DENUNCIA A LA FISCALÍA

Bélgica investiga si Puigdemont fue espiado con hasta ocho dispositivos

Carles Puigdemont saluda Toni Comin

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Luis Rendueles/Vanesa Lozano

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Las investigaciones abiertas por la fiscalía de Bélgica sobre la baliza (dispositivo de seguimiento) que fue colocada en los bajos del coche en el que se movía el 'expresident' Carles Puigdemont por ese país avanzan y se complican. Fuentes de las pesquisas adelantaron a EL PERIÓDICO que el ministerio público belga está recabando ahora datos de antenas telefónicas en busca de una red de espionaje más extensa que habría vigilado los pasos de Puigdemont y de algunos de sus colaboradores más cercanos, incluidos los 'exconsellers' que están en Bélgica: Meritxell Serret, Toni Comín y Lluis Puig.

El descubrimiento ha surgido en medio de las pesquisas sobre las dos tarjetas SIM que estaban conectadas a la baliza (la que enviaba los datos de posición del coche de Puigdemont y la que los recibía desde otro teléfono móvil). Ambas tarjetas se vendieron en España, como ya informó EL PERIÓDICO el pasado mes de mayo.

Desde entonces, y tras estudiar los datos del número de teléfono móvil que recibía los movimientos GPS del coche de Puigdemont, los investigadores belgas han descubierto que a ese mismo terminal llegaban datos de otros siete dispositivos de seguimiento. Esos ocho sistemas de espionaje o vigilancia (pueden ser balizas, datos de micrófonos, escuchas telefónicas…, según fuentes del caso) han sido localizados ya y todos estaban operativos en territorio belga.

Red de espionaje

Fuentes conocedoras de las pesquisas explicaron que "los datos descubiertos estudiando las tarjetas nos apuntan que podemos estar ante una red de espionaje al señor Puigdemont y su entorno en Bélgica". El entorno de Puigdemont, que cuenta con el apoyo de algunos mossos y expertos en seguridad, ha comprobado incluso la posibilidad de que se hayan colocado micrófonos en su casa en Waterloo. "La casa está limpia", aseguraron a EL PERIÓDICO. Los tres 'exconsellers', por su parte, se mueven sin un vehículo fijo en ese país.

La baliza (conocida como chicharra o lapa en argot policial) fue encontrada el pasado mes de febrero por un sargento de los Mossos que estaba prestando apoyo y seguridad a Puigdemont en Bélgica. Estaba colocada con cinta aislante en los bajos de la Renault Espace y llevaba un arnés para las baterías. El aparato obtenía datos de geolocalización por el sistema GPS y los enviaba a través de la tarjeta del teléfono mediante mensajes SMS a la otra tarjeta, colocada en el teléfono móvil de la persona o entidad que controlara los movimientos del coche de Puigdemont. El 'expresident' denunció entonces ante la fiscalía belga haber sido objeto de seguimientos ilegales.

Después de ese incidente, Puigdemont siguió usando el mismo vehículo para moverse por Bélgica. Su servicio de seguridad revisaba cada día el coche hasta que el 25 de marzo fue detenido en territorio alemán cuando trataba de regresar a Waterloo tras dar una conferencia en Helsinki (Finlandia).

En esta ocasión, no fue necesaria una baliza; bastó con seguir uno de los teléfonos móviles de los acompañantes del ex president, que tenían activado el sistema de geolocalización. Aquella tarde, en el coche viajaban con Puigdemont los mossos X. G. y C. P., el profesor universitario Josep Lluís Alay y el empresario y amigo del ex president Josep María Matamala.