Chapa y pintura o desguace, el dilema de CDC

Josep Rull, Carles Puigdemont, Artur Mas y Lluís Corominas en la ejecutiva de Convergència

Josep Rull, Carles Puigdemont, Artur Mas y Lluís Corominas en la ejecutiva de Convergència / JOAN CORTADELLAS

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Dijo hace un año Carles Campuzano en EL PERIÓDICO,EL PERIÓDICO, al estilo gramsciano, que en CDC lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir. En los primeros escarceos de una larga carrera precongresual, el partido vive ya en este dilema: desguace o chapa y pintura.

De entrada, casi todos los actores (bases, cúpula, entorno intelectual) comparte los males que aquejan al paciente: perfil desdibujado por la preminencia del Govern, mancha grave de casos de corrupción, votante envejecido, estructura enquilosada, cúpula a renovar.

A partir de ahí, la batalla es la medicina. Los partidarios de "hacer limpieza", como lo define un militante de base, están convencidos de que Artur Mas está con ellos. El 'expresident' usará su liderazgo indiscutido y ya está trasladando a sus interlocutores que quiere fundar algo nuevo. En paralelo al desmontaje de las estructuras, forja un movimiento amplio que luego anclará junto a la nueva CDC o como se llame la organización.

En cambio, los que reclaman sabia nueva no las tienen todas consigo y creen que la actual dirección pugnará por un cambio 'lampedusiano', porque les va la carrera personal en ello. Valga como ejemplo de cambio 'ma non troppo' lo que opina un miembro del Govern: sí, tiene que haber primarias, pero se debería escoger al candidato a secretario general que proponga Mas. En las sesiones internas se oyen, en boca de los cuadros, conceptos que irritan a los más jóvenes, como la idea del "pal de paller", la de mantener el "carril central", y el partido de las "clases medias".

En cambio, dicen los que han asistido a las sesiones de lluvia de ideas precongresual (bautizadas como "turno abierto") que cuestiones como las primarias y la limitación de mandatos aparecen a menudo. Y los más críticos piensan en cambios concretos: una dirección mucho más reducida, muchas menos sedes físicas, una financiación muy clara, implantar primarias reales con confrontación real y que CDC tenga peso sobre las decisiones del Govern. Todo ello junto a un concepto más flexible de militancia. Más 2.0 y menos reuniones de trámite de la agrupacion local de turno a horas imtempestivas.

QUIÉN ES QUIÉN

Sin embargo, al final, la batalla de los nombres será inevitable. Porque hay poder en juego y porque además mediáticamente así se destacará. Los más radicales cuestionan al actual equipo y quieren una renovación casi tota con militantes jóvenes y desvinculados del pasado pujolista. Germà Gordó, en cambio, se postula como secretario general y dice disponer de apoyos en varias federaciones. Frente a él, Jordi Turull se prepara sin dar el paso públicamente. Ambas candidaturas son calificadas de continuistas por parte de los más renovadores, que confían en caras absolutamente nuevas.

EL CENTRO, SARRIÀ I COLAU

 En paralelo a esta batalla, la de la ideología. Al preguntar a varios militantes, aparecen versiones distintas. Unos quieren que el partido sea más el de los pueblos y de las clases medias y trabajadores  "y menos el de Sarrià". Otros creen que debe estar en el centro-derecha. Los liberales exigirán constituir corrientes internas. Y Mas tiene a un nombre en la cabeza: Ada Colau. Su norte es combatir la amenaza del 'colauismo' con un partido referente del centro soberanista moderno (lo de moderno es una manera de invocar a los jóvenes, la gran asignatura pendiente, como lo es la pérdida de votos metropolitanos).

En el ala socialdemócrata, el ‘conseller’ de Territori, y excoordinador del partido, Josep Rull sigue moviendo los hilos, según confirman fuentes del partido, para lanzar una candidatura. La intención de Rull, que permanecería en un segundo plano, no sería tanto asaltar la secretaría general del partido como la de colocar en la dirección a gente afín. Una primera terna podría estar compuesta por el alcalde de Molins de Rei, y secretario ejecutivo de Territorio, Joan Ramon Casals; el también alcalde de Mollerussa, Marc Solsona; el de Martorell, Xavier Fonollosa; la de la Garriga, Meritxell Budó y el de Gandesa, Carles Luz. Con todo, no es una lista cerrada. De hecho, nada está cerrado en un partido abierto en canal que goza de una ventaja: poder repensarse desde el poder.