EL 'CASO 3%'

Francesc Sanchez: "Yo no necesito que nadie dé la cara por mí"

El abogado de Convergència afirma que no cree ni en casualidades ni en conspiraciones

NEUS TOMÀS / J.G. ALBALAT / BARCELONA

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Hace una semana Francesc Sanchez estaba detenido en el marco de la última operación contra la presunta financiación ilegal de CDC. Conoce las interioridades del partido y, como abogado, las diferentes causas que tiene abiertas. Se define como un hombre de izquierdas y es poco dado a la corrección política.

-¿Todavía sigue sin saber por qué le detuvieron?

-No, no entiendo por qué me detuvieron.

-Usted es abogado. ¿Escuchando las preguntas que le hicieron no tiene ninguna pista?

-Es que no hubo ninguna pregunta porque yo no quise declarar ante la Guardia Civil. Si hubiese sido ante un juez no hubiese tenido ningún inconveniente. Por el papel que me comentaron cuando me leyeron mis derechos creo que es por alguna adjudicación de un carril bici de Barcelona.

-¿No declarar forma parte de su estrategia de defensa o es porque no tenía nada que decir?  

-Yo declararé ante un juez, que es quien instruye el caso.  A mi se me detuvo por orden de la Fiscalía y los fiscales no estaban cuando tenía que declarar. Estaba la Guardia Civil.    

-¿Considera que su detención forma parte de una operación política? 

-No, yo estoy convencido que alguien debe haber hablado mal de mi. No creo ni en casualidades ni en conspiraciones.Ni en una cosa ni en otra. Alguien ha utilizado mi nombre y ellos han considerado que tenían que registrarme. Ningún problema. Solo hay que hacer una salvedad y es que yo soy abogado de Convergència y, por lo tanto, conozco perfectamente este caso porque es mi obligación. Cuando digo que no creo en las casualidades es porque no sé si este era el momento más oportuno.

-Pues vayamos al caso. Dos de las empresas más generosas a la hora de hacer donaciones a la fundación CatDem, Copisa y el Grup Soler, vuelven a aparecer en el centro de las investigaciones. ¿Casualidad? 

-Es que forman parte del proceso judicial. Me imagino que estarán investigando cómo han conseguido adjudicaciones y qué tipo de donaciones han hecho. Pero son donaciones que han sido auditadas por el Tribunal de Cuentas. Y la Fiscalía ha ido diciendo que son impecables.

-No me negará que son dos constructoras espléndidas. Copisa donó 580.000 euros y el Grup Soler, 539.000. 

-Sí, pero no en un año, ¿no?

--Entre el 2008 y el 2013.

--Es decir, en 5 años. Por lo tanto son unos100.000 euros al año. Entiendo que pueda haber gente que desde el punto de vista ético pueda tener dudas respecto a las donaciones a fundaciones de partidos.

--¿La duda es si son donaciones a cambio de nada?

--Para una adjudicación hace falta la intervención de mucha gente. Esto no va de que un político habla con otro político y cambia una adjudicación. Hay órganos de control, mesas de contratación... Que haya empresas de la construcción o de otros sectores que compartan los ideales de un partido no es un delito. Dar dinero a una fundación no significa que seas un delincuente. Igual que la gente da dinero a una oenegé. Sé que la política está muy denostada pero forma parte de la democracia y es importante. Le recuerdo que desde enero el partido no recibe este tipo de donaciones para evitar que la gente malpensase.

-Los investigadores reconocen que las adjudicaciones son correctas y sospechan que las irregularidades se cometen antes. O sea que cuando las empresas se presentan a los concursos ya se  ha llegado a un acuerdo para asegurarse que ganan.

-¿Y cómo se hace eso?

-Yo no lo sé. 

-¿Cómo dicen los investigadores que se hace? ¿Se habla con una persona del partido, el partido les dice ‘presentaros que ganaréis'? ¿Esto va así? Porque es imposible sabiendo que el 60% de una adjudicación depende del precio, que hay una mesa de contratación y que nunca adjudica un político porque lo hacen funcionarios. 

-¿Es normal que Germà Gordó recibiese a las empresas adjudicatarias en el Palau de la Generalitat?

-Hemos convertido el hecho de reunirse con gente en un delito. Y no lo es. Es lógico que las empresas se reúnan con el secretario del Govern o con gente de CDC. Yo también he mantenido reuniones con empresarios que venían a quejarse de cómo funcionaba la economía o de cómo estaba la Administración. Puede haber quien después de una reunión con el político de turno utilice su nombre para decir ‘este ayudará’.  Si pasa esto, esta persona tendrá una querella. Ahora, por suerte, con la ley de transparencia, hay un registro de lobis y las agendas son públicas. Otra cosa es que después tú como político actúes bien o mal.

-¿El señor Gordó ha actuado bien?

-Estoy convencido de que sí. Si alguien le pregunta, Germà Gordó contestará. En todo caso, de quien estoy absolutamente convencido de que ha actuado correctamente es de mí.

-Vamos, que solo pone la mano en el fuego por usted.   

-Es que yo no quiero que nadie ponga la mano en el fuego por mí. No se trata de eso. No necesito que nadie me defienda ni dé la cara por mí. La doy yo. No tengo nada que esconder. Nunca he metido la mano en la caja en ninguno de los puestos que he ocupado, no me he dedicado a hacer de conseguidor para ninguna obra ni tengo dinero que esconder. 

-No necesita que nadie le defienda, ni usted defiende a nadie...

-Lo que yo defiendo es la actuación de Convergència en general. Lo que no puedo defender es la actuación concreta de una persona en concreto. Pero sobre la financiación de CDC estoy absolutamente tranquilo. La creencia de tu honarabilidad o la de tu partido depende de la percepción de cada uno. Los que me conocen saben que soy honorable pero puedo llegar a entender que tal y como se percibe la política haya gente que no lo crea. No les pido que me crean.

-¿Su conclusión es que CDC ha actuado bien pero que alguien, dentro o fuera del partido, ha utilizado su nombre en vano?

-Estoy convencido de que es así.