PERFIL

Inés Arrimadas, la Khaleesi naranja

La líder de Ciutadans ha protagonizado una fulgurante carrera política desde que entró en el partido hace siete años

Rafa Julve

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A algunos dirigentes de Ciudadanos les encanta verse reflejados en 'Borgen', serie de televisión en que la moderada Birgitte Nyborg se alza con la presidencia de Dinamarca tras pactar con los Laboristas. Inés Arrimadas, en cambio, ni siquiera la ha visto. Ella es más de 'Juego de Tronos', hasta el punto de tener una camiseta naranja de Daenerys Targarien, conocida también como Khaleesi o Reina de Dragones, protagonista clave de la saga fantástica creada por George R. R. Martin.

Como Khaleesi, explican en el entorno de Arrimadas, la presidenciable naranja tiene las ideas muy claras y difícil es apartarla de su camino cuando se fija un objetivo. Puño de hierro en guante de seda, sus colaboradores destacan su capacidad de lanzar contundentes ataques a los rivales sin necesidad de recurrir a los insultos ni las estridencias de algunos correligionarios y empleando un tono más sosegado. "Eso descoloca a sus adversarios", afirman. Aunque también le sobrevienen algunos momentos de rock duro, como le nacen a la Targarien cuando se enerva y arroja sus dragones contra el enemigo. De una seguidora de Led Zeppelin y Extremoduro siempre hay que esperar algún destello de 'rauxa'.

El momento en que más fuego echaría por la boca es cuando hay una actitud machista de por medio. El (pen)último encontronazo lo tuvo con el bufón independentista Toni Albà, que llamó "mala puta" a "Inés", pero ya en el 2015 se enfrentó al entonces 'conseller' Felip Puig por un comentario que no venía al caso en que este le preguntó si posaría desnuda para un cartel electoral como lo hizo Albert Rivera en el 2006.

Cuando salió aquel póster del líder de Ciudadanos, Arrimadas ni siquiera se había establecido en Barcelona. Ella nació en Jerez de la Frontera hace 36 años, aunque sus padres, originarios del pueblo salmantino de Salmoral, ya residieron en la capital catalana en la década de los 60, donde nació el primero de sus cuatro hermanos (tres chicos y una chica). Después se trasladaron a la localidad gaditana, donde el padre, Rufino, que era abogado de profesión, fue concejal por la UCD entre 1979 y 1983.

Arqueología política

De pequeña quería ser arqueóloga y ha acabado sacando votos para Ciutadans hasta de debajo de las piedras. "Ha conseguido que nos vote hasta un exdiputado de CiU", bromea un compañero. Ese exdiputado de CiU no es otro que Xavier Cima, su marido, con quien coincidió en el Parlament durante la primera legislatura en que Arrimadas estuvo presente en la Cámara catalana. Se casaron en julio del año pasado con cierto revuelo mediático: aquello fue para algunos como un enlace entre una Targarien y un Lannister, familias antagónicas, aunque tras algunos resquemores y chirigotas iniciales, en su partido no les quedó más remedio que aceptarlo.

La presidenciable de Ciutadans estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas en Sevilla y decidió quedarse a vivir en Barcelona en el 2008 para trabajar como consultora en la compañía Daleph. Con el inglés dominado y también el francés (estuvo de Erasmus en Niza), su empresa le pagó unos cursos de catalán y llegó a sacarse el nivel C, aunque ya había hecho pinitos con ese idioma cuando vivía en Jerez: 'culé' empedernida de las que se forraban la carpeta del instituto con fotos de Pep Guardiola, lo primero que aprendió fue el himno del Barça.

Ya asentada en la capital catalana, en el 2010 una compañera de trabajo le propuso ir a un acto de Ciudadanos en el Teatre Romea (pese a su timidez, cada vez más extinta, ella también interpretó alguna que otra obra en el colegio). Allí empezó a interesarse en el proyecto naranja y asistir a reuniones de las juventudes del partido. Y en una de esas, Rivera fue a dar unas clases de oratoria, vio que ella tenía posibilidades y le propuso ir al Parlament a la comisión de Joventut, donde no hace falta ser diputado para intervenir. Era el 2011.

Portavoz de grupo

A partir de entonces inició una fulgurante carrera política. Ya por aquellas fechas Rivera le ofreció entrar en la ejecutiva del partido. Un año después entró en las listas a las elecciones del Parlament en el puesto número 4 y consiguió un escaño y en el 2015 asumió el cargo de portavoz del grupo parlamentario tras la dimisión de Jordi Cañas por su imputación por un presunto fraude fiscal y la dedicación de Carina Mejías al Ayuntamiento de Barcelona. Era el paso previo a ser la cabeza de cartel para las 'plebiscitarias' del 27-S, de las que salió nombrada jefa de la oposición.

Este mismo año, Rivera le ha dado más poder si cabe al nombrarla portavoz de Ciudadanos en toda España. Incluso en algunos mentideros le auguran una trayectoria más larga y ven su futuro en Madrid. "Eso es que algunos tienen miedo de que me quede en Catalunya", regatea ella sin inmutarse.