DE VUELTA A LAS URNAS

Podemos intenta amarrar un doble 'sorpasso' histórico

Pablo Iglesias plantea una campaña de ilusión y serenidad que apela al votante de mediana edad socildemócrata

Pablo Iglesias, tras un coloquio informativo en el hotel Ritz, en la precampaña del 26-J.

Pablo Iglesias, tras un coloquio informativo en el hotel Ritz, en la precampaña del 26-J. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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"Los movimientos que se dan en el subsuelo, como el 15-M, no tienen una traducción electoral inmediata. Pero ahora, somos la principal alternativa al PP y eso tiene una dimensión histórica inédita". La reflexión la hacía Pablo Iglesias desde la tribuna del hotel Ritz, en Madrid, al borde de una campaña que Unidos Podemos inaugura por igual, desde el vértigo y desde la ilusión, pero sobre todo desde el convencimiento que el 26-J puede suponer un punto de inflexión crucial en la democracia española. Para ser así, la alianza de Iglesias con Alberto Garzón deberá 'sorpassar' al PSOE en votos y, si les alcanza, en escaños.

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La encuesta preelectoral del CIS augura lo que Íñigo Errejón venía definiendo como la "geografía emocional" de la campaña: en la polarización entre el PP y Unidos Podemos, van ganando las sonrisas a los ataques del miedo a "los radicales". El secretario político confía en que la distuntiva "Mariano Rajoy o el caos" no arraigue entre el votante potencial al que aspiran conquistar los morados. En Podemos han detectado que ya tienen a sus simpatizantes "hipermovilizados", (jóvenes y exabstencionistas) por lo que centrarán las próximas dos semanas a llegar a los que aún dudan. Especialmente al electorado progresista de más de 50 años, que saben que no va a asistir a sus mítines y pretenden persuadir a través del rosario de intervenciones de Iglesias en televisión, con un lenguaje más templado. La estrategia prevé echar el resto en el arco mediterráneo y Andalucía como territorios clave.

CONTENCIÓN: LAS ENCUESTAS, CON PINZAS

Desde los escenarios de los mítines y también desde los despachos, la dirección de Podemos pide a sus bases contención, no creerse las encuestas y afrontar una campaña que, opinan, será decisiva para consolidar el histórico adelantamiento al PSOE que desean, y que es el objetivo estratégico del partido morado desde su fundación, en 2014.

La cúpula considera que se enfrenta a dos grandes riesgos en los días que quedan hasta el 26-J: generar un clima de euforia en el que parezca que la contienda está ya ganada, alimentar sobreexpectativas, que la épica del desborde se les vaya de las manos. Y el segundo peligro, contra el que tienen una vigilancia permanente, caer en la trampa de la agresividad que les tienden sus adversarios con un constante torpedeo de acusaciones. La consigna es interna, para los cargos que están en los mítines y en las entrevistas, y también un constante ruego desde los escenarios a sus electores. Piden no caer en el barro, no enzarzarse en una campaña sucia.

Son conscientes de que para ser mayoría necesitan limar el miedo que siguen despertando en determinados sectores, con una imagen de Iglesias mucho más serena y la reivindicación de ser la fuerza que reivindica la "nueva socialdemocracia""nueva socialdemocracia. Desde el ánimo de las encuestas, al PSOE le disputan, incluso, el alimento ideológico.