Barroso responde a CDC que la secesión implica la salida de la UE

José Manuel Durao Barroso, ayer, en una conferencia sobre turismo en Berlín

José Manuel Durao Barroso, ayer, en una conferencia sobre turismo en Berlín / periodico

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha puesto por escrito al eurodiputado de Convergència Ramon Tremosa la posición oficial de la UE ante una eventual independencia de Catalunya, donde deja claro que sería considerada "un tercer Estado respecto de la UE y los tratados dejarían de aplicarse en su territorio". Es decir, que quedaría excluida de la Unión.

En su pregunta, realizada el pasado 27 de septiembre, Tremosa interpelaba al presidente de la Comisión sobre si "algún Estado miembro se ha interesado sobre su opinión legal en caso de que una región se declare independiente tras un proceso democrático", así como si España había discutido con la Comisión "los escenarios bajo los cuales Catalunya podría llegar a ser un Estado independiente".

En su respuesta, fechada el 20 de noviembre, Barroso reitera que el Ejecutivo de Bruselas no se inmiscuye en las cuestiones internas de los estados miembros. Asimismo, recalca que la Comisión solo expresará su opinión sobre efectos legales ante un "escenario preciso" que le detalle un Estado miembro.

CONSENSO PARA EL INGRESO

Como ya respondió recientemente ante una pregunta del eurodiputado holandés Auke Zijlstra, Barroso insiste en que "un nuevo Estado independiente, por el hecho de su independencia, pasaría a ser un tercer Estado respecto de la UE y los tratados dejarían de aplicarse a su territorio". Asimismo, recuerda que para poder solicitar la admisión en la Unión es necesario el voto favorable de todos los estados miembros.

La OTAN se sumó ayer a los esfuerzos que está llevando a cabo la Comisión para enfriar los ánimos independentistas de Catalunya y Escocia. Una portavoz de la Alianza Atlántica, Oana Longescu, recordó desde Bruselas a los dirigentes de ambos territorios que apuestan por la secesión que el mantenimiento del eventual nuevo Estado dentro de la organización militar requeriría "el consenso unánime de todos los estados miembros".

La OTAN insistió, siguiendo el mismo guion que el Ejecutivo comunitario, en que no quiere entrar a discutir «cuestiones hipotéticas» sobre el posible encaje futuro en la organización militar de una Catalunya o una Escocia independientes. Pero, al igual que la Comisión, la portavoz de la OTAN recordó que, "en general, para que cualquier nación se incorpore a la Alianza necesitaría obtener el consenso unánime de todos los países que integran la OTAN".

El artículo 10 del Tratado del Atlántico Norte de 1949 establece que los países aliados "pueden, por un acuerdo unánime, invitar a otro Estado europeo" a formar parte de la OTAN "si está en la posición de fomentar los principios del trato y de contribuir a la seguridad del área noratlántica".

UN ESCENARIO NO PREVISTO

 Cuando se redactó el citado tratado, que fundó la OTAN el 4 de abril de 1949 en Washington (EEUU), no se tuvo en cuenta la posibilidad de que en el futuro una región de un Estado aliado pudiera independizarse, como plantean ahora los gobiernos de Catalunya y Escocia. Por ello, no existe ninguna disposición concreta sobre cuáles serían los pasos a adoptar en el caso de esa eventualidad, al igual que ocurre con el Tratado de la Unión Europea, donde tampoco existen disposiciones concretas sobre la secesión de una región de un Estado miembro.

Esta es la razón por la que tanto la OTAN como la UE se refieren siempre a los "principios generales" de una adhesión y al procedimiento que debe respetar cualquier Estado que quiera ingresar en esas organizaciones, sin querer entrar en el detalle de un territorio que ya pertenece de antemano a la OTAN y a la UE.

"LA OTAN NO ESTÁ PREOCUPADA"

Fuentes diplomáticas de alto nivel aseguran que en la OTAN "no existe ninguna preocupación" por los actuales debates soberanistas que se viven tanto en Catalunya como en Escocia y que las implicaciones y riesgos de esas reclamaciones "no se han discutido en el seno de la Alianza Atlántica".

En la Comisión Europea, por el contrario, sí que preocupan las reivindicaciones independentistas debido a la difícil y problemática situación política que crearían en la UE, en especial en estos momentos en que Europa aún está saliendo de forma débil y precaria de la recesión y de la grave crisis financiera.

El espaldarazo al proceso soberanista catalán llegó ayer de boca del presidente de la Internacional Liberal, el holandés Hans van Baalen, quien tras recoger, de manos de Artur Mas, el Memorial Trias Fargas en Barcelona instó a Mariano Rajoy a seguir los mismos pasos que el Reino Unido ante las demandas escocesas. Según Van Baalen, sería "inteligente" que el Gobierno central hiciese a Catalunya alguna oferta y no se limitase únicamente a dar un no por respuesta. "Pienso que en el interés de España y Catalunya, el Gobierno no debería estar en silencio", añadió el político liberal.