Un exdirigente de CDC alertó a Puigdemont de que Romeva le ocultaba información

Raül Romeva y Carles Puigdemont, en marzo del 2017, ante el Capitolio de EEUU.

Raül Romeva y Carles Puigdemont, en marzo del 2017, ante el Capitolio de EEUU. / periodico

J. G. Albalat / Daniel G. Sastre

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El presidente de la fundación soberanista CatMón y exsecretario de relaciones internacionales de CDC, Víctor Terradellas, envió en junio del 2016 una carta al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y a su antecesor, Artur Mas, en la que les informaba del "desbarajuste" en que se había convertido la Conselleria d'Acció Exterior que dirigía Raül Romeva,. Terradellas acusaba al entonces 'conseller' de ocultar información al jefe del Ejecutivo catalán y de tener una visión "poco nacional del trabajo, priorizando la relación entre ciudades y no entre naciones".

La misiva fue hallada en el registro practicado en mayo del 2018 en la sede de la entidad, en la calle Fonollar de Barcelona, y ha sido incluida en la causa que instruye el juez Joaquín Aguirre por presunta malversación de fondos y tráfico de influencias. Terradellas, que permanece imputado, asegura que Jan Hartman, que había sido cónsul de Estados Unidos, le había contactado para ponerle en alerta sobre el desorden que reinaba en el departamento de Romeva. "De todo lo que me explicó, preocupa, sobre todo, el hecho de que se esconde información al MHP [Molt Honorable President] Puigdemont", una práctica "continuada" en esa 'conselleria' y que "responde a directrices específicas".

Terradellas, que en el 2011 había sido nombrado secretario de relaciones internacionales de la extinta CDC, no ahorraba críticas a la gestión en la Conselleria d'Acció Exterior por parte de Romeva: "No hay una línea clara de trabajo ni respecto a las delegaciones ni respecto al mensaje que se quiere transmitir al exterior". "El propio 'conseller' se ha querido significar especialmente en las cuestiones de cooperación al desarrollo, pero lo ha hecho desde la perspectiva de oenegé y no como Govern. El personal en el que ha confiado tiene una visión poco nacional del trabajo, priorizando la relación entre ciudades y no entre naciones", se quejaba.

Desde el Palau de la Generalitat

El activista expone que esa "descoordinación voluntaria" con Puigdemont por parte de Romeva contrastaba con su voluntad de coordinarse con el Departament de Vicepresidència, en manos entonces del líder de ERC, Oriol Junqueras, "antes de compartir información con el Departament de Presidència". Ante esta situación, Terradellas planteaba a Puigdemont la necesidad de dotarse de un grupo propio para la acción exterior dirigido desde el Palau de la Generalitat, "más allá de mantener el contacto y la trayectoria" que habían estado construyendo desde CDC y desde el Govern. "Convendría adoptar medidas en relación con la deriva del Departament d'Exteriors", insistía la misiva.

Terradellas era prolífico en sus cartas a dirigentes políticos, como la que envió a Mas tras su fallida investidura después de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre del 2015. En aquella misiva le proponía la "acción heroica" de ceder la presidencia a Puigdemont, lo que al cabo de unos meses sucedió.

Londres y la industria militar

Al presidente de CatMón, además de cartas, se le incautó documentación diversa, como un resumen del resultado de un viaje a Londres en enero del 2014 para entrevistarse con un exjefe de Gabinete del exprimer ministro Toni Blair. O una anotación donde se especifica: "departamentos: seguridad y defensa, diplomacia". En la parte inferior de esa anotación aparecía Dyncorp, una de las mayores empresa privadas militares del mundo, con sede en Virginia (Estados Unidos). La fundación CatMón también hizo un informe sobre cómo una Catalunya independiente debía posicionarse a nivel estratégico en el mundo.