POSICIONES ENCONADAS

Los posconvergentes se imponen a los fieles a Puigdemont en un tenso debate en el PDECat

Jordi Puigneró, Àngels Chacón, Miquel Buch y Meritxell Budó, este sábado durante el consell nacional del PDECat.

Jordi Puigneró, Àngels Chacón, Miquel Buch y Meritxell Budó, este sábado durante el consell nacional del PDECat. / periodico

Fidel Masreal / Xabier Barrena

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El consejo nacional del PDECat, que es el máximo órgano del partido entre congresos, vivió este sábado un encendido debate entre las dos corrientes que malviven desde hace años en el seno de la formación heredera de Convergència. Por un lado, los que defienden las esencias convergentes, la centralidad y la moderación soberanistas; por el otro, los fieles al 'expresident' Carles Puigdemont y partidarios de disolver la formación en el seno de Junts per Catalunya, la marca electoral creada en su día para intentar aunar a las distintas sensibilidades internas. El resultado de la confrontación en la reunión fue claro, tanto en las intervenciones a puerta cerrada (mayoría clara a favor de reafirmar la vigencia del partido) como en la votación final: el 86% está a favor de la decisión de la dirección de pasarse a llamar JxCat, pero sin perder la estructura y el poder como partido.

La votación cosechó 182 'síes', dos votos en blanco y 28 abstenciones. Y tras un intenso debate, el presidente del partido David Bonvehí, cerró el acto con un discurso, este sí, abierto a los medios de comunicación en el que insistió en la vigencia de la formación política. Un mensaje claro ante el sector minoritario que reclama que una gestora tome las riendas de la formación y la encamine hacia su desaparición. "Necesitamos un partido fuerte, una sola estructura, una sola dirección y un solo partido. Y ese partido fuerte es JxCat. Ahora bien, hay varias maneras de llegar a esa fuerza y los distintos sectores tenemos que hablarlo", subrayó. Bonvehí, que siempre ha tratado de mantener los equilibrios, añadió: "El liderazgo de Puigdemont es indiscutible".

"Somos un partido para llegar a la independencia efectiva de Catalunya y para intentar gobernar en todas las instituciones", definió el dirigente. "JxCat va mucho más allá del PDECat, pero, a su vez, JxCat no se puede entender sin el PDECat. La premisa es la suma", sentenció.

Los "satélites"

Se esperaba que el consejo nacional fuera el foco de la confrontaicón interna y así fue. La propuesta de mantener viva la organización nacía de lo que las agrupaciones territoriales propusieron en la reflexión interna que tuvo lugar en septiembre. Y el debate fue intenso, con más de treinta intervenciones. Los defensores de la dirección fueron claramente críticos respecto a los independientes de JxCat fichados por Puigdemont.

Alguna de estas intervenciones arremtió contra los "satélites" del partido que solo defienden su agenda personal. Otro de los consejeros nacionales también criticó a los independientes que "vienen a dar lecciones". Sin duda, el fichaje de personas ajenas al partido y fieles a Puigdemont es una de las controversias más serias de una formación con una aguda divergencia estratégica interna.

El factor Puigdemont

Los 'puigdemontistas' tomaron la palabra en tono crítico con el proceso de debate interno emprendido en septiembre. Reclaman una votación de toda la militancia. Sus tesis son favorables a que la dirección deje paso a una comisión gestora. Sus tesis políticas están centradas en el independentismo más combativo de Puigdemont. Entre estos intervinientes, el único concejal del partido en Badalona, David Torrents, que criticó abiertamente la gestión del 'conseller' de Interior, Miquel Buch, presente en la reunión.

Los críticos creen que la última palabra de este contencioso la tendrá Puigdemont. Sin duda, después de que el viernes la dirección y este sábado el consejo nacional posconvergentes se negaran a desaparecer como partido, la pelota está en el tejado del 'expresident'. De él depende en buena medida la posición que vayan adoptando los independientes de Junts per Catalunya, así como el futuro que tenga la Crida, la asociación -y también partido- creada por el mismo Puigdemont para, dijo en su momento, superar instrumentos políticos caducos y aunar bajo su paraguas a todo el independentismo.

Próximos pasos

Los seguidores de Puigdemont creen que si el Tribunal de Justicia de la UE falla el jueves a favor de Oriol Junqueras y ello facilita que el 'expresident' sea eurodiputado y tenga inmunidad, se entrará en un nuevo escenario. Su fe en el poder del 'expresident' es su principal baza en el seno de una formación que espera decidir en pocas semanas su futuro.

Pero para ello deberá iniciar un proceso negociador con la Crida y los independientes. El escenario más optimista es el de un pacto salomónico interno. El menos halagüeño es la creación de una coalición entre las dos tendencias que este sábado se enfrentaron abiertamente. El peor, la ruptura total.