EL DEBATE SOBERANISTA

El candidato liberal pide respeto por la opinión de los catalanes

Guy Verhofstadt, junto a Artur Mas, y, tras ellos, Ramon Tremosa, ayer en la fundación de Convergència.

Guy Verhofstadt, junto a Artur Mas, y, tras ellos, Ramon Tremosa, ayer en la fundación de Convergència. / JULIO CARBÓ

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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Tras el jarro de agua helada que supuso para CiU que el candidato de Unió a presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apoyara al 100% a Mariano Rajoy contra el proceso soberanista catalán, en Convergència esperaban con ansia un día como el de ayer, en el que el candidato liberal-demócrata europeo, Guy Verhofstadt, expresara su apoyo al derecho a decidir. Lo hizo en Barcelona, para regocijo evidente del president Artur Mas, pese a que no fue para nada explícito a la hora de referirse a la consulta convocada para el 9 de noviembre.

Verhofstadt fue la estrella invitada en un acto en la fundación de CDC, la CatDem, junto a Mas y al cabeza de lista convergente, Ramon Tremosa. Más de un miembro del equipo de campaña nacionalista sufría al ver como en su intervención, el exprimer ministro belga se limitaba a hablar de Europa. Al final, sí, como estaba previsto, hizo una referencia al llamado proceso catalán, para afirmar tres ideas: que la Unión Europea (UE) no debe intervenir en la cuestión (una tesis diferente a la que expresa CiU en su programa electoral, en el que explícitamente anuncia que pedirá a las instituciones comunitarias que se pronuncien); que confía en que haya diálogo entre España y Catalunya para «hacer progresos» en este sentido y, finalmente, que se debe atender a la opinión de los ciudadanos «en uno u otro sentido». Verhofstadt no hizo referencia directa a las urnas. Pero sí se desmarcó de las opiniones del actual presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y de Juncker contra el proceso soberanista.

Fue suficiente. Mas fue claro al explicar que en las instituciones europeas «no todo el mundo se expresaría» en los términos en los que lo acababa de hacer el dirigente belga. Quizá el líder de CDC pensaba en Juncker, que el lunes hizo una mala pasada a su amigo Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió. Duran se ha esforzado en desmarcarse de la opinión de su candidato (y también del PP) a presidir la Comisión.

POR LA UNIFICACIÓN / Pero el candidato liberal-demócrata no centró su discurso en la cuestión soberanista, en Barcelona. Su intervención fue una de las primeras en clave netamente europea en toda la campaña. Él mismo asumió que las europeas se convierten siempre en un test sobre el Gobierno de cada estado miembro. Esta vez es distinto, argumentó, porque se escoge al presidente de la Comisión. Y propuso algo así como una tercera vía para hallar una salida a la crisis. Una vía alejada de la receta socialista, que según él solo consiste en aumentar la deuda pública, pero también lejana de la doctrina de los recortes como solución única. Planteó un camino basado en la integración, en la unificación europea en sectores clave como la energía, las telecomunicaciones, los mercados financieros y las infraestructuras.

Mas colmó de elogios a Verhofstadt, al que calificó de «amigo» de los intereses nacionalistas, y pronosticó que «respetará la opinión del pueblo de Catalunya» porque el respeto a la democracia forma parte de la base de la UE. El president hizo ayer doblete, con un acto matutino sobre I+D. Y es que los nacionalistas piden el voto, entre otros motivos, para reforzar a su líder cara al 9-N.