PP y C's se topan con una decena de fricciones
Patricia Martín
Periodista
Escribo en la sección de Sociedad, normalmente sobre temas sanitarios, de mujeres, violencia machista, infancia o consumo; aunque también he trabajado en otras secciones de El Periódico, como Política o Tribunales. Mi trayectoria profesional comenzó en medios locales, incluida una emisora regional de la 'Cadena Ser', y trabajé también para 'El País' y 'Cinco Días'.
PATRICIA MARTÍN / MADRID
Poli bueno, poli malo. Ciudadanos trasladó en el segundo día de negociaciones con el PP una posición de dureza. Su vicesecretario, José Manuel Villegas, aseveró que se están topando con "desacuerdos fundamentales" y que "no existen avances consolidados", lo que puede dar al traste con el diálogo. El PP ofreció, por contra, una visión optimista y su vicesecretario Fernando Martínez-Maillo avanzó que ya se han acordado 50 medidas y sobre la mesa no hay "diferencias insalvables". Fuera de cámaras, los populares interpretan la firmeza de C’s como una "pose" en la negociación, para argumentar ante sus bases que no cede sin contrapartidas. Sea como fuere, por ahora existen al menos una decena de fricciones, que quizá no impidan el pacto, pero sí enturbian la negociación.
De hecho, aunque en materia económica y social -los primeros temas a tratar- entre PP y C’s hay sintonía, varias exigencias de Ciudadanos han sido aparcadas hasta el final ante la falta de acuerdo. Entre ellas, el contrato único, la rebaja en la cotización de los autónomos, la ampliación del permiso de paternidad, la reversión de políticas que penalizan la modernización productiva, el complemento salarial, el plan de emergencia social, la recuperación de los 2.800 millones perdidos en la amnistía fiscal o la fijación de una fecha a partir de la cual bajar impuestos. Y seguramente este miércoles se ampliará el listado de temas a desempatar, porque Ciudadanos planteará en el apartado de regeneración y reformas institucionales la eliminación de las diputaciones o del Senado. Varias de las peticiones naranjas requieren de la reforma de la Constitución. Pero, tal como informó el martes EL PERIÓDICO, el PP trasladará a sus interlocutores que sus reivindicaciones se estudien en una ponencia parlamentaria posterior.
LOS IMPUTADOS
Los negociadores también deben perfilar las seis exigencias que Rivera planteó como condición previa. Una de ellas reclama la "separación inmediata de cualquier cargo público imputado por corrupción". Según C’s, esta reivindicación entró en vigor cuando el PP rubricó el acuerdo, el pasado viernes. Pero los conservadores se agarran a una adenda para sostener que hasta que no haya gobierno, no asumirán el compromiso.
Pese al choque, Ciudadanos allanó el camino este martes al limitar el alcance de la medida a parlamentarios y miembros del gobierno y que hayan cometido enriquecimiento personal o financiación ilegal. En cuestión solo está el diputado Óscar Clavell, procesado por malversación y prevaricación. El partido naranja recaba información sobre él para decidir si cometió corrupción y por tanto pide su acta a Rajoy. El PP, por contra, defiende que el pacto no es aplicable porque se le investiga por un delito "administrativo". A última hora, C’s emitió un comunicado para aclarar que su intención es extender el acuerdo y que sea aplicable en todas las instituciones, pero reconoció que para ello hay que buscar un pacto con todos los partidos.
C’S NO PIDE EL FIN DEL CONCIERTO VASCO
Dentro de la estrategia de firmeza, el partido catalán advirtió al PP de que no podrá alcanzar un pacto con el PNV "incompatible"PNV con el posible acuerdo o con el ideario naranja, el mismo día que el candidato conservador a lendakari, Alfonso Alonso, hizo un llamamiento al partido nacionalista para que permita la investidura. Nadie prevé que la formación vasca cambie de postura en el primer debate, que tendrá lugar la última semana de agosto, pero puede que facilite el gobierno de Rajoy si, tras los comicios vascos, necesita del apoyo del PP para retener el Ejecutivo en Euskadi. De ahí la advertencia de Ciudadanos. Sin embargo, Albert Rivera no ha planteado a los conservadores una de sus reivindicaciones: el fin del concierto vasco. Una condición que podría ahuyentar al PNV casi más que la imposibilidad de celebrar referéndums independentistas, que sí estará en el posible acuerdo.
En este contexto, Rajoy decidió retrasar su anunciada llamada a Pedro Sánchez. Maillo explicó que el candidato conversará con el líder del PSOE cuando la negociación con C’s esté "avanzada". Ante el enroque del PSOE y la falta de nuevas voces críticas, Rajoy prefiere aplazar el que será su último intento público de convencer a Sánchez antes de la investidura para poder presionarle con las medidas que acuerde con C’s y que sean compartidas por el PSOE.
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