La posición de los grupos

Camacho augura «una opa» de ERC a CiU en el 2014

Camacho pide silencio a los diputados de su grupo durante la réplica de Mas a su discurso, ayer.

Camacho pide silencio a los diputados de su grupo durante la réplica de Mas a su discurso, ayer.

RAFA JULVE
BARCELONA

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En la pasada legislatura, cuando el PPC le salvaba a CiU los presupuestos con sus abstenciones, no había debate en el Parlament en el que Alicia Sánchez-Camacho no le recordara a Artur Mas que su Govern salía adelante gracias a los populares. Ayer, la líder conservadora pasó de puntillas por aquella alianza y optó por poner énfasis en que su partido ya votó en contra de la investidura delpresidenten el 2010 por su propuesta de «transición nacional». Aquella sociedad parece haber sido fruto de un espejismo, de un fallo en la dimensión espacio tiempo que ha devuelto a sus protagonistas al punto inicial. Pero no es cierto. No hay retorno. Porque CiU ha saltado de la transición nacional al derecho a decidir, mientras que el PPC augura una «legislatura de la frustración» por la pinza de los nacionalistas con ERC. Es más, Camacho dio por hecho que la consulta del 2014 «no se llevará a término» y eso derivará en una debacle convergente: como no habrá plebiscito, auguró, Esquerra hará «una opa» a una CiU «que ha perdido la centralidad» y se quedará con sus votantes más soberanistas.

En su discurso de ayer, la presidenta popular reclamó algunas medidas para la recuperación económica que ya había propuesto en sus dos pactos presupuestarios con Mas. A la vista queda, por tanto, que los convergentes no hicieron gran caso de los compromisos que firmaron y que el PPC tampoco tuvo reparos en volver a suscribirlos en el 2012 pese a que una parte del 2011 se había incumplido. «Aún tiene la oportunidad de no cerrar puertas y de rectificar, de no dar la llave a ERC porque tiene otras opciones», volvió a insistirle Camacho alpresident. El resto fueron aldabonazos contra «un mesías que ha fracasado» en las elecciones, a quien reclamó «obediencia a la ley» y que no convoque un «referendo ilegal» si no quiere que el Gobierno central responda «con serenidad, pero con firmeza». Entonces, le retó a impulsar cambios en la Constitución para poder celebrar la consulta. «Están dando un mensaje pésimo a Europa», le avisó.

LA FINANCIACIÓN / La líder popular está convencida de que una mejor financiación autonómica reducirá notablemente el independentismo. Por eso anunció que presentará en el Parlament una iniciativa para llevar al Congreso su propuesta de limitar la solidaridad y mejorar la fiscalidad. Con ello quiere demostrar a los electores menos soberanistas de CiU que Mas no se conforma con tener más dinero en la caja.

Y no será esa la única estrategia para hurgar en las contradicciones entre Convergència, Unió y ERC. La petición de una comisión de investigación parlamentaria sobre las concesiones de estaciones de la ITV será otra acción con las que los populares quieren sacudir al Govern.