NUEVO GOBIERNO SOCIALISTA

Sánchez da Exteriores a Borrell para tranquilizar a la UE

Josep Borrell.

Josep Borrell. / periodico

Juan Ruiz Sierra

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Pedro Sánchez ya ha encajado prácticamente todas las piezas de su Gobierno. El proceso se ha llevado a cabo bajo un absoluto hermetismo, con el secretario general del PSOE pensando casi en soledad quiénes serán sus componentes, analizando cómo vestir el Ejecutivo sin dejar en situación precaria al partido. Sánchez, el presidente que menos tiempo ha tenido de la historia de la democracia para designar ministros al ser el único que ha alcanzado el poder a través de una moción de censura, ha querido también hacer un equilibrio entre dirigentes de extensa trayectoria y otros más jóvenes.

La exministra de Cultura, Carmen Calvo, que tendrá un puesto seguro en el Gobierno, quizá como vicepresidenta, forma parte del primer grupo. También Josep Borrell, que será el nuevo ministro de Asuntos Exteriores. Junto a ellos, probablemente entren en el Ejecutivo Meritxell Batet, líder del PSC en el Congreso; Margarita Robles, portavoz parlamentaria, llamada a encargarse de Interior o Justicia; e Iban García del Blanco, en principio en Cultura, una cartera que Sánchez quiere recuperar. La inclusión que ya es segura es la de Teresa Ribera, que fue secretaria de Estado de Cambio Climático con José Luis Rodríguez Zapatero. Ribera será la nueva ministra de Medio Ambiente, aunque con competencias ampliadas, en un departamento que se llamará de Transición Energética y Medio Ambiente.

El primer nombramiento en confirmarse, a media tarde del lunes, fue el de Borrell. Con su inclusión en el nuevo Gobierno, cuyos integrantes tomarán posesión el jueves y celebrarán su primer Consejo de Ministros el viernes, Sánchez pretende dar un mensaje de tranquilidad a la UE y de contundencia frente al independentismo, en un momento en el que el PP acusa al líder del PSOE de haberse "vendido" a ERC y el PDECat, que apoyaron su moción de censura. Ministro de Obras Públicas con Felipe González y presidente del Parlamento Europeo entre el 2004 y el 2007, Borrell, de 71 años, volvió a primera a la primera línea política como detractor de los barones que forzaron la caída de Sánchez, pero sobre todo como azote del independentismo.

El control del FLA

El nombramiento del nuevo titular de Exteriores, que llegó a hablar de la necesidad de "desinfectar" las heridas de la sociedad catalana, enervó al secesionismo. Desde Berlín, el ‘expresident’, Carles Puigdemont, escribió en su cuenta de Twitter: "Rescatar perfiles de otro tiempo que se han significado por la escalada del odio; ¿es el gesto que tenían pensado para enviarnos un mensaje de fraternal desescalada?". Pero el mensaje había llegado antes, por la mañana, cuando José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, abrió la puerta a acabar con el control reforzado del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Aprobada en noviembre del 2015 por el Gobierno del PP, la medida, todavía en vigor pese al fin de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya, condiciona los pagos (a proveedores, farmacias y servicios sociales, entre otros) al respeto al ordenamiento jurídico por parte de la Generalitat. "Si la normalización prospera, es normal que dejemos los hechos excepcionales", dijo Ábalos.

La relación con Catalunya tendrá un enorme peso en el Ejecutivo socialista, donde además de Borrell habrá otros ministros catalanes. Las miradas se dirigen a Batet. Fuentes socialistas señalan que podría ser ministra de Sanidad, pero la dirección del PSOE no lo ha confirmado.

Tampoco es oficial la llegada de Carmen Calvo a la vicepresidencia, aunque se da por casi segura. Calvo es una de las dirigentes de más confianza de Sánchez, que le encargó las negociaciones con el Gobierno para la aplicación del artículo 155 de la Constitución. También participó en las conversaciones sobre la moción de censura con el resto de grupos parlamentarios, aunque aquí el timón lo llevó Ábalos. Junto a la vicesecretaria general, Adriana Lastra, Ábalos es el principal apoyo de Sánchez en el PSOE, pero los destinos de uno y otra continúan sin estar claros.

El nuevo presidente del Gobierno, mientras tanto, recibió este lunes a primera hora en la Moncloa al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y ya por la tarde participó en la conmemoración del 25 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre España y Andorra. Su primer discurso como jefe del Ejecutivo fue breve y centrado en los vínculos entre ambos países, pero también deslizó alguna idea sobre el estilo que se quiere imponer como presidente durante un mandato que se anticipa muy bronco. Sánchez se comprometió a "anteponer el consenso a la crispación en todos los aspectos de la política".