«Le digo al 'president'...»

El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, aplaudido por los asistentes a la convención intermunicipal del PP, celebrada el sábado en Valencia.

El presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, aplaudido por los asistentes a la convención intermunicipal del PP, celebrada el sábado en Valencia.

GEMMA ROBLES / PATRICIA MARTÍN / Madrid

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Salvo sorpresa de última hora, el acontecimiento político de la semana será el pleno que se celebrará mañana en el Congreso, en el que la mayoría del arco parlamentario dirá «no» (aunque será un «no dialogado», insisten desde el Ejecutivo central) a la solicitud de la Cámara catalana de que se le transfiera, a través del artículo 150.2 de la Constitución, la competencia para poder convocar una consulta soberanista. El debate, que se promete rotundo en el fondo y exquisito en las formas -los partidos mayoritarios han pedido prudencia a sus diputados para evitar algaradas- ya es calificado de histórico por algunos. La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, apuntó ayer que será el propio Mariano Rajoy quien defienda en la Cámara baja que la soberanía «es de todos». Horas después, sin embargo, la secretaria general de los populares dio marcha atrás y matizó que el presidente blandirá esa tesis «sea él o no quien intervenga».

La sesión empezará a las cuatro de la tarde con la lectura de un documento del Gobierno que rechaza el referendo por inconstitucional. Acto seguido hablarán los elegidos para defender la posición del Parlament: Jordi Turull por CiU; Marta Rovira por ERC y Joan Herrera por  ICV-EUiA. De ellos se esperan, con tonos e intensidades diferentes, apelaciones al respeto a la democracia, al derecho a decidir y al diálogo con el Estado para hacer posible la consulta.

«CORTESÍA Y PEDAGOGÍA» / Por parte de la Generalitat habrá dos testigos, el conseller de Presidència, Francesc Homs, y el titular de Agricultura, Josep Maria Pelegrí. Y también habrá un ausente. El gran ausente: el president Artur Mas, quien ha optado por no desplazarse a Madrid para escuchar los argumentos con los que una gran parte de los parlamentarios de las Cortes pretenden cerrar la puerta, «con cortesía y pedagogía», sostienen desde el PP, a un referendo catalán. Como en el 2005 hicieron con Euskadi, aunque, entonces sí, cara a cara con el que era lendakari, Juan José Ibarretxe, que salió del Congreso con 313 noes y directo hacia unas elecciones que terminaron con su carrera política y sacaron al PNV del poder unos años.

Aunque no esté Mas en la Cámara baja, él será protagonista y destinatario de todos los mensajes que, contra el desafío independentista, se lancen desde la madrileña carrera de San Jerónimo. O sea, que será el debate del «yo le digo al president...».

Son muchos y variados los grupos parlamentarios que han criticado la decisión de Mas de «no dar la cara» en las Cortes españolas. Hasta última hora han tratado de retar al líder de CiU para que cambiase de opinión. También el Gobierno y el PP, que achacan al máximo responsable de la Generalitat el no haberse tomado en serio un debate que tendrá tanta trascendencia nacional e internacional. «Si ellos lo ven como un trámite, nosotros sí nos lo vamos a tomar en serio», apuntan fuentes populares. También los socialistas se han quejado de la actitud de Mas, incluido el líder del PSC, Pere Navarro, quien sí tiene previsto seguir el debate desde la tribuna de invitados.

Partiendo de ese análisis, es de esperar que tanto Rajoy como Alfredo Pérez Rubalcaba sean quienes, en nombre del Ejecutivo y del principal partido de la oposición, expliquen sus posturas, coincidentes en el rechazo a la consulta pero distintas en cuanto al modo de abordar la crisis con Catalunya. El Gobierno y el PSOE mantienen el misterio, pero el desliz de ayer de Cospedal sirve para decantar más las apuestas a favor de que Rajoy tomará la palabra. Si es así, es más que probable que Rubalcaba lo secunde.

FEDERALISMO COMO SALIDA / En cuanto al contenido de sus discursos, el Gobierno argumentará su rechazo a la consulta escudándose en la Carta Magna (y el fallo del Tribunal Constitucional sobre la declaración soberanista del Parlament), al tiempo que apelará a los lazos de unión con Catalunya, a los sentimientos y los años de historia en común, además de al diálogo sobre temas «realistas».  Esto es, una adaptación a la española del concepto better together (mejor unidos) con el que los británicos hacen frente al desafío independentista escocés.

Se esperan llamamientos al diálogo desde casi todas las bancadas, también la socialista. No obstante, el plato fuerte del PSOE será alertar  contra las aventuras secesionistas tanto como contra el inmovilismo y, en consonancia con el PSC, ofrecer una reforma constitucional en clave federal como salida.