duodécima jornada

El bloque del 'no' se mueve ante las elecciones catalanas

NEUS TOMÀS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A no ser que todas las encuestas se equivoquen en el pronóstico, la candidatura de Junts pel Sí ganará las elecciones y podría incluso triplicar en escaños a la segunda lista que, según los sondeos, parece que será Ciutadans. Pero la clave en estos comicios es el juego de sumas entre los partidarios de la independencia y los que, cada uno con sus matices, la rechazan. Estos últimos han empezado a mover ficha para explorar posibles alianzas tras el 28-S -si la aritmética lo permite-. Prácticamente a la misma hora, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una entrevista en Onda Cero, y el cabeza de lista de Unió, Ramon Espadaler, en su conferencia en el Primera Plan@ que organiza EL PERIÓDICO, expusieron su visión de cómo podría ser un Ejecutivo sustitutivo al de Junts pel Sí (solos o con algún tipo de apoyo de la CUP porque eso también lo determinará la aritmética).

Rajoy defendió que sería «muy sensato y razonable» construir un Ejecutivo catalán que sea alternativa a quienes quieren «liquidar España». Preguntado si no sería un pacto de perdedores, tal como él ha calificado a los gobiernos de coalición locales y autonómicos que han desbancado al PP, respondió que uno puede denominar las cosas como quiera pero el presidente del Gobierno tiene que ir «a lo importante», que es defender la Constitución y la soberanía nacional. En esta misma entrevista, Rajoy cometió uno de esos deslices que a veces cuestan votos. El presidente evitó reconocer que con la independencia, aquellos catalanes que lo quisieran no perderían la nacionalidad española, tal y como tuvo que recordarle el periodista Carlos Alsina. «¿La europea tampoco?», preguntó el presidente a Alsina, quien le contestó que al no perder la nacionalidad española tampoco se perdería la nacionalidad europea. Este fragmento de la entrevista, que corrió como la pólvora por las redes sociales, fue interpretado por los impulsores de la lista de Junts pel Sí como una muestra de que «el discurso del miedo», que atribuyen al PP, no tiene sentido ni efectividad alguna.

La propuesta del «'seny'»

Pero los populares no son precisamente el socio más apreciado por el resto de fuerzas contrarias a la secesión. La prueba es que el candidato de Unió, cuando formuló su propuesta de acuerdo tras el 27-S, no citó al PPC. Para los democristianos -a los que los sondeos no garantizan que obtengan representación parlamentaria-, la alianza pasaría por entenderse con el PSC, Ciutadans, una parte de Catalunya Sí que es Pot e incluso citó a gente que sitúan en el sector moderado de Junts pel Sí. O sea, todos menos los populares y la CUP.

«Nos ofrecemos a hacer posible un Govern con aquellos que quieran elaborar una propuesta de Catalunya para negociar en Madrid», explicó Espadaler. Según el candidato democristiano, se trata de la alternativa de «diálogo» a las dos hipótesis posibles tras el 27-S: que gobierne Junts pel Sí con la CUP o que se forme un Ejecutivo de «la izquierda más radical», con el apoyo de Sí que es Pot prescindiendo de parte de Junts pel Sí (este último futurible parece bastante descartable, pero ya se sabe que en política nada es imposible).

Ciutadans dio largas a Unió mientras que el cabeza de lista socialista, Miquel Iceta, acogió la invitación casi con entusiasmo. «Parece que de momento ya he encontrado un socio», señaló Iceta en respuesta a Espadaler. Y ya puestos, se ofreció para presidir ese hipotético Govern (de difícil suma, puesto que la mayoría parlamentaria debe dar un total de 68 escaños). Hay que tener en cuenta que Catalunya Sí que es Pot solo está dispuesto a hablar de una coalición de izquierdas.

Faltaba el cardenal

Ya se han pronunciado la patronal de la banca, algunos empresarios, mandatarios internacionales y la UE (el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una respuesta al eurodiputado popular Santiago Fisas reitera que un Parlamento autonómico no puede declarar la independencia), solo faltaba que la Iglesia dijese la suya. Teniendo en cuenta que el Vaticano está más que ocupado en la visita del Papa, primero a Cuba, y ahora a Estados Unidos, quien se ha pronunciado es Antonio Cañizares, desde su nuevo púlpito de cardenal arzobispo de Valencia. Cañizares ha convocado este viernes a las ocho de la tarde en la catedral de Valencia para rezar «por España y su unidad», y ha pedido a las parroquias incluir oraciones por esta misma intención.