EL JUICIO DEL 'CASO NÓOS'

Carlos García Revenga asegura que Urdangarin tenía un "interés lucrativo" en el Instituto Nóos

El exsecretario de las infantas declara que cuando asesoraba a Cristina y Elena "unas veces" le hacías caso "y otras no"

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El que fuera durante más de 20 años secretario personal de las infantasCarlos García Revenga, después de que la Zarzuela decidiera prescindir de sus servicios, ha declarado este miércoles en el juicio del 'caso Nóos' que Iñaki Urdangarin perseguía el "beneficio social" con la actividad del Instituto Nóos, "aunque también tenía, evidentemente, su parte lucrativa".

García Revenga, que ha comparecido ante el tribunal de Palma en calidad de testigo, ha explicado que los proyectos de la asociación sin ánimo de lucro de Urdangarin y su socio, Diego Torres, tenían "una repercusión económica para ellos".

Ha relatado que, a pesar de ser el tesorero, sus intervenciones en las actividades de Nóos se referían casi exclusivamente a sus tareas de coordinación de las actividades oficiales de la infanta Cristina y su marido, y ha hecho hincapié en que entonces desconocía que esa entidad era una asociación sin ánimo de lucro. "Todavía no sé en la actualidad si todas las fundaciones son sin ánimo de lucro", ha declarado Revenga, que ha agregado que nunca participó en juntas del instituto y que una firma atribuida a él que aparecía en un acta había sido falsificada.

LA RELACIÓN CON LAS INFANTAS

Revenga ha declarado que tanto la infanta Elena como Cristina solían pedirle recomendaciones acerca de su participación en proyectos de ámbito privado y, tras darles su opinión, "unas veces me hacían caso y otras no", ha espetado.

Así lo ha señalado a preguntas del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, quien le ha inquirido sobre si entre sus obligaciones como asesor se encontraba la de velar por la participación de las infantas en determinadas instituciones, a lo que Revenga ha respondido que "por supuesto en todo lo que era oficial, ya que había un cauce para ello", mientras que a nivel privado también le "preguntaban".

Revenga, quien estuvo imputado durante varios meses en la causa, ha recordado que fue nombrado tesorero del Instituto Nóos en 2003 tras así proponérselo Iñaki Urdangarin, si bien ha precisado que no realizó labor alguna en este sentido. "Cuando me presentaron Nóos, me puse para que no se pusiera Cristina".

El testigo, cuya comparecencia ha arrancado pasadas las 10.20 horas de este miércoles, ha recordado que aceptó el nombramiento por la confianza que le proporcionaban tanto Urdangarin y su mujer como Diego Torres. "Me parecían gente seria y fundada", ha recalcado.

LOS 'E-MAILS'

El nombre de Revenga figura en varios de los 'e-mails' que el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, entregó al juez durante la instrucción de la causa, entre ellos un correo en el que el exduque le indicaba dónde debía ingresar su esposa, Cristina, los ingresos correspondientes a sus honorarios de Zarzuela.

En un breve correo se limitaba a señalar a García Revenga que "las transferencias que le ingresan a Doña Cristina correspondientes a sus honorarios de Zarzuela deberían ingresarse a partir de enero en esta cuenta", indicando a continuación el número de la cuenta bancaria.

Es más, en otra de las correspondencias, fechada el 7 de julio de 2003, el marido de la infanta desplegaba la confianza que tenía en García Revenga con frases como "Qué tal Carlos, cómo te ha ido el finde... Nosotros bien, en Palma te puedes imaginar lo a gusto que hemos estado. Playa, piscina, heladito en Portals, parque... Vaya, que completito".

Revenga considera, sin embargo, que ninguno de los correos incorporados a la causa evidencian que "tuviera intervención, control o dominio sobre la gestión y las actividades del Instituto Nóos". En concreto, García Revenga comenzó a ser empleado de la Casa del Rey en septiembre de 1993. Compatibilizó durante 19 meses esa función con la de tesorero del Instituto Nóos que presidió Urdangarin.

MÁS COMPARECENCIAS

Otra de las comparecencias destacadas de esta semana será, el jueves, la del exasesor jurídico de la casa real y Conde de Fontao José Manuel Romero, quien a principios del 2006 medió para que se cumplieran las reglas de comportamiento de la Casa Real, instando a Urdangarin a abandonar toda vinculación en la gestión de las entidades del grupo Nóos y a abstenerse de dirigir entidad de clase alguna.

De hecho, durante su declaración ante el juez José Castro recordó cómo en septiembre de 2005 propuso a la Casa Real varias consideraciones encaminadas a que el exduque se abstuviera de participar en la gestión comercial o mercantil de cualquier tipo de entidad, después de que a mediados de ese año surgiesen "rumores" de que el marido de la Infanta Cristina estaba llevando a cabo actividades económicas cuya licitud no puso en duda pero que podían ser contrarias a las pautas institucionales fijadas en la Casa Real.

Unas pautas que, especificó, establecen que los miembros de la familia real "no deben aprovecharse" de su situación de privilegio institucional para realizar actividades, que le estarían permitidas a cualquier otra persona pero que eran incompatibles en este supuesto.

Según el Conde de Fontao, la fórmula jurídica de Nóos, tal y como trasladó a la Casa Real, no era aceptable puesto que se trataba de una entidad de carácter asociativo formada simplemente por Urdangarin y su exsocio Diego Torres, al tiempo que consideró rechazable la prestación de servicios de consultoría mediante la provisión de análisis y reflexiones a entidades públicas o privadas, con la fijación de un precio de por medio.

El exasesor jurídico aseguró, sin embargo, que "jamás" ha intervenido en la creación de las entidades vinculadas al conglomerado Nóos como tampoco conoció ninguno de los contratos celebrados por ellas, las cifras manejadas ni el detalle acerca de cómo el Instituto Nóos estaba internamente organizado.

Sobre la formalización de la Fundación denominada Areté tras la desvinculación de Urdangarin de Nóos, Romero manifestó que esta entidad se formalizó sin su previo conocimiento como tampoco de la Casa Real, lo que llevó a Romero a neutralizar esta iniciativa tras percatarse de que Areté reproducía las notas características que habían inspirado el funcionamiento del Instituto Nóos, con un marcado carácter mercantil y lucrativo.