EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

El 'procés' islandés

El profesor islandés Ragnar Adalsteinsson, en la sede del Departament d'Exteriors, en Barcelona.

El profesor islandés Ragnar Adalsteinsson, en la sede del Departament d'Exteriors, en Barcelona. / periodico

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Ragnar Adalsteinsson es uno de los mayores expertos en el proceso que vivió Islandia para definir una nueva constitución mediante la participación ciudadana. Es un entusiasta de este tipo de mecanismos de democracia directa: "La participación pública es ya inevitable en todas partes, la gente es cada vez más consciente de sus derechos y de la necesidad de no transferir toda la soberanía a los políticos".

Adalsteinsson, de 81 años, invitado por el Departament d'Exteriors a participar en un ciclo sobre procesos constituyentes, describe cómo Islandia sacó adelante un proceso de redacción por parte de la ciudadanía de un nuevo texto constitucional, en un clima de indignación ciudadana por la crisis financiera de otoño del 2008. Una oleada constante que llevó a la creación de un primer paquete de 522 candidatos escogidos aleatoriamente, de los cuales surgieron los 25 delegados que redactaron el texto.

Un texto que sigue congelado en el Parlamento islandés debido, según explica Adalsteinsson, a que los políticos profesionales han "desconfiado" de la capacidad ciudadana para llevar adelante un texto constitucional. "Criticaron detalles, pero no los valores y materias fundamentales de la propuesta", denuncia. Tampoco han visto con buenos ojos "incrementar el poder de la gente", dado que el proyecto constitucional, entre otras medidas, permitía presentar propuestas ciudadanas al parlamento si contaban con un 2% de apoyo popular.

En el fondo, opina este experto, subyace la idea de que la ciudadanía no es suficientemente adulta ni está preparada para llevar a cabo este tipo de actuaciones políticas. Una idea que también llega desde algunos académicos y universitarios, entre los cuales no está obviamente Adalsteinsson, uno de los principales impulsores y asesores del proceso constitucional.

UNA CONSTITUCIÓN CATALANA

Su convencimiento es directamente proporcional al que trasmite respecto a la posibilidad y capacidad que tiene Catalunya para llevar a cabo también un proceso participativo para redactar una constitución. "En primer lugar, podría dedicarse a discutir los valores básicos", señala. Habría que llevar a cabo un primer borrador, subraya, implicando en ello a los medios de comunicación y las redes sociales para que todos los ciudadanos se sientan implicados y concernidos.

Adalsteinsson conoce la realidad catalana hasta el punto de proclamar que "Catalunya tiene una historia, una cultura, una lengua y un territorio propios". "Es una nación y las naciones tienen derecho a decidir por sí mismas", proclama. A diferencia del proceso negociador de Islandia respecto a Dinamarca, "el problema en Catalunya", apunta, "es que el Gobierno central no quiere negociar ni discutir alternativas".

Ante ello recomienda, volviendo a la constitución, "que los ciudadanos se sientan orgullosos y confíen en ella". Y recuerda que en su país "mucha gente quiere una nueva constitución porque necesita una propia, republicana, no una constitucion de reino", como es en la actualidad todavía.

ALTA PARTICIPACIÓN Y MAYORÍA EVIDENTE

Adalsteinsson recomienda a Catalunya que vaya adelante con el referéndum y tenga en cuenta que, si no se registra una participación alta, el camino hacia la secesión será más difícil y problemático, del mismo modo que será difícil si el 'sí' no obtiene una mayoría evidente. También apunta a la necesidad de lograr apoyos de otros países, algo también arduo, pero subraya la importancia de lograr apoyos de pequeños estados.