El relevo

Camacho se impone a Nebrera por los pelos en un clima de rebelión

Nebrera es sacada a hombros del congreso por sus seguidores.

Nebrera es sacada a hombros del congreso por sus seguidores.

TONI SUST
BARCELONA

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El sainete del PP catalán se representó ayer ante los compromisarios del partido, y nada menos que en su propio congreso. Al público la obra no le gustó, y casi tiraron palomitas al escenario. Pero donde se vio su descontento fue en la votación. Ganó la que será la nueva presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, la candidata oficialista, como estaba previsto, pero lo hizo por los pelos, con 439 votos, el 56,7 % del total. Nadie esperaba que Montserrat Nebrera pudiera conseguir un 43,2 % de los votos, o sea, 335 sufragios. Pero lo hizo. Y en Lleida, ganó ella. Y en Tarragona, perdió por dos votos. En Barcelona y Girona se impuso Camacho con claridad.

A Camacho la habían avalado 650 compromisarios, lo que significa que más de 200 no la votaron. A Nebrera, que presentó 240 avales, la apoyó un centenar de imprevistos. Se mostró exultante: "Esto ha sido un éxito. Me permito decir que mi candidatura es moralmente ganadora. Pero felicito a Sánchez-Camacho, Empezamos una nueva etapa del partido, y me pongo a disposición, porque lo que represento no es una corriente, sino un movimiento que no se detendrá, que trabaja para los catalanes y que al final ganará el corazón y la gobernabilidad de los catalanes". Es decir, la presidencia de la Generalitat.

"¡TORERA, TORERA!"

En segundo plano quedó la celebración de Camacho, y una jornada dura para el partido, que quizá por primera vez en su historia, vio como la militancia no tragaba como siempre con decisiones precocinadas, y expresaba en público su protesta. Nebrera salió del plenario literalmente a hombros de sus seguidores, entre voces de "¡Torera, torera!". El grupo coreó varias consignas: "El próximo congreso lo vamos ganar" y "De este partido, no nos moverán". Camacho dijo que será la presidenta de todos e invitó a los nebreristas a integrarse en su junta. Y para salir del paso sobre su ajustadísima victoria, recordó que José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en líder del PSOE por solo nueve votos. Nebrera no descartó aceptar la invitación de su rival. No se excluye que logre una plaza destacada, en el Parlament o fuera de él.

-Desde primera hora del día, primó el conflicto, algo inhabitual entre las disciplinadas filas de los populares catalanes. La protesta apareció al empezar el cónclave, cuando la vicesecretaria nacional de organización, Ana Mato, elogió a Daniel Sirera y Alberto Fernández por haber renunciado para dar paso a una candidatura "de unidad". Fue nombrar la unidad y que empezaran los abucheos, los pitos, los gritos de "Fuera, fuera!". El sector oficialista atribuyó la algarada, y las siguientes, a la presencia de invitados afines a Nebrera, pero cualquiera pudo comprobar que eran mayoría los que mostraban su desagrado.

"TODOS AL INFIERNO"

Mato tuvo que callar varias veces antes de seguir en el uso de la palabra, un hombre fue desalojado, con un rasguño, e incluso se vio a gente llorando. Una beligerancia sin precedentes en la filas conservadoras. El asunto molestó sobremanera al presidente del congreso, Jorge Fernández Díaz, que pidió "serenidad" y advirtió a los asistentes de que los medios de comunicación estaban presentes y de que "reproducirían" lo que pasaba. No fue lo único que dijo Fernández Díaz, Un micro abierto hizo audible la frase que dedicó a la portavoz en el Parlament, Carina Mejías, sentaba a dos asientos de él: "Carina, vota a Alicia, que iremos todos al infierno".

Cuando hablaba el secretario general saliente, Rafa Luna, Nebrera buscó uno de sus momentos de impacto, subió al escenario y entregó sus avales al secretario del congreso. Javier Arenas es, además del padre intelectual de la operación que ha llevado a Camacho a presidir el PPC, un político curtido. Y no estaba dispuesto a que le silbaran. Optó por citar temas de consenso entre la militancia: la defensa del castellano, lo buen presidente que fue José María Aznar, y recordó a los dos concejales catalanes del PPC asesinados por ETA, José Luis Ruiz Casado y Francisco Cano. Acto seguido, anunció que se iba al congreso del PP de Baleares, "tierra hermana y española". Y se fue zumbando. Sirera se despidió pidiendo el fin de la división y las familias, con algunos reproches a los Fernández. La última cita comprometida era el parlamento de la secretaria general nacional, Dolores de Cospedal, que también fue abucheada, pero menos.

"SOMOS PERDEDORES"

Las dos candidatas hicieron encendidos discursos para pedir el voto. Nebrera aseguró que se había presentado por la dignidad del PPC. "¡Por vosotros!", Camacho dedicó su intervención a atacar los argumentos de Nebrera. "¡Somos un partido de luchadores, no de perdedores!". Y negó que Aznar sea un jarrón chino, como Nebrera dijo tiempo atrás. En este punto, Mato miró a Nebrera, se levantó hacia ella profiriendo: "¡Muy bien!".