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Gordó insinúa que también es víctima de la 'guerra sucia' contra el soberanismo

Germà Gordó, durante su comparecencia ante la comisión de Afers Institucionals, este miércoles en el Parlament.

Germà Gordó, durante su comparecencia ante la comisión de Afers Institucionals, este miércoles en el Parlament. / periodico

RAFA JULVE / BARCELONA

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El juez de El Vendrell que instruye el 'caso 3%' ha pedido al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que se le investigue y hay cuatro testigos (dos de ellos, protegidos) que le apuntan como presunto medrador en el trasvase de comisiones ilegales a Convergència a cambio de la concesión de obras públicas. También la fiscalía guarda sospechas sobre él, pero Germà Gordó sigue sin recibir ningún señalamiento judicial ni como imputado ni como testigo y eso le ha valido para reiterar este miércoles su inocencia en la comisión de Afers Institucionals del Parlament. Tenía 30 minutos para explicarse en su intervención inicial, pero él se ha limitado a decir: "Siempre he actuado de acuerdo con el ordenamiento jurídico". Ha sido en el turno de réplica cuando ha hecho un alegato en defensa de la presunción de inocencia y, aunque ha evitado explicitarlo, ha sembrado la sospecha de que es otra víctima de una guerra sucia contra el soberanismo.

'Conseller' de Justícia del 2012 al 2016, gerente de CDC entre julio del 2005 y diciembre del 2010, secretario de la fundación CatDem del 2008 al 2010 y actual diputado de JxSí (de ahí que deba ser el TSJC quien decida si le imputa en tanto que aforado), Gordó ha salido salpicado en diversos escándalos, desde el sumario del 'caso ITV' hasta las conversaciones entre el exministro Jorge Fernández Díaz y el exdirector de Antifrau Daniel de Alfonso, quien lo propuso como sucesor de Artur MasArtur Mas. La última aparición de su nombre en el 'caso 3%' ha sido la que ha centrado numerosas preguntas de la oposición, aunque hay diputados que han aprovechado para repasarle todas sus andaduras.

En todo caso, Gordó se ha defendido por elevación. Pese a ser más sibilino que Artur Mas, quien directamente señaló a la 'operación Catalunya' como la culpable del via crucis mediático-policial de su exmano derecha, el interpelado ha afirmado con toda la intención que "quizá hay simples filtraciones interesadas" a los medios de comunicación para atacarle por corrupción, lo que representa una "irregularidad manifiesta". Aunque ha dicho respetar su trabajo, no ha dudado en cargar contra la prensa por "no contrastar información"; ha negado por ejemplo haber estado en el palco del Bernabéu o de cacería con empresarios (aunque sí ha admitido haber sido invitado) y se ha guardado de mencionar explícitamente las cloacas del Estado. Pero para eso ya estaba su compañero de partido Lluís Guinó, quien sí ha sido totalmente claro al denunciar que ha habido manipulaciones y campañas electorales con "información dopada" para dañar a las fuerzas independentistas.

Pero ni eso ha frenado a la diputada de la CUP Anna Gabriel, quien ha empezado sacando el mazo e ironizando con la brevedad inicial de Gordó. "30 minutos no son suficientes para explicar los casos de corrupción de Convergència", le ha asestado. La diputada anticapitalista le ha subrayado al 'exconseller' que en su etapa como gerente de CDC, el 40% de donaciones privadas que recibían los partidos iban a parar a Convergència, pero además ha ido directa a la yugular entrando en los fondos personales del compareciente: le ha repasado que por sus cargos de responsabilidad en los últimos lustros tenía sueldos superiores a los 108.000 euros anuales, mientras que en el extracto de cuentas que ha facilitado al Parlament solo constan 11.924 euros en el banco. ¿Dónde está el resto? ha venido a preguntarle Gabriel. "Yo declaro todos los bienes que tengo y estoy en mi derecho de gastármelos en lo que quiera", le ha contestado el dirigente nacionalista.

EL AFORAMIENTO

Tampoco Carlos Carrizosa ha sido benévolo. El portavoz de Ciutadans ha hurgado en la relación Pujol-Mas-Gordó y le ha recordado que aparece en los papeles de la investigación como intermediario y conseguidor de comisiones, y ha rematado con otro aspecto que también ha resaltado el socialista Jordi Terrades. Ambos le han reprochado que se esconda tras su aforamiento y le han retado a renunciar a esa figura jurídica para afrontar la investigación del juez del Vendrell si es que no tiene nada que esconder. Lo mismo que ha hecho Lluís Rabell (Catalunya Sí que es Pot), que le ha buscado la fibra apelando a su "honra" para defenderse como imputado y le ha insistido en sus reuniones con empresarios.

"Claro que me reuní con empresarios, y con diputados, y con asociaciones, y con diputados, con todo el mundo que me lo pedía", se ha defendido Gordó, que ha reiterado que nunca nadie le pidió nada que se saliera del ordenamiento jurídico. También ha querido aclarar que nunca tuvo relación jerárquica con los tesoreros convergentes Daniel Osàcar y Andreu Viloca, "dos profesionales magníficos y de una conducta irreprochable".