CAMBIO DE ETAPA

David Fernàndez no cuelga la camiseta

El diputado de la CUP se despide del Parlament y avisa de que las prendas reivindicativas que mostró en la Cámara "vuelven a la calle"

RAFA JULVE / BARCELONA

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David Fernàndez llegó a su último pleno en el Parlament, el 24 de julio, con tres camisetas: una en la mano, una en la mente y otra puesta. La primera llevaba la inscripción 'Gràcia amb el Sàhara' y era para regalársela al diputado del PPC Rafael Luna, que le había pedido una. A la segunda, la que guardaba en la cabeza hasta que desveló la idea en el hemiciclo, le puso por lema 'Nosotros sobrevivimos a la 10ª legislatura', mientras que en la tercera se podía leer 'Xàtiva renaix de les cendres', en honor a la localidad valenciana arrasada por las tropas borbónicas en la guerra de sucesión.

Esta última prenda era la misma que llevó el diputado de la CUP el día de la investidura investidurade Artur Mas como 'president', hace tres años y medio, pero no la primera que vistió en el hemiciclo. En su estreno, en la constitución de la Cámara, el 17 de diciembre del 2012, los tres compañeros de partido se repartieron las reivindicaciones: Fernàndez, una a favor de la escuela pública. Quim Arrufat, una en defensa de la sanidad pública y Georgina Rieradevall, una de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. La presidenta de la Cámara, Núria de Gispert, se mostró escandalizada: ¡qué significaba eso de llevar camisetas en el Parlament! "La dignidad de la institución requiere una formalidad diferente!, se quejó. 945 días después, en su despedida, calificó a Fernàndez como "el diputado estrella" del curso.

ODA A LOS TRANSCRIPTORES

"Las camisetas vuelven a la calle", sostiene Fernàndez. Fernàndez no cuelga la camiseta. Tiene más de 200, muchas que son "patrimonio de la CUP" y no todas están en casa porque su piso "es pequeño". Hay algunas que las guarda en su despacho en el Parlament, donde ha aprendido "muchísimo", pero también ha "desaprendido". En su etapa como diputado ha visto "excesos de mediocridad" aunque también una minoría "apasionada", y agradece sobre todo la labor de los trabajadores de la Cámara, con mención especial a los transcriptores. "Al final, ha sido a ellos a quien más he aturullado con mis discursos y mi voz", sonríe.

"No nos vamos muy lejos. Volvemos a la calle, bajando a la izquierda. En la primera manifestación nos encontrarán", dijo en su adiós desde su escaño. Su objetivo es que en diciembre del 2015, después de hacer el traspaso de papeles a los nuevos diputados de la CUP, su situación vuelva a ser la que era en septiembre del 2012. Volverá al medio digital 'La Directa', seguirá al frente del área social y de comunicación de la cooperativa Coop57 y acabará de escribir un libro sobre el abogado Agustí Gil Matamala, que llevará por título 'En el principi de tot i a la guerra'. Antes, claro, se implicará de lleno en la campaña electoral del 27-S. Y se hará militante de la CUP (no, aún no lo era).

CUESTIONES SOCIALES

"También seguiré reivindicando la figura de Ovidi Montllor", agrega. Al actor y cantautor valenciano, a los "Països Catalans" y a la independencia siempre los tiene presentes Fernàndez, aunque las camisetas que ha llevado en el Parlament se centraran mayoritariamente en la vertiente social. "No entendemos lo nacional sin lo social", insiste. A favor de la sanidad y la educación pública, contra el racismo y el fascismo, en defensa del cooperativismo, para hacer más visibles las reivindicaciones de ciertos colectivos...

Salvadas también algunas polémicas menores, como cuando Ciutadans le afeó que llevara una camiseta de Crida per Sabadell en la comparecencia de Manuel Bustos en la 'comisión Pujol', las camisetas del diputado de la CUP vuelven a la calle tras hacer su función en la Cámara. Solo una vez les ganó en protagonismo otra prenda: la sandaliasandalia que le mostró como muestra de repulsa a Rodrigo Rato en la comisión de bancos y cajas. "Si llego a saber de él lo que se supo después, hubiera alquilado una zapatería entera", concluye.