LAS CONMEMORACIONES OFICIALES

Un grupúsculo fascista revienta el acto de la Diada en Madrid

Los ultras, 4 de ellos detenidos anoche, lanzaron gases y agredieron a algunos asistentes

MADRID. Secuencia del asalto de losultras al centro cultural Blanquerna.

MADRID. Secuencia del asalto de losultras al centro cultural Blanquerna.

JOSE RICO / FIDEL MASREAL
BARCELONA

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El único incidente de un Onze de Setembre impecable no se produjo en Catalu-nya, sino en Madrid. Un grupúsculo de radicales de ultraderecha boicoteó el acto institucional de la Diada que la Generalitat celebraba en Madrid. La ausencia de protección policial posibilitó que los falangistas, una quincena, asaltasen la sede que albergaba la celebración, el centro cultural Blanquerna, provocasen destrozos, lanzasen gases lacrimógenos y agrediesen a algunos dirigentes políticos que, como el diputado de CiU en el Congreso Josep Sánchez Llibre, se encararon con ellos. Todos los partidos sin excepción condenaron los ataques y, ya de madrugada, la policía anunció la detención de cuatro de los agresores.

Los incidentes comenzaron sobre las siete y media de la tarde, cuando el delegado del Govern en Madrid, Josep Maria Bosch, se encontraba subido en la tarima para dar la bienvenida a los asistentes e iniciar el acto. Los ultras accedieron entonces al recinto, ante la impotencia de dos vigilantes de seguridad, y tiraron al suelo la senyera y el atril que presidían la conmemoración. Los diputados e invitados que les recriminaron su actitud sufrieron empujones e insultos. Unos con pasamontañas y otros a cara descubierta, desplegaron grandes banderas españolas y otras de grupos como Falange y Alianza Nacional, sin dejar de proferir insultos contra Catalunya y consignas a favor de la unidad de España.

Los cámaras de TV-3 y la ACN fueron golpeados cuando grababan los incidentes y el primero tuvo que ser hospitalizado por una luxación. La policía acudió al lugar pasados algunos minutos y precintó el centro por la gran cantidad de gases que se acumularon, obligando a continuar el acto en el exterior. Varias ambulancias del Samur atendieron a algunos asistentes, algunos niños, por irritaciones en los ojos y problemas de respiración, en algunas personas asmáticas, informa Mayka Navarro.

MENOS INDEPENDENTISMO / El episodio de Madrid contrastó con la normalidad con la que discurrió el acto institucional en Barcelona, en el parque de la Ciutadella. Con su anunciado boicot, la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, se perdió un evento mucho menos independentista que el que presenció sin ningún tipo de problema el año pasado. Especialmente, porque los 75 minutos de celebración no fueron interrumpidos en ningún momento por esos gritos de «independència!» que tanto voceó el público y hasta algunos invitados en el 2012. Solo cuando Els Segadors había puesto ya el punto final a la conmemoración empezó a corearse la consigna.

Antes, el público se limitó a soportar la fina lluvia y aplaudir los homenajes al catalán y al poeta Salvador Espriu, protagonistas de un acto en el que se oyó cantar en las tres lenguas oficiales de Catalunya: catalán, castellano y aranés. La estampa que sí se repitió, incluso se acentuó, fue el manto de estelades que podían verse, mezcladas con los paraguas, entre las cerca de 6.000 personas que se congregaron, según los Mossos. Menos que el año pasado por la plomiza meteorología, que obligó a retrasar media hora el inicio de una celebración coral que tuvo de nuevo a la batuta al director teatral Joan Ollé y fue conducido por la actriz Mercè Pons. Dos dirigentes del PPC asistieron por motivos institucionales: el secretario de la Mesa del Parlament, Pere Calbó, y la delegación del Ejecutivo central, María de los Llanos de Luna. Además del PPC, en la tribuna de autoridades tampoco estuvieron ni Ciutadans ni la CUP.