CÓNCLAVE EN LAS FILAS MORADAS

Iglesias y Errejón, las diez diferencias

Las discrepancias clave que dificultan un acuerdo entre los máximos dirigentes de Podemos ante Vistalegre II

Iglesias y Errejon en el Congreso

Iglesias y Errejon en el Congreso / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Pablo Iglesias e Íñigo Errejón tienen una conversación pendiente después de las fiestas. En ese encuentro decidirán si llegan un remoto entendimiento para concurrir en una candidatura conjunta al congreso del partido (Vistalegre II), en febrero, o bien presentan proyectos por separado. Sus diferencias son más técnicas que estratégicas y no siempre fáciles de concretar. Ellos detestan el “falso debate” y los “reduccionismos” pero el meollo es este:

1. LA RELACIÓN CON IU

PABLO IGLESIAS (PI). Defendió la coalición electoral Podemos-IU para el 26-J y desde entonces ha advertido que esa alianza debe ir más allá de las urnas. Alberto Garzón quiere que la integración se haga “cuanto antes”. Iglesias no ha concretado los plazos ni cuál sería la estructura orgánica de esa suma, aunque apunta a una coalición de partidos de izquierda. Considera que el proceso no tiene "marcha atrás" posible. 

ÍÑIGO ERREJÓN (IE). Nunca le convenció la alianza electoral, aunque acabó por aceptarla. Cree que con esa fórmula Podemos perdería la identidad y al grueso de su electorado. Ha advertido a Iglesias de que esa integración conducirá al fracaso. Preguntado si aceptaría la fusión fue claro: “Rotundamente no”.

2. CÓMO VENCER AL PSOE

PI. Podemos no logró el ‘sorpasso’ y ahora quiere vencer al PSOE aprovechando la ausencia de liderazgo socialista. Está determinado a atacarlo constantemente y utiliza buena parte de la artillería parlamentaria en duras críticas, como la de la “cal viva”. Sitúa como objetivo fundamental erosionar a los socialistas y convertirse en el líder de la oposición. Se negó a abstenerse para facilitar la gobernabilidad de Pedro Sánchez.

IE. Considera que Podemos no podrá ser una fuerza mayoritaria capaz de gobernar si no logra seducir al votante socialista desencantado. Para lograrlo, entiende que debe tratar a sus militantes con respeto, no desde el ataque. Prima sacar adelante leyes sociales, si hace falta consensuadas con el PSOE, a destruir al adversario. Dirigentes de su entorno pidieron abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez. 

3. TRINCHERAS O UTILIDAD

PI. Cree que la vuelta del PP a la Moncloa espoleará una oleada de protestas sociales y que Podemos debe enfatizar su presencia en las calles para alinearse con “los que sufren”.  Defiende que el trabajo en la oposición es en vano y ha llegado a calificar algunas iniciativas como “papel higiénico”. Sin gobernar, opina, no se puede transformar la sociedad y hay que resistir en las trincheras. “Las instituciones se pueden convertir en una trituradora de la decencia”, opina.

IE. Defiende que la oposición sí tiene capacidad transformadora, que se puede ser útil. Cree que el trabajo parlamentario es positivo en dos direcciones: permite aprobar leyes más justas y derogar las más dañinas del PP, y además, genera más certezas a un electorado que, aunque simpatiza con Podemos, necesita más seguridad para votarles. Entiende que la derogación de la Lomce o la de la 'ley mordaza' son victorias. 

4. DOLOR O ILUSIÓN

PI. Opina que Podemos debe “politizar el dolor”, amplificar el malestar de las clases más desfavorecidas y expresar su “rabia”. Iglesias cree que ese dolor de la población más afectada por los recortes del PP desencadenará protestas sociales y que Podemos debe apoyarlas. En los últimos meses ha incrementado su presencia en manifestaciones contra la pobreza energética y los CIE.

IE. Insiste en que el alma de Podemos es la de la ilusión y la esperanza de un futuro mejor. Cree que las protestas surgen o no, pero son de la sociedad civil y un partido no las puede decretar. Opina que ahora desde la oposición y más adelante desde el Gobierno el partido debe mejorar la vida de los ciudadanos con propuestas útiles y no enconarse en mitificar un rencor que es legítimo pero incapaz de cambiar nada.

5. IDENTIDAD OBRERA O PUEBLO

PI. Sitúa a Podemos como el partido que defiende los intereses de la clase obrera. Exalta la identidad de clase y el orgullo de pertenencia a los barrios humildes. ”Sólo podemos ganar si somos capaces de politizar el orgullo de lo popular”, insiste. Repite en sus discursos que vive en Vallecas y exalta las virtudes de lo proletario frente a las élites antagonistas. En los últimos meses ha incrementado esta apelación.

IE. Cree que para sumar más simpatizantes, Podemos no puede etiquetarse como obrero, porque excluye otras realidades. Opina además que la clase obrera tiene la legitima aspiración de mejorar sus condiciones y que Podemos no está para exaltar la dureza de su realidad, sino para garantizarles un futuro mejor. Cree que el partido debe defender demandas transversales y construir pueblo.

6. UNIFORMIDAD O DIVERSIDAD

PI. Ha pedido a la cúpula que las familias de Podemos desaparezcan después de Vistalegre II. Argumenta que las ideas no deben generar bloques ni corrientes puesto que considera que esto es un rasgo de la vieja política que el partido morado no puede heredar. Pide “unidad” y, aunque defiende los debates abiertos, alerta del riesgo que, a su juicio, comporta hacerlo en redes sociales o en los medios de comunicación. 

IE. Advierte de que el concepto “unidad” es tramposo porque socava el derecho a discrepar y a defender otras ideas. Insiste en que la diversidad y el debate son consustanciales a Podemos y que sería un error someterse a un criterio impuesto sin poder ser confrontado en el debate. Sugiere que los pablistas tratan de imponer el marco de la unidad para evitar entrar en el fondo, como cuál es el rumbo político a tomar tras Vistalegre II.

7. EL TONO

PI. Iglesias asegura que fue un error “disfrazarse” de líder tranquilo en la campaña del 26-J. Reivindica un tono “duro” y saca pecho del discurso de “la cal viva”, aunque antes de las elecciones pidió perdón por esas palabras. Sus intervenciones han ido poblándose de términos abruptos. “Estoy en la tribuna del Parlamento cagándome en los muertos” de las clases que tienen asistenta doméstica, dijo. 

IE. Opina que la radicalidad no significa decir palabras gruesas, sino hacer políticas útiles que reviertan los recortes del PP. Advirtió a Iglesias (antes y después) que el discurso de “la cal viva” era un error. Consicente de la agresividad de la imagen del secretario general, preparó una campaña de mano tendida para suavizarla. No se siente cómodo con intervenciones que incluyen insultos.

8. MIEDO O CERTEZAS

PI. Sostiene que en la Transición PSOE y PCE renunciaron al marxismo y al leninismo para no dar miedo, pero cree que el 15-M demostró que la juventud ya no siente ese temor. Opina que la sociedad está preparada para que Podemos diga “la verdad” y reivindica que el partido debe “dar miedo” a las clases dirigentes. 

IE. Está empeñado en que Podemos tiene que “sumar a los que faltan” y que el único modo de lograr seducir esa mayoría social es aportando credibilidad con un trabajo profesional intachable. Opina que avivar el miedo es contraproducente y que Podemos debe tender la mano sin pedir carnés a quienes provienen de otras opciones políticas. Defiende un partido "anfibio" con un pie en la calle y otro en las instituciones.

9. SUS ENTORNOS

PI. Su equipo fue rotando el año pasado. En los últimos meses se ha acercado a personas próximas a IU. Sus asesores apoyaron el discurso de “la cal viva” y cuando llamó “don Pantunflo” a Eduardo Inda. Le rodean ‘mayoralistas' [Rafael Mayoral] y bescansistas [Carolina Bescansa] pero estos dos grupos también mantienen ciertas tensiones entre si. Algunos de sus asesores piden que Errejón renuncie a su familia.

IE. Dice el errejonismo que se ha convertido en un hospital de campaña al que han ido a parar dirigentes que han abandonado las filas del pablismo. Tiene de su parte a los intelectuales del partido. Los suyos siguen considerando a Iglesias el líder, tienden a evitar cargar contra él y achacan su cambio a las presiones de su ‘nuevo’ entorno. Errejón ha anunciado que si hay represalias por discrepar asumirá “todas las consecuencias”.

10. LA ESTRUCTURA

10. LA ESTRUCTURAPI. Hasta ahora apenas ha habido votaciones en los órganos de dirección del partido. Ni en la ejecutiva ni en el Consejo Ciudadano Estatal (CCE) se votaron las decisiones más polémicas, como si abstenerse o no en la investidura de Pedro Sánchez. Iglesias ha pedido que el CCE esté menos vinculado al secretario general y “firme contratos con la ciudadanía”. Dice que hay que evitar repetir un modelo “presidencialista”.

IE. Quiere reducir el poder del secretario general y aumentar el del Consejo Ciudadano Estatal. Considera que el líder no puede imponer cambios en la ejecutiva si no son refrendados por el máximo órgano entre asambleas. Pide que las decisiones se voten y una mayor cercanía a los círculos y a los territorios. Admite que fue un error diseñar un partido con una estructura tan vertical.