El dilema de Zapatero: Nepal o el Tíbet

El médico y escaladorKen Kamlerlo cuenta más o menos así. Cerca de la cima del Everest hay un estrecho paso, de unos 500 metros, que los aventureros deben recorrer sin cordadas. La razón es que, allí, a uno y otro lado, hay una caída vertical espeluznante, de modo que un resbalón arrastraría a los compañeros de ascensión. «Si caes hacia la izquierda –explicaKamler–, caerás 2.438 metros hacia Nepal. Si es hacia la derecha, son 3.658 metros hacia el Tíbet». ¿Conclusión? «Es mejor caer hacia el Tíbet. Vivirás un poco más».

Tras esa introducción, no queda más que concluir que las intervenciones deMariano RajoyyJosep Antoni Duran Lleidaanteayer en el Congreso fueron de vértigo. Al primero, tal vez más suelto que de costumbre porque ya es presidente en las encuestas, le bastó con echar mano de la hemeroteca más reciente para ridiculizar la yenka económica deJosé Luis Rodríguez Zapateroy, aun a costa de dejar estupefacta a la derecha europea, terminó por pedir elecciones ya. Es una aspiración legítima. La encuesta que hoy publica EL PERIÓDICO le retrata con un pie en la mayoría absoluta. La regañina a CiU por aplazarle unos meses esa entrada triunfal en la Moncloa solo demuestra, si es que la hace convencido, que en política catalana aún está en P-3, pues solo un nacionalista suicida contaminaría unas elecciones autonómicas catalanas con el virus del bipartidismo español.

En resumen, Rajoysería la caída por la ladera de Nepal.

La pendiente orográficamente más interesante de analizar es, no obstante, CiU, o por personalizarlo,Duran Lleida, autor de una intervención en el Congreso de una arquitectura tan impecable que, en un momento quizá de ofuscación, llegaron a aplaudir los diputados del PSOE, momento en el que el dirigente democristiano pareció transmutarse en una suerte deAntonio Machado(«Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora...»), sabedor de que los halagos procedentes de PSOE y PP son incompatibles con tantas y tantas demostraciones anteriores de catalanofobia.

El líder de Unió (al que, por cierto, ¡los votantes convergentes puntúan con un 7,1 en el Barómetro de EL PERIÓDICO!) planteó anteayer, se supone, que el presidente del Gobierno debe disolver las Cortes tras las elecciones catalanas y, salvo sorpresas, preparar al PSOE para cuatro años de rodillo parlamentario conservador. Con todos los respetos, no parece creíble. EsDuran Lleidaquien hace menos de un mes propuso en voz alta relevar aZapateropor otro socialista más dócil (bueno, no lo dijo exactamente en esos términos). Un pronóstico es que más pronto que tarde esa idea resurgirá.

Lección: mejor caer hacia Tíbet.