El discurso de los conservadores
El PP desautoriza a Camacho y su financiación singular para Catalunya
PATRICIA MARTÍN / MADRID
RAFA JULVE / BARCELONA
La líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, se desplazó ayer a Madrid con la intención de reunirse con la cúpula de su partido y diseñar, conjuntamente, una ofensiva de comunicación cuyo objetivo es contrarrestar el impulso soberanista. Pero su propósito de buscar el paraguas de la dirección del PP ante la prensa y ante la ciudadanía catalana empezó con mal pie: Camacho armó un revuelo al insistir en las horas previas a la reunión y en distintos medios de comunicación en que ella defiende un nuevo modelo de financiación «singular» para Catalunya que ponga límites a la solidaridad y que obligue a que las ayudas tengan carácter finalista.
Esto (pese a ser una propuesta ya conocida por el Gobierno, el partido y la opinión pública) irritó a algunos barones conservadores y no gustó en la sede de la madrileña calle de Génova, donde la secretaria general, María Dolores de Cospedal, ya en rueda de prensa, se vio obligada a desautorizar a Camacho y a puntualizar que el principio de solidaridad interterritorial no puede ser cuestionado de ninguna manera, aunque el debate sobre la nueva financiación aún esté en fase de análisis.
De esta forma, la presidenta del PP catalán cosechó un fracaso triple el día que iba a buscar un espaldarazo a Madrid: quedó claro que los suyos no apoyan ni apoyarán su modelo de financiación; su guion antisoberanista sufrió un serio revolcón cuando todavía está dando sus primeros pasos, y puso en evidencia que, tal y como ya ha reconocido en otras ocasiones el ministro José Manuel García-Margallo, tanto en el Ejecutivo como en el PP hay posturas bien diferentes sobre cómo tiene que abordarse el problema catalán.
UN DISCURSO TRANSGRESOR / Y todo sucedió pese a que, según fuentes del PP catalán, el espinoso tema de la financiación autonómica no salió a colación durante la reunión del comité de dirección al que asistieron Camacho, Cospedal y los vicesecretarios del partido. Dio igual. El hecho de que los medios se hubieran hecho eco de esa iniciativa de la dirigente del PPC, sumado a que seguramente desembarcó en Madrid con un discurso demasiado transgresor para otros miembros destacados de su partido, provocó la polémica y el debate en las filas conservadoras.
Camacho ya agitó las aguas del partido conservador a primera hora de la mañana cuando, en una entrevista en la cadena SER, además de reclamar ese modelo de financiación «singular», apostó por que sea el PP el que lidere una «nueva transición» como respuesta al órdago soberanista. Una expresión que recuerda demasiado a la «transición nacional» de Artur Mas y que es más que probable que sonara como un chirrido en la Moncloa y en la sede nacional del partido, especialmente a compañeros como Jaime Mayor Oreja, que denuncia a menudo que son los nacionalistas «radicales» los que buscan esa ansiada transición política, metiendo en ese saco, de vez en cuando, incluso a ETA.
«El PP debe tener el liderazgo para dar alternativa, respuesta y solución al problema de Catalunya, porque las cosas no pueden quedarse como están, no podemos estar sin hacer nada», recalcó la presidenta del PP catalán en otro momento de la entrevista.
EL CAPOTE DE FERNÁNDEZ / Tras ese mensaje matutino sobre la «transición», llegaron las reacciones a su propuesta de limitar la solidaridad en el nuevo modelo de financiación autonómica. El también catalán y ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, echó un capote a Camacho al asegurar que apoya el principio de ordinalidad, aunque dejó claro que sin llevarlo al extremo. Del lado opuesto, el máximo responsable en la materia, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, desdeñó la oferta -como ya hizo en el pasado cuando le fue presentada- al asegurar que el Ejecutivo no va a abrir ninguna «brecha» entre comunidades autónomas.
Cospedal, por su parte, recalcó que la solidaridad interterritorial está «en los genes del PP» y restó importancia a la idea de Camacho espetando que es una más y que hay «muchas otras» que el Gobierno estudiará a la hora de modificar el sistema de financiación. El más duro, no obstante, fue el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien tiró de ironía para afirmar que si alguien tiene tentaciones de promover un régimen «a la carta», organizará una consulta en su territorio al respecto. El resto de barones autonómicos también mostraron su rechazo con mayor o menor vehemencia.
EL GRUPO DE TRABAJO / Fuentes del PPC, por contra, restan importancia a este portazo y confían en reconducir la situación en los encuentros del grupo de trabajo puesto en marcha entre el PP nacional y el catalán, cuya primera reunión se celebrará hoy. El objetivo de este grupo es consensuar una ofensiva comunicativa en la que se alternen mensajes de contenido económico con otros que ensalcen los lazos sentimentales e históricos de Catalunya con el resto del Estado.
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