La hipótesis de un Gobierno progresista se aleja tras el pacto en el Congreso

Podemos cree que la sintonía entre los "del búnker" se reeditará en una gran coalición en el Ejecutivo

Pablo Iglesias, Xavier Domènech y Joan Baldoví entran en la rueda de prensa en la sede de Princesa, en Madrid.

Pablo Iglesias, Xavier Domènech y Joan Baldoví entran en la rueda de prensa en la sede de Princesa, en Madrid. / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Las ya remotas posibilidades de forjar un Gobierno progresitaGobierno alternativo al PP se diluyen. La decisión del PSOE de negar a Podemos y sus 'satélites'  poderse articular en cuatro grupos parlamentarios autónomos enmaraña cualquier lógica de entendimiento para alcanzar un acuerdo de gobernabilidad. No es imposible, como casi nada lo es en política, pero resulta inverosímil creer que después del 'portazo', los podemistas se sometan a la doctrina de Pedro Sánchez en una eventual investidura.

Ya lo advirtió Pablo Iglesias poco antes de que trascendiera el principio de pacto en el Congreso: si no hay acuerdo en la Cámara baja, los "entendimientos ulteriores serían más complicados"

Pablo Iglesias pasó del optimismo a la decepción en sólo tres horas. El secretario general de Podemos había lanzado su último órdago a mediodía, en una comparecencia en la que se había mostrado sorprendentemente esperanzado, a pesar de que la condición de los cuatro grupos era una frontera que el PSOE ya había advertido que no cruzaría. Admitió, incluso, que había intercambiado "mensajes" con Sánchez, lo que dio alas a las especulaciones, pero no explicó que tras la rueda de prensa iba a reunirse durante una hora con el líder socialista. Ni con un encuentro cara a cara, 'in extremis', ni acuciados por la inestabilidad del escenario político y por el desejo de desalojar al PP de la Moncloa lograron tejer acuerdos.

'LOS DEL BÚNKER'

Para Podemos, el principio de pacto entre PSOE y Ciudadanos en el Congreso -al que se sumará el PP- es amenaza cristalina de lo que se puede repetir al frente al Gobierno: la gran coalición, "el bloque de los inmovilistas", o, "los del búnker", como han venido a denominar a los viejos partidos tras que el apelativo "casta" se convertierta en autoreferente y fuese apartado del argumentario.

La dirección podemista ya especulaba con esa posibilidad desde hacía meses y la amenaza de la gran coalición está incorporada a la doctrina oficial de Princesa y de sus alianzas. La opción del Gobierno del PP, con apoyo eventual de Sánchez y Ciudadanos, es definida siempre como un peligro, pero a nadie se le escapa que ese escenario podría situar a Podemos como líder de la oposición nítido, en un lugar que le permitiría desplegar un discurso crítico y áspero como el que le ha aupado hasta los 69 diputados. 

En cambio, paradojas de la políica, una alianza con el PSOE, situaría a Iglesias en una tesitura más compleja, con una imagen diluida, sin la posibilidad de atacar con dureza a los socialistas, pero con la necesidad de diferenciarse y ofrecer 'rock and roll' a los suyos.