Diputaciones, Senado y poder judicial atascan la negociación entre PP y C's

Siguiendo el característico tira y afloja que protagoniza en casi todas las negociaciones políticas, Ciudadanos salió este miércoles compungido de la tercera jornada de diálogo con el PP y mostró frente a la prensa su "consternación" y "preocupación" ante la falta de cesiones por parte de su interlocutor y el rechazo de Mariano Rajoy a eliminar las diputaciones y el Senado y a reformar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Por contra, los conservadores enviaron un mensaje de "tranquilidad", pidieron "seriedad política" a sus posibles socios y aseguraron que en las próximas horas buscarán "fórmulas" para llegar a un acuerdo en aquellos puntos encallados, por lo que no hay ningún motivo para romper la negociación.

De hecho, la cúpula del PP interpreta el gesto de C's como una mera "escenificación" ante su electorado, con el fin de exhibir que no apoyará la investidura de Rajoy a cambio de una declaración de intenciones. Pero el equipo del presidente en funciones no contempla un fracaso y prevé que el candidato conservador y Albert Rivera puedan firmar el pacto ya el próximo viernes.

La jornada comenzó, no obstante, con un contratiempo para el PP: su posible socio exigió que se acompañe de un compromiso presupuestario y de un calendario cuatro de sus exigencias sociales: el llamado plan de choque, que incluye un complemento salarial y medias contra la pobreza infantil; la ampliación del permiso de paternidad y maternidad; el refuerzo contra el fracaso escolar, y un plan de ayudas a la educación de 0 a 3 años. El programa electoral naranja cuantifica estas medidas en unos 7.000 millones de euros, si bien el montante puede formar parte de la negociación, según admitió el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas.

El PP dio la bienvenida a que Ciudadanos quiera llevar más allá su intención inicial de apoyar exclusivamente la investidura de Rajoy y pretenda hablar de presupuestos y de plazos. El vicesecretario de organización popular, Fernando Martínez-Maillo, interpretó que eso significa acordar "un cierto programa de gobierno". Eso sí, el conservador advirtió claramente de que su formación política no actúa como Podemos, que, a su juicio, "promete la luna para luego no cumplir". Por ello, apeló "a la responsabilidad" del partido naranja para que el acuerdo se ajuste a la reducción del déficit marcado por Bruselas y al respeto a la estabilidad presupuestaria, que ambos partidos defienden.

LAS PRIMARIAS Y LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES

Tras este encontronazo, por la tarde ambas formaciones hablaron de corrupción, regeneración democrática y reformas institucionales. El bloque más espinoso. De forma sorprendente, la reunión duro solo un par de horas. Según la versión de C's, porque el PP rechazó casi todas sus propuestas y no quiso "presentar ningún avance" en la modificación de la arquitectura del Estado. El portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, compareció después ante la prensa para mostrar su ansiedad, no con el propósito de "presionar", según argumentó, sino de "llamar la atención" a su interlocutor para que "no crea que pueden pasarse otro día de negociación instalado en el 'no'".

Girauta solo mencionó como escollos la supresión de las diputaciones, del Senado y la reforma del CGPJ para incrementar su independencia, pese a que también se trató la implantación de primarias en los partidos, una medida que el PP rechaza, así como modificaciones que requieren cambios en la Constitución y que los populares quieren que sean tratados en una ponencia parlamentaria posterior.

Cierto es que los conservadores abominan de eliminar las diputaciones y el Senado, pero están dispuestos a ofrecer un adelgazamiento de la Administración. De hecho  la comparecencia de Girauta obligó a una respuesta del PP, que llegó por parte del secretario de Estado José Luis Ayllón. Este aseguró que su partido no está "preocupado", sino "ocupado en acercar posturas" y buscar esas "formulas" que permitirán llegar al acuerdo. Este jueves se ven de nuevo las caras a las 11 y quizá se vislumbre quién lleva razón.