Iglesias promete esperanza a los frustrados por la vuelta de Rajoy

Subraya que ya ha nacido un país nuevo y que Podemos está preparado para gobernar

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Podemos teme que los millones de ciudadanos que se ilusionaron con el cambio caigan en la desesperanza y se rindan tras la reelección de Mariano Rajoy como presidente. Para combatir esa posibilidad, Pablo Iglesias lanzó en el debate de investidura un mensaje de ilusión. Con su tono parlamentario recién estrenado, contundente pero sin estridencias, trató de inocular ánimo e ilusión a sus simpatizantes, para decirles que si el PP logra retener el poder es gracias a maniobras de la vieja política y las élites, no porque el país sea el mismo que antes del 20-D. 

El líder de Podemos dijo que su partido está preparado para gobernar y que lo hará “más pronto que tarde” porque la sociedad ha demostrado que ya no es inmune a la corrupción ni a las injusticias. Si esta vez PP y PSOE han podido hacer componendas para amarrar la presidencia al bipartidismo, adujo, será la última. Esta legislatura, advirtió, es un “epílogo”, el último capítulo de un bipartidismo que no ha de volver. “Hay una nueva España que no tolera la corrupción que no se conforma”, adujo, “una España que no entiende que no se respete la identidad plurinacional”. A Rajoy le reconoció habilidad para resistir pero le reprochó ser "desleal". 

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Pablo Iglesias","position":"SECRETARIO GENERAL DE PODEMOS","text":"\"Demostr\u00f3 ser un buen pol\u00edtico porque resisti\u00f3 pero, tambi\u00e9n demostr\u00f3\u00a0ser enormemente desleal, se\u00f1or Rajoy\u201d"}}

Los diputados de Podemos salieron con una sensación agridulce. Por una parte, satisfechos de que Iglesias hiciese un discurso más elevado, con mensajes de esperanza hacia fuera, en lugar de encerrarse en la manida reivindicación identitaria para consumo interno. Los dirigentes vienen discutiendo desde hace semanas la necesidad de “traducir” esta nueva realidad, la reelección de Rajoy, a sus votantes con cierto optimismo en el futuro. Aunque en público repiten que el Gobierno “nace débil”, en conversaciones informales admiten que no tienen nada claro que esta vaya a ser una legislatura corta y asumen que tendrán que esperar.

NO SALUDA AL PRESIDENTE

La parte más amarga fue, constatar, la complejidad del camino que les queda por delante: la crisis interna esclerotiza su trabajo parlamentario y las otras tres grandes fuerzas van a tratar de ponerles contra las cuerdas. Lo constataron el jueves, en la primera votación, y también este viernes: las bancadas de PP, Ciudadanos y el PSOE, aseguran, tensan el ambiente dentro del hemiciclo, con insultos y provocaciones para que Iglesias se revuelva y aparezca como un radical. De momento, la técnica parece funcionar. El jueves los diputados de Podemos abandonaron el hemiciclo tras las acusaciones del PP y este sábado acabaron con una sonora bronca con Ciudadanos. Aseguran que les acusaron de “apoyar a terroristas”. 

Al finalizar el pleno Iglesias no se acercó a felicitar al presidente, como es costumbre parlamentaria y sí hicieron los líderes del PSOE, Ciudadanos, PNV y otros grupos. Ya en el pasillo se excusó y dijo que desconocía la costumbre. Escasos metros tras él, Rajoy daba sus primeras declaraciones recién investido presidente.