Mas y Rajoy se ven sin dar señal alguna de acercamiento

Arias Cañete, Valls y  Rajoy observan la conexión de la línea eléctrica que enlaza España y Francia.

Arias Cañete, Valls y Rajoy observan la conexión de la línea eléctrica que enlaza España y Francia.

FIDEL MASREAL / GEMMA ROBLES / BARCELONA / MADRID

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Nada. Como el título de la célebre novela de Carmen Laforet. Es el resumen del primer encuentro en siete meses entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, acontecido este viernes con motivo de la inauguración de la interconexión de la línea eléctrica de muy alta tensión (MAT) entre España Francia. Ambas partes decidieron mantener el enroque. La presencia del primer ministro francés, Manuel Valls, hacía difícil un diálogo a fondo, pero lo cierto es que ni a fondo ni superficial. No hubo avance alguno, según apuntaron fuentes de ambos gobiernos, en el almuerzo celebrado en el castillo de Peralada.

La cita vino precedida de lo que en términos coloquiales de la dialéctica política se denomina recados. Mensajes especialmente preparados para el adversario con el que horas después se verían las caras.

CONTRA LOS "AGRESORES"

Mas aprovechó un acto de proclamación del Año de las Bibliotecas, en el Palau de la Generalitat, para denunciar que a lo largo de la historia "agresores de muchas épocas han procurado romper las piernas de la identidad catalana". Y añadió: "A pesar de eso, durante muchas décadas y siglos ha habido continuidad histórica en asuntos básicos como la cultura y la lengua. Esto explica por qué estamos donde estamos como país y por qué somos lo que somos". Declaraciones de Mas en un acto que permitió al 'president' excusar su presencia en el acto institucional de inauguración de la interconexión eléctrica, que protagonizaron Rajoy, Valls y el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete.

De este modo, Mas quiso autoafirmarse frente al presidente del Gobierno del PP, con el que mantiene un nulo contacto. En el aire siguen la práctica totalidad de las 23 reivindicaciones que llevó el 'president' a la Moncloa el verano pasado. De ellas, todo salvo el acceso ferroviario al puerto de Barcelona sigue pendiente, dejando aparte los acuerdos en materia de infraestructuras recientemente desencallados.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también envió su personal saludo previo a Mas. En la inauguración del enlace de la MAT de Girona con el sur francés afirmó: "Lo que hay que hacer es conectar y no desconectar". Una frase de evidente doble sentido, porque desconectar es la expresión que usó el propio Mas el martes al presentar el plan de preparación de las llamadas estructuras de Estado por si, llegado el caso, Catalunya ha de "desconectar" del resto del Estado. Rajoy fue todavía más explícito y dijo que el proyecto de interconexión eléctrica demuestra que "es hora de hacer caer fronteras y no de erigirlas".

COMISION BILATERAL

Después llegó el encuentro, en un almuerzo junto al primer ministro francés. La nota irónica de la jornada fue que precisamente este viernes se ha reunido la comisión bilateral del Ejecutivo catalán con el gobierno de la Vall d'Aran mientras la otra, la comisión bilateral Estado-Generalitat, lleva inactiva desde julio del 2011, en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero.

Mientras Rajoy y Mas compartían almuerzo en Peralada, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue preguntada, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, sobre si aprovechando el encuentro se pretendía lanzar algún mensaje tras el 9-N y una vez anunciado un adelanto electoral. "Nosotros a Catalunya vamos con hechos", respondió tajante Santamaría, quien quiso poner en valor la interconexión eléctrica.

Y del almuerzo entre Rajoy y Mas, apenas cordialidad y conversaciones cruzadas con Valls. En las imágenes de la llegada de los tres mandatarios se pudo observar la afabilidad de Mas hacia el mandatario galo, al que se dirigía en francés con una amplia sonrisa. Entre ellos, Rajoy.

Ni en la Moncloa ni en el Palau de la Generalitat percibieron ayer ningún avance entre ambos presidentes. Y eso que asuntos en la carpeta mutua no faltan. Una carpeta que tras la reunión del pasado año en la Moncloa se encargó a ambas vicepresidentas y que incluye cuestiones esenciales como las deudas que la Generalitat reclama al Estado y una interminable lista de litigios. Empezando, evidentemente, por el soberanista, dada la querella contra Mas y las 'conselleres' Joana Ortega e Irene Rigau, siguiendo por la financiación de la ley de dependencia, la 'ley Wert', las políticas activas de empleo y la compensación por el nonato impuesto a los depósitos bancarios. Pero de todo ello, ayer, nada.