LA DUODÉCIMA LEGISLATURA

El Rey reclama pactos y regeneración en la apertura oficial de la legislatura

GEMMA ROBLES / MADRID

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Aunque la falta de mayorías siembra de incógnitas la vida útil que pueda tener este nuevo tiempo político, el jefe del Estado se encargó de abrir de forma solemne la XII legislatura –la primera de la España multipartidista y también de Felipe siendo Rey– con apelaciones rotundas al diálogo, el consenso y la búsqueda de los pactos necesarios para no defraudar a la ciudadanía. Lanzó una serie de mensajes elegidos a sus señorías tras dos citas con las urnas, una legislatura fallida y un final de vértigo para evitar terceras generales. "Tras los últimos procesos electorales, nuestro pluralismo político requiere de un diálogo permanente y de un debate constructivo; reclama que la generosidad, la responsabilidad, el respeto y el entendimiento sean valores permanentes en la vida pública, demanda la voluntad y la capacidad de llegar a acuerdos, de lograr la mayor concertación en cuestiones básicas y necesita el compromiso de todos con el interés general", enfatizó, rodeado de su familia, desde la tribuna del Congreso.

En un discurso pronunciado ante diputados y senadoresdiputados y senadores -además de otras autoridades ubicadas en los palcos del hemiciclo-, con las notables ausencias de los parlamentarios de ERC y Bildu y la negativa de los representantes de Unidos Podemos, PNV o del Partit Demòcrata Català (PDC) a aplaudir sus palabras como gesto de distanciamiento, Felipe VI quiso alabar el esfuerzo político realizado en tiempo de descuento para evitar otro llamamiento a los españoles a las urnas. Se refería sin mencionarlos a Ciudadanos y Coalición Canaria, los grupos que avalaron la investidura de Mariano Rajoy, y también al PSOE, que tras un importante calvario interno acabó aceptando la abstención para hacer posible que hubiera un Gobierno. 

DESBLOQUEO PARA QUE HAYA GOBIERNO

Según el jefe del Estado, cuando otras generales parecían la salida más probable al bloqueo político se generó «cierta inquietud y malestar», además de «desencanto» y «por qué no decirlo, distanciamiento» de la vida política por parte de la ciudadanía, así como «preocupación» entre socios y aliados en el ámbito internacional.

«Creo sin embargo que es muy importante subrayar que la crisis de gobernabilidad se ha resuelto, finalmente, con diálogo, con responsabilidad y también con generosidad. No hay duda de que los intereses generales han estado muy presentes en su solución y de que, a lo largo de todos estos meses, nuestra Constitución se ha cumplido y los procedimientos constitucionales se han respetado –aseveró–. El pueblo español, que ha dado ejemplo de madurez, sensatez y responsabilidad a lo largo de las últimas décadas, especialmente durante la crisis económica, nos pide, en suma señorías, que dignifiquemos la vida pública y prestigiemos sus instituciones, que estemos a la altura».

REGENERACIÓN MORAL

 Tampoco obvió el que parece será uno de los ejes de esta legislatura de duración incierta, el capítulo de la regeneración democrática y la mancha de la corrupción que ha afectado prácticamente a todas las instituciones y ha obligado a tomar medidas, incluida la Corona, que está a la espera de que se resuelva un juicio que afecta a la hermana del propio Rey y principalmente a su marido. Según dijo Felipe VI, alcanzar la «convivencia democrática» es una gran conquista que requiere de «cuidados y atención», lo que incluye una obligada regeneración moral de la vida democrática. «Es una cuestión de principios, de voluntad y decisión; es también una cuestión de orden en el funcionamiento de nuestro Estado de Derecho y antecedente necesario para poder recuperar la confianza de los ciudadanos», avisó.

Se detuvo también el monarca en reclamar esfuerzos a los parlamentarios para idear medidas que ayuden a los más afectados por la crisis, en busca de «cohesión social» y decidió no otorgar demasiado tiempo al conflicto soberanista catalán, aunque advertió «España no puede negarse a sí misma tal y como es; no puede renunciar a su propio ser; y no puede, en fin, renunciar al patrimonio común construido por todos y desde el que debemos seguir edificando un futuro compartido». En este contexto, aconsejó diálogo también el ámbito territorial respetando la ley.

La presidenta de la Cámara, Ana Pastor, precedió al jefe del Estado con una breve discurso tras haberle acompañado a él, a su familia y a las autoridadesdurante los honores militares. Pastor exigió ejemplaridad y respeto mutuo en una vida parlamentaria que se prevé intensa.