REUNIÓN DEL COMITÉ CIUDADANO ESTATAL

Iglesias da por fulminado al PSOE y Errejón le advierte que ese título hay que ganarlo

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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¿Se ha convertido Podemos en líder de la oposición? Pablo Iglesias cree que sí. Da por amortizado al PSOE, tiene la convicción de que acabará por abstenerse para facilitar la investidura de Mariano Rajoy, y entiende que esto le inhabilita como azote del gobierno. Desde ese lugar, propone ser una fuerza radical, que diga "las verdades" y se ancle en los militantes. Íñigo Errejón, no da esa plaza por conquistada. Cree que el bipartidismo tratará de arrinconar a los morados en los márgenes del tablero político. Opina que deben aportar mayores certezas  y esperanzas, para no ser

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solamente el partido que vehicula el dolor de la sociedad. Ambas concepciones de lo que debe ser Podemos fueron destripadas este sábado en el Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano entre asambleas, al que por primera vez fue invitado también Xavier Domènech, el líder de En Comú Podem, que trató de tender puentes entre las dos almas. 

El secretario general se ve como líder frente a Rajoy. "Es muy difícil que nadie crea que el PSOE es oposición", afirmó en el inicio de su intervención, y situado en esa cima, argumentó la necesidad de girar a Podemos hacia la radicalidad. "Ese título no es automático ni caerá del cielo por los errores de otros", le corrigió Errejón, que escuchó al líder impugnar, una a una, sus tesis. Iglesias empleó el lenguaje acuñado por su número dos y le dio a esos conceptos un nuevo contenido, resignificó palabras clave, en una estrategia que dificulta, aún más, la comprensión del debate. La pugna interna incluye, a partir de

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ahora, la conquista semántica. "Nos llamarán radicales o violentos, pero la transversalidad es ponernos del lado de los que sufren", dijo Iglesias para inocular un nuevo sentido al término errejonista.

APORTAR CERTEZAS O DISFRAZARSE

El líder enmendó el intento, en la campaña del 26-J, de parecer menos agresivos.  "Lo asumo como un error propio. No podemos creer que el tono o las caretas nos dan credibilidad. La credibilidad nos la da no disfrazarnos", dijo en un claro dardo a Errejón y pidió "politizar el dolor" para que Podemos haga visible el sufrimiento de los ciudadanos. 

El secretario político le respondió que solo liderarán la oposición si, además de recoger las voces del dolor, son capaces de despertar ilusiones y certezas, convencido que no pueden identificarse solo con una 'sociedad enfadada'.  Apeló a la necesidad de "representar los dolores pero también las esperanzas". Defendió que Podemos no puede ser solo el partido de los que protestan en las calles, sino que también debe ganarse a la gente que "no vibra con la política, que no se entusiasma, que no siente la épica".

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El secretario político intuye que el PP y el PSOE intentarán que Podemos se convierta en una fuerza de resistencia extremista con capacidad reivindicativa, pero sin opciones de gobernar y por eso busca un modelo para ser "dirigentes antes que gobernantes".

El debate sigue abierto a la espera de que la Asamblea Ciudadana Estatal, a principios del 2017, decida qué tesis se impone. En el 'mientras tanto', batalla interna y agenda: este lunes, Iglesias se reúne en Madrid con el ‘president’ Carles Puigdemont. Los morados prefieren mantener en secreto el lugar de la cita.