Cadena humana en Euskadi

Fascinación aberzale por el 'procés'

La plataforma por el derecho a decidir Gure Esku Dago imita en el País Vasco las tácticas y movilizaciones de la Assemblea Nacional Catalana

Fascinación vasca por el procés estelada Hernani

Fascinación vasca por el procés estelada Hernani / EL PERIÓDICO

Juan José Fernández

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A pocos metros de la plaza Mañé i Flaquer ondea una estelada izada en un asta de 10 metros de altura. Al fondo, en un edificio de pisos, el balcón de una vivienda particular luce otra bandera independentista. Este paisaje tendría poco de particular si se tratara del de un barrio de Catalunya, pero esta estelada comparte el asta con una ikurriña en el centro de Hernani, Guipúzcoa, cuyo consistorio tiene dedicada una plaza al liberal catalán que defendió el foralismo vasco.

La presencia de la enseña independentista catalana en Euskadi tiene ya poco de exótico. Desde los acontecimientos de octubre pasado en Catalunya, las cuatro barras y la estrella forman parte de una iconografía cada vez más habitual en aquellos cascos viejos de las villas en los que la gentrificación y los turistas no han expulsado aún al vecindario aberzale.

Bajo la estelada de Hernani se celebró el pasado 19 de mayo una consulta por el derecho a decidir del País Vasco convocada por la plataforma Gure Esku Dago (En Nuestras Manos). Es la misma entidad que ha organizado la cadena humana (o Gizakatea) que este domingo -con la participación de decenas de miles de personas, 100.000 según los convocantes-  ha unido las tres capitales vascas para reivindicar un referéndum de autodeterminación.

La iniciativa tiene grandes similitudes con la Vía Catalana a la Independencia que la Assemblea  Nacional Catalana (ANC) organizó en 2013: cadena humana con las manos cogidas o con pañuelicos a modo de eslabón, organizado reparto de tramos, elección de kilómetros específicos para dedicarlos a causas como los encarcelados de Alsasua o la independencia catalana, edición y venta de una camiseta conmemorativa… Incluso la participación del diputado de Esquerra Republicana Gabriel Rufián y la dirigente de la CUP Mireia Boya invitados en San Sebastián, en el kilómetro 1 de la cadena.

A la catalana

Un spot en vídeo llamando a la movilización de este domingo retrata el espíritu de la plataforma Gure Esku Dago. En el vestuario de un equipo de rugby femenino, una guapa capitana de pelo rubio rizado arenga a sus compañeras, que escuchan alicaídas: "¿Qué nos pasa? ¿Cuándo nos hemos convertido en un equipo tan mediocre? No vamos adelante ni hacia atrás ¡Qué vergüenza! Parece que hemos olvidado de dónde venimos", les dice, y aún les inquiere con una contundente mirada de ojos claros: "¿Hay algún resto de lo que fuimos?"

Ramón Jáuregui, eurodiputado y portavoz del grupo socialista español en el Parlamento de Estrasburgo, ha estado atento a la cadena humana vasca desde Madrid, donde ha descansado en la Feria del Libro. "La izquierda aberzale viene de sufrir una derrota descomunal desde 2011, tras 50 años de violencia. Necesita recomponer su figura, y ha encontrado en Catalunya un camino. De ahí que intente encadenar su proceso con el proceso catalán", interpreta paseando entre los puestos libreros este donostiarra, exministro del Gobierno Zapatero y exconsejero de Justicia del Gobierno Vasco.

"Pero ese intento les es muy difícil –añade Jáuregui- porque no hay más que consultar la hemeroteca para ver qué decía la alternativa KAS, aquel vademécum para liberar Euskadi conjugando violencia y acción política. Resulta contradictorio: en Cataluña, sin haber matado, han ido mucho más lejos que los detentadores de la alternativa KAS".

"En Catalunya, sin haber matado, han ido más lejos que los de la alternativa KAS", recuerda Ramón Jáuregui

Gure Esku Dago niega vinculaciones con la izquierda aberzale: "Aquí hay una representación de la sociedad vasca, que es mucho más diversa y rica. Encajar a Gure Esku Dago en un color político es equivocarse", explica Ángel Oiarbide, portavoz de la plataforma.

Esa insistencia en la transversalidad también la asemeja a las campañas de Òmnium Cultural y la ANC en Catalunya, como no pocos otros argumentos de la 'Hoja de Ruta' que igualmente la entidad vasca ha editado para hacer proselitismo.

ANC en pequeño

Para Oiarbide, la semejanza con el precedente catalán es "el intento de crear unas condiciones democráticas para que la ciudadanía pueda expresar la voluntad popular democrática y pacíficamente. De un escenario crispado por un conflicto queremos pasar a normalizar el debate sobre derecho a decidir".    

La secretaria general del PP vasco, Amaia Fernández, le ve tantas semejanzas catalanas a Gure Esku Dago que la llama "el hermano pequeño de la ANC", sin olvidar las ocasiones en que el dirigente de Òmnium Jordi Cuixart acudió el verano pasado a discursear en Euskadi a los seguidores de la plataforma.

Tras la Vía Catalana a la Independencia, que en 2013 unió Le Perthus y Vinaroz, Gure Esku Dago impulsó en 2014 una cadena humana de 123 kilómetros que unió Durango y Pamplona. Y también como la ANC, se ha especializado en montar grandes mosaicos humanos visibles desde el aire; el más reciente, este mismo mes, formando con más de 1.000 participantes el escudo de Navarra. E igualmente organiza una cuestación de cinco euros a cada socio, o vende camisetas y banderas en una tienda online con taller de serigrafía en Lesaka (Navarra). Por cierto, su catálogo incluye esteladas a 9 euros.

No solo ha coincidido con el ‘procés’, salvando las distancias, en movilizaciones populares. También en la organización de consultas. Un Arenys de Munt a la vasca tuvo lugar en Etxarri Aranaz (Navarra) en 2014, y desde entonces han celebrado un centenar largo de votaciones, siempre no vinculantes. En lo que va de año, la plataforma ha organizado 50 desde Mungia hasta Lasarte, Durango, Elgoibar…

Para el portavoz de Gure Esku Dago es mucho lo avanzado desde que, en 2008, se reunió una pequeña asamblea de vecinos en Idiazábal (Guipúzcoa) a debatir en la asamblea Nazioen Mundua (Naciones del mundo. Lo cuenta el documental ‘Gazta Zati Bat’, ‘Un trozo de queso’, que se emite subtitulado en redes sociales). Pero, en ocasiones, la participación es tan corta, que más que el anhelo de independencia retratan el derecho a no decidir. En una de las más recientes, en Hernani, votaron 4.253 personas, de un censo que supera las 14.000.

A la popular Amaia Fernández le llama la atención que la cadena humana y las consultas se estén organizando "en el momento más bajo de adhesión a la independencia desde que estamos en democracia". Lo confirma un estudio del Euskobarómetro de diciembre pasado, en el que dos de cada tres vascos se oponen a que viva Euskadi un proceso como el de Catalunya.

"Es una contradicción letal poner democracia por encima de la ley: sin ley no hay democracia", dice Amaia Fernández

Y es en contexto, subraya Fernández, cuando "el PNV reivindica un derecho a decidir diciendo que la democracia está por encima de la legalidad. Es una contradicción letal, pues sin legalidad no hay democracia. El PNV intenta encender la mecha de la posición más radical, la del derecho a la secesión, que no se corresponde en absoluto con el sentir de la inmensa mayoría de la población vasca".

Peneuvistas en acción

Habla Fernández desde una Vitoria en cuyas tiendas de imaginería aberzale para turistas lucen los anaqueles 'estelades' y lauburus, burros catalanes e incluso cuatribarradas independentistas bordadas en txapelas. Y cita al PNV porque la formación madre nodriza del nacionalismo vasco es la gran novedad este año en las movilizaciones de Gure Esku Dago.

Hasta ahora, el PNV había observado con recelo, cuando no indiferencia, el crecimiento de la plataforma. Pero el pasado 9 de mayo la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, votó en su pueblo, Zumaia, en una consulta de autodeterminación de Gure Esku Dago. Y este domingo, a la cadena humana se han unido la peneuvista presidenta del Parlamento Vasco, Barkatxo Tejería, que ve en la movilización "un pueblo que se mueve", y los tres alcaldes de las capitales vascas –Gorka Urtaran, Vitoria; Eneko Goia, San Sebastián; Juan Mari Aburto, Bilbao-, tan peneuvistas como la propia Tejería, aunque con diferentes sensibilidades.

Aburto, el bilbaíno, se dice partidario del derecho a decidir... si su ejercicio es acordado. Encarnando el alma moderada y pactista del PNV, Aburto suele insistir en que nunca apoyará una DUI. El edil bilbaíno suele situarse al otro extremo que en el Euskadi Buru Batzar (la cúpula) representa el guipuzcoano Joseba Egibar y su, últimamente, sempiterno gran lazo amarillo en la pechera.

"En la calle, el derecho a decidir es un tema normalizado", cree Ángel Oiarbide

No es poca implicación para una "dinámica" –así la llama Gure Esku Dago- que pretende, como la ANC en su día, ser pura base, partir "desde abajo". En uno de sus anuncios en vídeo, una voz en off dice: "El tema de la autodeterminación es demasiado importante como para dejarlo solo en manos de los políticos".

El portavoz Ángel Oiarbide sostiene que hay en Euskadi, como en Catalunya, distancia entre la calle y los escaños: "Entre los políticos, el derecho a decidir, es un arma arrojadiza. En la calle, por el contrario, es un tema normalizado".

Ramón Jáuregui corrobora la implicación del PNV en el movimiento, pero no cree que el fenómeno acabe siendo incabalgable para los partidos. A diferencia del ‘procés’, "afortunadamente en Euskadi la política no perderá el control de la calle, y menos una organización tan estructurada como el PNV. Como siempre, hará un equilibrio entre el pragmatismo y mantener encendida la llama".

Punto de referencia

"Todos los nacionalismos buscan puntos de referencia", comenta el intelectual Joseba Arregi, uno de los mejores conocedores de la geografía humana y política vasca, exconsejero de Cultura del Gobierno del lendakari Ardanza, y exmiembro del Euskadi Buru Batzar, la cúpula del PNV, del que en 2006 se desafilió por discrepancias. "En torno a los acuerdos de Stormont (1998) HB insistió hasta hartarnos en Irlanda del Norte como referencia, con un paralelismo que era falso. Luego el mundo aberzale ha tenido otros ganchos puntuales con los que buscaba transformar las primeras referencias de ETA: desde Cuba y Vietnam, pasar a Estonia, Kosovo, Escocia… hasta engancharse con el proceso catalán".

Cree Arregi que, en un momento tan bajo de adhesión al independentismo en el País Vasco, "ese mundo está muy necesitado de revestir todo su discurso con algo de apariencia democrática, y les viene al dedo tomar de Catalunya el término 'derecho a decidir'".

Al aberzale "le viene al dedo tomar de Catalunya lo del 'derecho a decidir'; necesita revestir su discurso con algo de apariencia democrática", cree Joseba Arregi

A Arregi le hace gracia la nueva "dinámica" a la que "se apunta" el PNV. De su memoria extrae una jornada en el Congreso de los Diputados en 1980, en la que Xavier Arzalluz calificó de "ese invento marxista" al derecho de autodeterminación que entonces defendían personalidades de la izquierda como Juan Mari Bandrés o Mario Onaindía.

Treinta y ocho años después de oír aquella intervención, desde su casa en Bilbao Arregi asiste a la participación de miembros del PNV en la cadena humana de este domingo sin augurar qué futuro tiene el referéndum que propugna. Depende del PNV, "el gran manipulador de esta sociedad que vive tanto bienestar, con sueldos y gasto público por encima de la media. El PNV siempre ha contemplado la política y la ideología como instrumento", sentencia antes de despedirse. Va a empezar el Teleberri de la televisión pública vasca, y se dispone a ver las noticias.