EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

Catalunya, con el reloj parado

Hemiciclo del Parlament

Hemiciclo del Parlament / JOAN CORTADELLAS

Jose Rico

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Clamaba el independentismo durante la última campaña electoral un 'tenim pressa' por "restablecer" las instituciones catalanas --las autonómicas, paradójicamente-- tras el azote del artículo 155 de la Constitución. Esta semana que termina debía ser la que hiciese realidad tamaño objetivo, pero en vez de eso en Catalunya ha abierto en el siempre imprevisible calendario del 'procés' un nuevo 'impasse' cuya duración puede llegar a ser extenuante. Por lo pronto, el 155 se perpetúa y quedan congelados nombramientos importantes en el Parlament, como los senadores autonómicos, el Consell de Garanties Estatutàries, la CCMA y el CAC.

La finta de Torrent y ERC a Carles Puigdemont y JxCat, la enésima zancadilla entre los socios que negocian el futuro Govern, ha parado el reloj de la investidura. O eso parece. Porque ni siquiera los sabios de la materia legal tienen claro a ciencia cierta si el cronómetro ha echado a correr o no. El jefe de la Cámara catalana encargó a los letrados del legislativo un informe aclaratorio que previsiblemente se conocerá el martes. La reflexión iba a ser más rápida, pero lo insólito de la situación --con un candidato a la investidura prófugo de la justicia y bajo la espada de Damocles del Tribunal Constitucional-- sume en las dudas a los juristas.

MADRID, 2003

Se buscan precedentes a los que aferrarse, pero ninguno parece encajar demasiado bien. Los letrados del Parlament han analizado al detalle un dictamen del Consejo de Estado que el PP ya barajó como base para resolver el bloqueo político que se vivió en España en el 2016, con repetición electoral incluida. Aquel dictamen fue elaborado en el 2003, a raíz del célebre 'tamayazo' en la Asamblea de Madrid.

El Consejo de Estado facilitó en el 2003 una fórmula para repetir las elecciones sin investidura previa

Hubo unos días en los que se temió que el socialista Rafael Simancas mantuviera su negativa inicial a someterse a la investidura tras el transfuguismo de dos de sus parlamentarios, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, en la votación del presidente de la Cámara regional. Por su parte, la popular Esperanza Aguirre ofrecía un pacto para no presentarse ninguno de los dos y forzar la repetición de elecciones.

CON ACUERDO DE LA CÁMARA

El órgano consultivo se pronunció y estableció qué ocurre si no llega ese primer pleno de investidura. "La realidad cierta de que no existen términos hábiles para que la votación se produzca, precisamente por la falta de un candidato que esté dispuesto y en condiciones de solicitar y obtener la confianza de la Cámara, es de efecto equivalente a una votación fallida para la investidura de un candidato como presidente de la comunidad", sostuvo el Consejo de Estado.

Establecida esa equivalencia entre falta de aspirante y primer pleno sin mayoría, el organismo asesor sugería al presidente de la Asamblea elaborar un informe detallado de la situación y someterlo al acuerdo de la Cámara, facilitando con ello que empezase la cuenta atrás para conseguir la investidura o convocar nuevas elecciones. Según el reglamento del Parlament, esa cuenta atrás solo puede iniciarse con una primera votación de investidura.

Trasladado eso a la Catalunya del 2018, Torrent podría aprovechar el informe que están efectuando los letrados del Parlament, someterlo a votación en el pleno y lograr así que el reloj se pusiese en marcha. Obviamente, este plan requiere la connivencia del presidente del Parlament y de la mayoría de la Mesa, algo que choca de entrada con los intereses de ERC, que no tiene demasiada prisa por activar el contador que desemboca en nuevos comicios tras el revolcón del 21-D.

NAVARRA, 1983

Pero los juristas de la Cámara catalana se han remontado dos décadas más atrás para recordar un episodio vivido en Navarra en 1983, informa Daniel G. Sastre. Entonces el TC dictó, tras un recurso del Gobierno de Felipe González, que el candidato a la investidura como presidente autonómico debía ser el aspirante que propusiese la fuerza con más escaños. Resolvió así una situación de bloqueo tras haberse encadenado cuatro votaciones de investidura fallidas y ante la negativa del presidente del Parlamento foral a cambiar de candidato.

El Constitucional dictó en 1983 quién debía ser el candidato a la presidencia de Navarra tras cuatro intentos fallidos

Tampoco este antecedente casa con la situación actual, pero sí es cierto que el Constitucional puede zanjar todo este debate si, en caso de admitir el recurso del Gobierno contra la investidura de Puigdemont, ordena además cómo y cuándo se activa el reloj. Ahora bien, eso no se producirá seguramente hasta marzo, el mismo mes en que el Tribunal Supremo prevé procesar en rebeldía al 'expresident' huido a Bélgica y aplicarle la misma suspensión que a los diputados presos. De ahí que ERC esté descargando toda su artillería contra Puigdemont para que claudique.

La Moncloa espera a conocer el veredicto de los letrados del Parlament para decidir el siguiente paso, consciente de que Mariano Rajoy podría, previa autorización del Senado, darle cuerda al reloj forzando por segunda vez unas elecciones catalanas desde Madrid. Por eso la pelota de esta partida de pimpón está ahora en el quebradizo tejado del independentismo.