclusión, "a pesar de que hemos puesto poco dinero, no como otros países, que ponían mucha plata sobre la mesa".

A su toma de posesión ha asistido Miquel Iceta, primer secretario del PSC, uno de los tres socialistas catalanes que se han repartido por Madrid para asistir a las ceremonias de relevo. El concejal barcelonés Jaume Collbony ha asistido a la de Meritxell Batet en Administraciones Públicas, y el secretario de organización Salvador Illa a la de José Luis Ábalos en Fomento.