EL PULSO INDEPENDENTISTA

"Brigadas de limpieza", la antítesis de los CDR

Juan José Fernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una sorda pelea por el espacio público se libra cada jornada en Catalunya. De día, en vallas, árboles y farolas, activistas independentistas colocan lazos amarillos, 'estelades' y pasquines en pro de la excarcelación de los políticos presos. De noche, activistas españolistas arrancan esa propaganda y la arrojan a contenedores de basura.

Estos últimos se autodenominan "brigadas de limpieza" y ya están en todas las comarcas catalanas. Salen de madrugada, por calles vacías, en grupos que no suelen superar las 12 personas embozadas con capucha y pertrechadas de alicates, espátulas, pértigas y escaleras.

Los grupos se comunican por Whatsapp y Telegram, y usan la app de geolocalización Engrapp, con la que un simpatizante señala dónde hay lazos; de noche, el grupo pasará por ahí. Su presencia en redes sociales crece con la difusión de los vídeos que graban, bajo nombres como #LIBERAGERONA, Groc Enlloc, Brigada 155, Aixeca't o Segadors del Maresme.

Es en esa comarca y en el área metropolitana de Barcelona donde su actividad es más intensa. Y también donde más crece el riesgo de que el fenómeno se transforme en problema de orden público, pues menudean los choques entre estos grupos y vecinos independentistas que los increpan.

Jubilada herida

En los medios solo ha trascendido alguno de esos sucesos, como el de Carmen G., jubilada barcelonesa de 66 años, miembro de Groc Enlloc, a la que el 14 de abril, cuando arrancaba lazos en Trinitat Vella, un hombre zarandeó y arrojó al suelo hiriéndola en la cara, un brazo y una rodilla. Ocurría un mes después de que, también en Barcelona, una pareja gay e independentista fuera agredida por individuos que les reprochaban los lazos amarillos que lucían.

Carmen relata que sufrió su ataque tras meses de insultos en la calle –"me decían '¡fascista!, ¡hija de puta!...'"– pero asegura que, cuando se reponga, volverá a salir. "Que cada uno ponga en su balcón lo que quiera, pero no pueden invadir el espacio de todos. Yo respeto a todo el mundo, y pido que me respeten a mí", dice.

La mayoría de estos roces no han pasado de gritos y algún empujón, pero "cualquier día puede haber violencia", admite José Casado, vigilante privado de 40 años y portavoz de Segadors del Maresme. "Esta es una actividad de riesgo porque el independentismo pierde fuerza y se endurece en la calle", añade.

Casado, según relata, ha recibido llamadas amenazantes, y a tres de sus compañeros les han hecho pintadas en sus casas. "Si salimos de noche es por no molestar ni encontrarnos con gente que nos insulte –explica desde la Costa Brava E. D., científica de 44 años y portavoz de #LIBERAGERONA–. Si vamos en grupo es por sentirnos más seguros. Y si vamos tapados es para que no graben nuestras caras".

Guerra de pantallas

Convertidas en la antítesis de los CDR, las 'brigadas de limpieza' imitan sus técnicas mediáticas: graban con sus móviles acciones, encuentros con policías y encontronazos con independentistas, en los que cada bando graba al contrario para colgar el vídeo en sus respectivas redes.

Por si un policía les requiere el DNI, los 'brigadistas' se imprimen en casa el formulario VAR34, el que los mossos entregan al ciudadano si quiere presentar una queja. Para rellenar su apartado "exposición de hechos" llevan encima un escrito modelo: "El día X a las X horas me encontraba en la calle X de X limpiando de plásticos los árboles y farolas que alguien de forma incívica había ensuciado (…). En ese momento llegaron los mossos con números profesionales X y X para identificarme. Atendiendo al artículo 16.1.A y 16.1.B de la Ley 04/2015 que regula los motivos de identificación, esta solo se puede llevar a cabo por la comisión de una infracción administrativa o en prevención de la comisión de un posible delito".

No pelear

En el activismo anti o pro independencia reina la consigna pacifista. Las brigadas consultadas corroboran que su primera norma es "no entrar a discutir ni pelear con nadie", dice José Casado. La segunda, retirar lazos o 'estelades' solo de mobiliario o espacios públicos. "Nunca tocamos lo que esté en balcones privados", explica E. D. "Nosotros somos más cautos –cuenta Casado–, pues tampoco quitamos símbolos de ayuntamientos si los han colocado por un acuerdo de pleno".

Se trata de conquistar la calle. "Tanto cartel invadiendo el espacio público es fascismo, intenta darte la sensación de hegemonía, de que estás sola, cuando no es verdad –explica E. D.–. Si el Gobierno no reacciona, reaccionamos nosotros. Está en juego la libertad, el derecho y la unidad de España".

Estos grupos insisten en su transversalidad ideológica, pese a que el bando independentista los acusa de ser de extrema derecha. "Aquí –explica Casado–, hay gente de Plataforma X Catalunya, de Vox, del PP, de Ciudadanos… pero no se le pregunta a nadie de qué partido es, ni hablamos de política". E. D., votante de IU "hasta que llegó el pacto de Estella" y después de UPD, admite la presencia de ultras, "pero no son mayoría –asegura–. Cuando, en algún chat nuestro, alguien dice cosas xenófobas le rebato: 'hablas como un indepe'".