LAS OPINIONES

Fin del recreo progresista

JOAN TAPIA

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El 1 de junio escribí que siZapatero quería evitar la debacle debía hacer un profundo cambio de Gobierno. Lo ha hecho. Para mí con excesivo retraso. Pero eltiminges el correcto para un navegante consumado. No podía hacer crisis y que el nuevo Gobierno tuviera que comerse el marrón de una huelga general contra las reformas deElena Salgado.Tampoco convenía que naciera con la espada de Damocles de los presupuestos. Y mejor si un pacto de legislatura garantizaba llegar a las generales del 2012. Y encima nos ha distraído a todos conCelestino Corbacho.

Es la crisis más fuerte deZapatero.Releva a una vicepresidenta política (cargada de verbo progre) por un político inteligente y sobrado de profesionalidad. Erigir aRubalcaba -en un papel que recuerda al deFernando Abril oAlfonso Guerra-es oficializar el fin del recreo progresista (que acabó con el ajuste de mayo) y la llegada de unos socialdemócratas tan cargados de racionalidad como reticentes al puño en alto. Es confesar que el zapaterismo es hijo del felipismo.

En esta línea está también el nombramiento deRamon Jáuregui, al queZapatero exilió a Europa hace poco, para Presidencia.Jáureguiya sonó como posible titular de Interior para sustituir aCorcuera.Todavía tiene cara de joven aplicado y presidió la gestora vasca que enterró (Patxi Lópezmediante) la tentación aznarista deRedondo Terreros.

Y se puede decir algo similar deMarcelino Iglesias,el presidente aragonés (ya lo era antes deZapatero) pacificador del PSOE regional y con estilo moderado y discreto. Han buscado para Ferraz a alguien muy distinto a la militante, algo gritona,Leire Pajín (aunqueLeireyMarcelino son amigos). Este eje del Gobierno se ve reforzado por la continuidad deSalgado y el mayor poder deBlanco.

Por la izquierda

Pero hay más. Un decidido guiño a los sindicatos conValeriano Gómez,cercano a UGT, en Trabajo. El presidente quiere reintentar el diálogo social. Y la entrada deRosa Aguilar, la exalcaldesa comunista de Córdoba harta de IU, indica queZapatero no quiere ceder votos por la izquierda. Además, lanueva víazapaterista es premiada por su fidelidad.Trinidad Jiménez se hace con el potente ministerio de Exteriores (sin cambio de línea) yLeire Pajín,que pierde poder en el partido, recibe un ministerio hecho a su medida.

Algunos, más tras el tortazo de las primarias, daban por muerto aZapatero.Pero ha tenido una buena transfusión (el pacto con el PNV) y ahora exhibe facultades al plantar cara a la desgracia con un equipo de concentración de tres familias socialistas: el neofelipismo(Rubalcaba, Salgado, Jáuregui, Chaves), el zapaterismo fiel (Trinidad y Leire), y la sensibilidad izquierdista (Gómez yRosa Aguilar).