Francia se entrega al recuerdo de sus muertos

Memorial a las víctimas de los atentados en Marsella.

Memorial a las víctimas de los atentados en Marsella.

EVA CANTÓN / PARÍS

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La terrible barbarie en cadena desatada por ocho terroristas el pasado viernes en el Estadio de Francia y en los barrios más animados de la noche de París ha dejado un balance, todavía provisional, de 132 muertos. Gente anónima en su mayoría, muchos franceses y también extranjeros. Sobre todo jóvenes. En las redes sociales se suceden los llamamientos para tratar de encontrar a amigos y conocidos o familiares de los que no se tiene noticia desde la tragedia.

A veces, se confirman los peores augurios y es entonces cuando, como una suerte de homenaje, algunos familiares deciden contar quiénes eran los fallecidos. Como Aurélie, de 33 años, que esperaba como agua de mayo el concierto de Eagles of Death Metal en la sala El Bataclan. Su padre habla de una chica «luminosa que amaba la vida y adoraba la música», una pasión que la llevó a planificar unas pequeñas vacaciones en París con su amiga Elodie.

O Guillaume, un periodista musical de 43 años, loco por el rock, el hard rock y el metal al que recuerda con lágrimas en los ojos su compañera Fio. «De pequeño ya escribía sobre Iron Maiden, su grupo favorito en un fanzine y cuando se hizo periodista no se limitaba a la promoción de artistas sino que se iba a verlos actuar en el extranjero. Íbamos a vernos en el concierto de Motorhead porque iba a escribir un artículo en Inrock».

También con angustia rememora Jean Luc Dubo a su colega policía del Tribunal de Primera Instancia de Bobigny, en las afueras de París, Thierry Hardouin, un brigada de 36 años que dejó el viernes la oficina corriendo para celebrar el cumpleaños de su chica en torno a una mesa que había reservado en Belle Equipe, el restaurante de la calle Charonne que figuró en el macabro recorrido de los kamikaces.

De manera paralela a los testimonios, en el Instituto Médico Legal a donde han sido trasladados los cadáveres se avanza en la identificación de los cuerpos y, según anunció ayer el primer ministro francés, Manuel Valls, 103 de las 132 víctimas del atentado ya tienen nombre y apellidos.

QUEJA DE UN PADRE AL PRIMER MINISTRO

Además de las cifras, el primer ministro tuvo también que encajar la airada queja de un padre angustiado que no tenía noticia de su hija desde el viernes. «Hace dos días que no se nada de mi hija, que estaba en El Bataclan. Nadie es capaz de darme noticias de mi hija. Es inadmisible!», le lanzó a Valls frente a la cámara de la televisión iTele. Antes del incidente, el primer ministro se había desplazado a la Escuela Militar, donde se ha instalado una célula de apoyo psicológico, para visitar a las familias de las víctimas y a quienes desconocen el paradero de sus allegados. El ambiente allí era doloroso. Y en ese ambiente explicó Valls que el Estado acompañará a las familias, tanto en el plano jurídico como en el financiero, para facilitarles el complejo laberinto administrativo.

«No son víctimas anónimas, son rostros, jóvenes que pensaban pasar una velada tranquila en un café o en un concierto y cuyas vidas han sido truncadas», dijo. Mientras, para respetar tanto a las víctimas como a sus familiares, la policía francesa ha pedido a los medios de comunicación no difundir fotografías de las escenas de los crímenes. Una petición que hizo en su cuenta de Twitter después de que empezaran a circular en las redes sociales imágenes del interior de la sala Bataclan tras la carnicería del viernes, en las que se ven cuerpos ensangrentados.

Entre los que hallaron inesperadamente la muerte en París figura de momento un único español, Juan Alberto González Garrido, a pesar de que en la jornada de ayer un «error» en el proceso de identificación llevó a las autoridades francesas y al servicio consular español a incluir en la lista a otras dos personas de nacionalidad española que no se habían visto afectadas por los atentados: Alberto Pardo Touceda, de 33 años y Jorge Alonso Celada, de 59 años. Ante la situación de confusión, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy apeló ayer a la prudencia.

TURISTA DESOLADA

Mientras, los parisinos y muchos turistas hacían su duelo visitando los lugares que marcarán a partir de ahora la historia de la ciudad. Como Mayka, residente en Denia, que era la primera vez que viajaba a París. «Te parte el alma, porque te pones en la piel de los familiares. Es mucha impotencia lo que siento», comentaba frente al Canal Saint Martin. «Nos llevamos una imagen muy triste, porque vienes con toda la ilusión y te encuentras con esto», se lamentaba antes de poner rumbo a la Torre Eiffel.