El independentismo invitará a Ada Colau a la cumbre sobre el referéndum

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XABI BARRENA / BARCELONA

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Tras dejar enfilado lo que vendría a ser el partido de ida de los presupuestos, es decir, tras garantizarse el ‘sí’ de la CUP para superar el debate a la totalidad del proyecto, que tendrá lugar el próximo 20 de diciembre, y en tanto no llega al ‘match’ definitivo, ya en febrero, el soberanismo enfila la proa ya hacia el referéndum de septiembre. El Govern dará en breve el pistoletazo con la convocatoria de la cumbre sobre el plebiscito que debe empezar a dar forma a la cita con las urnas.

La convocatoria, una exigencia de la CUP, fue pospuesta en su dia hasta que los anticapitalistas dieran muestras de buena voluntad, precisamente, con la aceptación del trámite de los presupuestos.

Aunque formalmente será el Parlament el que formalice la cumbre, no en vano este cónclave es la heredera del Pacte Nacional del Dret a Decidir, el Ejecutivo catalán lleva ya días preparándola. Así, según ha podido saber este diario, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y ‘lideresa’ de los ‘comuns’, ese espacio político pujante en las encuestas (en el mapa catalán), será invitada a participar en la cumbre.

Ante todo porque, si en el pacto nacional participó en su día ICV, no hay razones para oponerse a que la nueva cabeza visible de ese espacio de izquierda alternativa esté presente, sobre todo cuando han sido los máximos defensores del referéndumcomo vía para salir del atolladero en que parece metido el ‘procés’.

DARDO ENVENENADO

Pero también, óbviamente, la invitación cuenta con sus dosis de veneno, pues el independentismo considera que la alcaldesa y, en general, los ‘comuns, juegan a la carta de la ambigüedad cuando son preguntados sobre si apoyarán o no una cita con las urnas que, a buen seguro, será suspendida por el entramado jurídico del Estado.

En el cónclave, que podría celebrarse entre la semana posterior a la del ‘acueducto de diciembre’, y, como muy tarde, fin de año, se debe decidir la fecha definitiva y la pregunta con que los catalanes serán interpelados. 

A diferencia del 9-N, la cuestión que se imprimirá en las papeletas no está rodeada de misterio y polémica, por cuanto el Parlament resolvió, en el pleno de política general de octubre, que sería una pregunta «clara y binaria». En cuanto la fecha, parece que solo debe decidirse entre un par de opciones dominicales del mes de septiembre.

Según fuentes soberanistas, tras el pistoletazo al referéndum tocará, casi inmediatamente, hacer otro tanto con el proceso constituyente. Un foro de debate que ya suma algún retraso en el calendario.

La causa ha sido el obligado rediseño al que ha debido de someterse toda vez que los bocetos previos preveían una campaña de adhesión y participación previa a unas elecciones constituyentes y que ahora, con el referéndum por enmedio, se verá obligada a convivir con otras campaña, por ejemplo, de movilización al voto.