Crisis en las filas conservadoras

Cospedal intenta frenar la dimisión de Arantza Quiroga en vísperas de las generales

lLa  presidenta de los populares vascos, Arantza Quiroga, en una reciente comparecencia pública.

lLa presidenta de los populares vascos, Arantza Quiroga, en una reciente comparecencia pública.

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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La presidenta del PP en Euskadi, Arantza Quiroga, aclarará en unas horas por fin si continúa en su puesto o si tira la toalla tras siete días de crisis interna en su organización, de crisis personal, de silencio y desaparición deliberada. A Quiroga parecen haberle superado los acontecimientos después de haberse atrevido, motu propio, a presentar una moción en el parlamento vasco sobre la paz, en la que se solicitaba la renuncia, pero no la condena expresa, a la violenciaBildu aplaudió la iniciativa. La dirección del PP la desautorizó y le llovieron las críticas. Ella buscaba espacio propio y arrebatar al PNV el liderazgo en la gestión de la era postETA en un momento en que los conservadores pierden y pierden escaños también en Euskadi, según los sondeos, pero su partido entendió que ese no era el camino.

En este contexto, Quiroga y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, se reunieron ayer por la tarde en Madrid y, según las fuentes populares consultadas, se le hizo saber a la presidenta de los conservadores vascos que su deseo de desaparecer ahora del mapa político no era bien recibido. La dirección del PP es consciente que tener a alguien liderando un equipo en contra de su voluntad no es la mejor salida, pero tampoco es positivo una dimisión en vísperas de las generales sin un relevo claro.

«ESTÁ DESCANSANDO» 

Sabiendo que Quiroga iba a desplazarse a Madrid en la tarde del martes para verse con ella, Cospedal -que amadrinó a la actual presidenta del PP vasco y la ha defendido en los conflictos internos que ha protagonizado con el titular de Sanidad, el vasco Alfonso Alonso-, aprovechó su visita a Bruselas para apoyarla públicamente. Rechazó que hubiera «crisis» y alegó que cualquier político puede retirarse cuatro días «a descansar».

Otros dirigentes salieron a la palestra a hacer lo propio. Quedaba en evidencia la consigna de arropar ante las cámaras y micrófonos a Quiroga en un último intento de frenar sus ansias de dar un portazo. Pero el PP vasco estaba ya a otra cosa: Nerea Llanos, la número dos de Quiroga, convocó un comité de dirección al que su presidenta decidió no asistir. Llanos admitió que sobre la mesa estaba la dimisión de su jefa. Si renuncia, expresó, tendrá «todo el respaldo del PP vasco» y habrá «muchos activos» para su posible relevo.

COMPARECENCIA PÚBLICA 

Nada quiso anoche explicar ni la dirección popular ni la propia Quiroga sobre la decisión que había adoptado tras su charla con Cospedal. Será en unas horas cuando la presidente de los populares vascos despeje la incógnita, ya que ha convocado una rueda de prensa para dar explicaciones a sus propios compañeros, y a los ciudadanos, sobre el que será su futuro político.