"Si Sánchez no lo resuelve, el conflicto catálán se enquistará"

Xabi Barrena

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Roger Torrent (Sarrià de Ter, 1979) es el presidente del Parlament más joven de la historia moderna de la institución. Sobre sus hombros recae, además, la responsabilidad de ser, tras Pere Aragonés, el principal referente mediático de una ERC descabezada entre la cárcel, el auto-exilio y las imputaciones judiciales.

¿Cuántos plenos y cuántas sesiones de control al Govern se han dejado de hacer por el enfrentamiento entre ERC y JxCat por la suspensión temporal o no de los diputados en la cárcel o en el extranjero?

Ninguno. Lo que siempre ha sido habitual es que los plenos, tras las vacaciones, se retomaran tras la  Mercè, que es lo que pasará este año. Este año lo que ha habido es mayor actividad en las comisiones.

¿Percibe maniobras encaminadas a acercarle a usted al abismo de la desobediencia al Estado, como camino para sacarlo del tablero de juego a través de, como mínimo, una eventual inhabilitación?

No. Nosotros lo que hacemos es tomar decisiones en función de lo que nos parece que nos permite avanzar. Abrir un escenario mejor. Y lo hemos hechos siempre tomando en cuenta el bien colectivo, más allá del ruido ambiental. Cualquier paso que demos en el futuro se debe de basar en dos cosas. Una, el análisis del coste beneficio político y social. Si el nuevo escenario que abrimos es mejor para nosotros y, dos, la legitimidad que contamos para dar estos pasos.  

No tiene la sensación, por tanto, de que Junts per Catalunya haya puesto precio a su cabeza.

No. Estoy convencido de que todos remamos en la misma dirección.

¿Es coherente pedir al Estado un referéndum pactado, es decir, reconocer su autoridad, y luego pedir que se desobedezca un auto de un juez del mismo Estado?

En el 2010 se produjo una ruptura en Catalunya entre legalidad y legitimidad. Cuando lo aprobado por los ciudadanos, el Estatut, es tumbado por el Tribunal Constitucional. Eso hace que en Catalunya pensemos que la legalidad española no está legitimada. En las democracias maduras esa legitimidad se recompone en las urnas. Votando. Y lo que exige una parte de la población es que se ejerza el derecho a la autodeterminación. El Gobierno debe ser consciente de que esto tendrá que acabar en un referéndum

Y se pide al Estado porque se le reconoce su autoridad. Y se supone que tiene la misma autoridad cuando señala que se tiene que suspender a unos diputados temporalmente.

Insisto. No es lo mismo, legitimidad que legalidad. Es evidente que hay un marco legal, pero también que hay una sociedad, la catalana, que quiere ser preguntada. Nunca la legalidad puede condicionar la democracia.

Por tanto, en el conflicto abierto entre JxCat y ERC por el auto de Llarena sobre los diputados, ¿la desobediencia es una de las opciones?

El planteamiento que se tire adelante debe cumplir tres requisitos: que nadie tenga que dejar el acta; que se mantengan las mayorías emanadas de las urnas y que las decisiones que se tomen sean efectivas.

Si ERC y JxCat dicen casi lo mismo, y la conferencia del 'president' Torra lo demuestra, ¿por qué en ciertos círculos se ha construido una leyenda de renuncia y autonomismo de Esquerra?

No aspiramos a ser los más independentistas, sino los que consigan que haya más independentistas. Todas nuestras decisiones no son cortoplacistas, tácticas, sino estratégicas, precisamente, para conseguir un aumento de la base.

¿Cree que Pedro Sánchez, con 84 diputados, tiene suficiente fuerza y legitimidad como para cerrar un acuerdo con Catalunya?

Eso lo tiene que decidir él. Si lo más relevante para él es consguir cinco o 10 escaños más o bien resolver el conflicto en Catalunya. Si decide no resolver el conflicto, lo va a enquistar. Si se sienta a dialogar, está reforzando la democracia. Más allá de la aritmética parlamentaria, quien ocupa la Moncloa es Sánchez. Y tiene que decidir si quiere ser Rajoy o Cameron.

¿Se está en un 'impasse' a la espera de que haya en la Moncloa un Gobierno con mayor respaldo en las urnas que el actual?

Sánchez tiene que demostrar ahora y aquí su capacidad para el diálogo. Es cierto que la música del PSOE suena distinta que la del PP, pero eso debe de concretarse ahora. No en un horizonte que nadie sabe si llegará. 

Sánchez ha reiterado que la salida del conflicto catalán pasa por las urnas. ¿Un referendo sobre el autogobierno. Votar el Estatut vigente, el recortado por el TC, y que ganara el 'no', ¿sería una puerta para el independentismo para atajar hacia un referendo de autodeterminación?

Nosotros queremos un referéndum de autodeterminación. Si en el 'no' a esta opción el Gobierno quiere ubicar una propuesta alternativa, fantástico. Que se siente en la mesa y lo proponga. 

ERC defiende el ejercicio de la unilateralidad como último recurso. ¿Bajo qué supuestos?

Lo que decimos es que la vía ideal es la vía escocesa, referéndum acordado y efectivo. Siempre lo hemos defendido. Eso sí, no abandonamos ninguna alternativa pacífica y democrática. Y es evidente que para llegar al inevitable referendo, que hoy parece tan difícil, tendremos que utilizar todos los mecanismos de presión politica.

El Estado no emite ninguna señal distinta que hace un año.

Por eso es Sánchez el que debe definirse, si quiere más represión o más democracia. Con represión no se evapora la mayoría que pide ejercer el derecho a la autodeterminación. ¿Quiere mantener el Estado una represión que no es efectiva? 

¿Cree que en este otoño se generará una 'ventana de oportunidad' que permitirá a Catalunya avanzar hacia la república?

Lo seguro que se definirá en los próximos días, en el debate de política general del 2 de octubre, es la agenda política para los próximos meses. Uno de los objetivos que tenemos que fijarnos es ser más y más determinados. No creo que haya ningún independentista que prefiera ser el 48% en lugar del 60%.

¿La retirada de Xavier Domenèch es una mala noticia para ustedes?

Lo es personalmente para mí, sin duda. Cuando apelamos al 3-O apelamos a un espacio político con el que compartimos muchos valores, no a unas cúpulas.

Mucha gente se pregunta por qué no se oye la voz de Marta Rovira.

Se halla en el exilio y ejerciendo de secretaria general. Y eso lo sabemos los militantes. Otra cosa es que salga más o menos en los medios. Las dos piezas clave del partido, Oriol Junqueras y Marta Rovira, continúan liderando el partido, políticamente y organizativamente.  

¿Una sentencia condenatoria para los encausados por el 1-O sería un buen momento para convocar elecciones?

Una condena sería inadmisible en términos democráticos. Una eventual condena debe de tener una respuesta pacífica y democrática del país que debe de perfilarse en el Parlament.

Se ha acusado frecuentemente e PDECat y ERC de estar más pendiente de las cuestiones electorales que de las de fondo. Está sucediendo en esta legislatura?

Tenemos que ser capaces de pensar estratégicamente. Salir de la zona de confort. De nada sirve encerrarse en un núcleo muy concreto y competir entre nosotros por ese espacio. Lo que hay que hacer es seducir a más gente.