LA LUCHA INTERNA DE LOS POPULARES

La dimisión de Cifuentes aviva la batalla por la sucesión de Rajoy

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la ministra Dolores de Cospedal, en el Congreso

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la ministra Dolores de Cospedal, en el Congreso / .37678451

Gemma Robles

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Congreso de los Diputados. Jueves. Postdimisión de Cristina CifuentesCristina Cifuentes. El ministro Cristóbal Montoro acababa de pasar el primer examen de unos Presupuestos que garantizarán a Mariano Rajoy, si son aprobados definitivamente en junio, completar la legislatura: podrán ser prorrogados de ser necesario hasta el 2020. De las cuentas públicas quería la Moncloa que hablasen los suyos. De eso y solo de eso hizo declaraciones el presidente del Gobierno para dar ejemplo. Pero los temas en los corrillos populares eran otros: el pasado y futuro de la expresidenta madrileña; los supuestos dosieres que durante años se escondieron bajo alfombras de despachos y la guerra de la sucesión en la Comunidad de Madrid, en el partido regional…. Y en el nacional. Sí, de eso, mal que le pese a los potenciales protagonistas, también.

Las consecuencias de la abrupta salida de Cifuentes se dejan notar en el presente -se 'estrenó' como presidente en funciones Ángel Garrido,Ángel Garrido agradeciendo a su exjefa la gestión y garantizando lealtad a quien llegue- pero sin duda condicionarán importantes decisiones de futuro. Para empezar, la dirección popular busca ya quien sustituya en la Puerta del Sol hasta mayo del año que viene a la que se perfilaba además como aspirante a suceder a Rajoy. El PSOE avisa de que ellos presentarán a Ángel Gabilondo a una investidura, pese a que no den los números. El PP busca para Madrid un presidente o presidenta con carácter interino, sin sospechas (al menos pocas) de corrupción o líos a sus espaldas, para llegar hasta las autonómicas de la mano de Cs sin sobresaltos. Pero el aparato del PP avisa de que, pasados los meses, se buscará un "peso pesado" para no perder una plaza tan relevante.

Muchos, que no todos, miran de reojo a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, e imaginan ya su rostro en los carteles de los comicios del 2019. Ella, metafóricamente, aparta la mirada. Está acostumbrada a salir en esas quinielas castizas (pese a que lleva años ocupando también podium junto a Dolores de Cospedal y Alberto Núñez Feijóo en las cábalas sobre la sucesión de Rajoy) sin que la cosa pase de especulación. Puede volver a ocurrir, aunque hay quienes advierten en Génova de que el contexto no es el habitual. Que la cercanía (demoscópica) de los naranjas agobia; que el partido se la juega; que Rajoy, también, y que no están los tiempos para ahorrar en sacrificios. Las fuentes consultadas subrayan que "no hay decisión tomada y tardará en llegar", eso sí, recalcando que "nadie que cumpla el perfil cuando llegue el momento debe descartarse". "Ni darse por elegido", añaden.

Mensajes a través de entrevistas

Algunos adversarios y al tiempo compañeros de filas de Santamaría se frotan las manos. Creen que si el líder del PP quiere intentar seguir o descabalgarla de un proceso sucesorio, pedirle que abandone el Gobierno y se vuelque en Madrid sería un buen camino. En ese grupo incluyen los conservadores que, este jueves, le daban vueltas a la cuestión en los ya mencionados corrillos parlamentarios al exministro José Manuel García-Margallo. Él, que no se molesta en disimular la escasa simpatía que le produce la vicepresidenta (y parece mutuo), aprovechó una intervención en televisión para proponerla y animarla a medirse en las urnas madrileñas. "Ella tiene notoriedad, popularidad, conocimiento y prestigio", enfatizó.

Los más cercanos a Cospedal, cuya relación con la número dos del Ejecutivo también es mejorable, no ven con malos ojos la idea, claro. No en vano la titular de Defensa aparece con igual fuerza en quinielas sucesorias del presidente. Sin embargo, ella ha recibido un mensaje inquietante hace unos días. Y de Rajoy ni más ni menos, que en una entrevista en La Tribuna, señaló a Cospedal como candidata "ideal" para Castilla-La Mancha. O sea, para los comicios de mayo del 2019, que no las generales del 2020.

¿Es casualidad que esas palabras del presidente sobre la candidatura para Castilla-La Mancha lleguen en pleno 'fregao' madrileño, cuando más se habla de Santamaría como aspirante para La Puerta del Sol? Puede que sí. O puede que lo ocurrido con Cospedal vaya a marcar el futuro de muchos, y no solo el de la presidenta ya dimitida.